Ť Asumir la música como forma de vida, herencia de Sanampay
Ť ''No creo en la muerte de las utopías'', señala Silvina
Renato Ravelo * Silvina Tabbush estuvo con Sanampay, grupo argentino que trajo a México músicos como Delfor Sombra y Caíto, con una tradición poética particular. Cuando llegó para radicar aquí, a principios de los años noventa, le surgió una nueva necesidad de hacer letras. Del decanto de ese caudal surge Rueda: "De la herencia de los años setenta recupero el sentido de hablar del cuerpo y de las cosas que duelen".
La idea de juntar a dos mujeres productoras de materiales alternativos, relacionadas en el pasado imediato a determinado tipo de canción, la trajo el azar, la concidencia de sus partos, como ellas por separado los definen. El disco de Tabbush lo edita Discos Pueblo, con un tiraje de mil copias, que se distribuyen cada vez que termina uno de sus conciertos. El sonido acústico es la apuesta, en una negación de lo electrónico.
Describir lo que ocurría
La música del lamento la conforman Angel Chacón (guitarra), Jesús Mendoza (contrabajo), Juan Carlos Novelo (batería) y Cacho Duvanced (armónica). Porque Rueda es un disco lleno de solidaridades (las de Gerardo Peña y Francisco Barrios El Masturezo, las más reconocidas). Incluso, como puentes, algunos de los agradecidos en uno lo son en éste, como Marcial Alejandro.
ųƑQué te dejó Sanampay?
ųQue la música podría ser mi forma de vida. Desde entonces fue mi profesión.
ųPero el disco nada tiene que ver con Sanampay
ųHay una influencia que no sé si sea de Sanampay o de una música que tiene que ver con el sur del continente. En las canciones a Violeta Parra, Atahualpa Yupanqui, Zitarrosa; y quieras o no, con el tango.
ųHay más de jazz...
ųMe fascina el blues, me encanta escuchar a Tom Waits, Janis Joplin. En mi voz encuentro un vehículo, algo muy visceral; el blues tiene mucho que ver con el tango, en esa nostalgia de la ciudad. De hecho, con Duvanced, tenemos un espectáculo de tango y blues.
ųƑCómo te decides a escribir canciones?
ųDescubrirme como letrista, me asustó. Me sentí con más alas lejos de mi país. Apenas llegué aquí sentí muchas cosas, inconscientes y espontáneas: necesitaba escribir lo que pasaba, describir los colores, las personas, la cultura.
ųEres hija de una generación que explotó la canción comprometida, pero tus letras no tienen ese compromiso, sino el del cuerpo...
ųEl compromiso con el cuerpo es una herencia de los años setenta, una necesidad como las cosas que nos duelen. Nos dejaron la posibilidad de estar alertas y sensibles a todo lo que parezca injusto. No creo en la muerte de la utopías. Esa es una moda.
ųParece anacrónico creer en las canciones de protesta...
ųSe creyó en un contexto. Hoy se protesta de otra manera, porque sería anacrónico. Creo que en su momento hubo cosas anacrónicas en mi país, cuando que la izquierda pudo aprovechar los años setenta para realizar un sueño, un proyecto político que era imposible insertar en ese momento y el costo fue muy alto. Quedaron heridas abiertas y un grupo de jóvenes que hoy brega por los derechos humanos.
(Rueda se presenta hoy, a las 20:30 horas, en la Planta de Luz, en Plaza Loreto.)