La Jornada Semanal, 19 de septiembre de 1999
Ƒ Puede haber buenas razones para clonar al hombre? Se pueden encontrar. Y se van a encontrar. Se podría, por ejemplo, fabricar clones para tener reservas de órganos útiles en la medicina. Cuando Egaz Moniz inventó la lobotomía (por la que obtuvo el premio Nobel en 1949), se habían encontrado buenas razones para utilizarla: "No es dolorosa, mejora la condición de los enfermos mentales..." Así que se encontrarán buenas razones para clonar. Pero Ƒno pagará por ello la condición humana?
ƑQué cambiará la clonación?
Nuestra representación del hombre, porque los niños que se desarrollen en una cultura de clones tendrán una concepción distinta de la vida. Podrán pensar que se puede tomar un órgano de un hombre, que se le puede sacrificar para que otro viva mejor. Esto acompaña al desarrollo del individualismo, o más bien de la personalización en nuestra sociedad. Pero si un niño se desarrolla en una sociedad en donde la técnica y las leyes permiten la clonación, tendrá una representación completamente nueva de sí mismo. Y este proceso de personalización se desarrollará al extremo, mientras que una sociedad en la que para existir hay que dar a los otros, ofrece una representación de uno mismo mucho más social. Antes se sacrificaba al individuo en aras de lo social. Ahora se sacrifica lo social por el individuo. No sé qué sea mejor.
ƑLa clonación modificará la noción de individuo?
La representación del hombre será modificada totalmente. Imaginemos un mundo en el que se sacrificará al clon para tomar sus órganos. El primer hombre, el original, será considerado como un individuo ("aquello que no puede ser dividido"). ƑY los clones?, Ƒel primero, el segundo? No, ellos sólo serán depósitos de órganos, pero probablemente pasarán, como Dolly, por un proceso de envejecimiento más precoz que el individuo original. Habrá entonces un superhombre: el original. Y subhombres: su primer y segundo clones.
Verdadera vida después de la vida
ƑY la clonación que se llama "reproductiva"? ƑLa gente que afirma que clonaría a su hijo muerto para hacerlo revivir? Eso ya existe, psicológicamente, con los hijos de remplazo. Cuando una madre pierde a un niño pequeño puede ocurrir que el duelo sea insoportable y que, para evitarlo, se haga embarazar de urgencia, a veces en los días que siguen a la muerte. Los niños concebidos así son clones psicológicos. Van Gogh, Beethoven, Dalí, son niños de reemplazo, clones psicológicos, puestos en el mundo para remplazar al hijo anterior. Vincent y Salvador llevan el nombre y las ropas del hermano desaparecido. Estos niños no son amados como personas sino como sustitutos de una persona desaparecida, como clones. Todos tienen problemas muy importantes de personalidad porque no son amados por lo que son. Una mujer en esta situación me decía: "En mi familia sólo se ama a los que están muertos. Si quiero que me amen, me debo suicidar. Si no, tendré que vivir sin amor." El hijo de remplazo no puede convertirse en un hombre si no es al precio de separarse de su familia de origen. Hay entonces una psicología del clon.
Si la clonación se desarrolla y se convierte en una técnica cultural, veremos reaparecer el fantasma de los subhombres y los superhombres. Habrá "hombres más". Y como sin duda los clones envejecerán más rápido, tal vez aceptarán ser "hombres menos".
Sólo materia humana
ƑSe puede decir que la clonación es una "objetivación" del hombre? ƑEs comparable a lo que hicieron los nazis? Los nazis habían convertido a los hombres no en objetos sino en stücke, pedazos. La cosa es un pedazo de materia determinada, mientras que el objeto se conforma por la mirada del hombre: ya está semantizado, historiado. Es ya una representación humana. Para no llamarlos hombres ni objetos, los nazis decían stück al referirse a los judíos y los zíngaros en los campos de concentración.
Al ser los clones depósitos de quienes se pueden pagar un órgano un poco caro, volvemos a encontrar la noción de stück: un pedazo de materia humana. E incluso si la clonación humana no se lleva a cabo, incluso si la ley la prohibe, el simple hecho de que sea técnicamente posible modifica ya la representación del hombre. Muchos se pondrán a pensar en términos de subhombres y superhombres.
Desdoblamiento de la identidad
ƑPuede confrontarse el concepto de clon con el fantasma del doble que encontramos en algunas culturas? El doble es, por ejemplo, el Döppelganger, tan frecuente en la literatura alemana del siglo XIX. El doble acompaña al héroe en estos bonitos cuentos románticos. La búsqueda del doble es a menudo un testimonio del desarrollo de la persona, de la búsqueda de la identidad. Cuando uno no está totalmente constituido, tiene la tendencia a buscar gente que nos comprenda, gente como nosotros. Cuando uno es una persona terminada, acepta que cada quien sea diferente.
Muchas personas, por razones culturales, están enamoradas de sí mismas, de la "mismidad", porque tomar conciencia provoca angustia y la "mismidad" da seguridad. Adormece, es un gran tranquilizante cultural. Con lo que es igual a uno no hay conflicto, pero tampoco hay vida psíquica, mientras que lo no-igual estimula: la conciencia tiene el precio del conflicto.
Entonces, el clon o doble es la representación de la "mismidad" en la cultura. Como mucha gente quiere certezas tranquilizantes, votará a favor de la clonación humana porque piensa que facilitará la clonación cultural. "Estaremos entre nosotros." Algo similar pasó ya con el nazismo. Y el romanticismo alemán, con su gusto por el doble, había preparado el amor a sí mismo de la ideología nazi. El amor a la "mismidad" es también la fuente de las guerras actuales. "Hay que permanecer entre gente que tenga el mismo color de piel, las mismas creencias; hay que estar entre los mismos."
Hay una gran diferencia entre la clonación biológica y la modificación de las representaciones de la condición humana que ésta acarrea. Pero las decisiones políticas se desprenden de las representaciones colectivas. Y la idea de la clonación va a modificar nuestra manera de vivir juntos.
Tomado de Libération