La Jornada martes 21 de septiembre de 1999

Emilio Pradilla Cobos
Un Informe democrático

El segundo informe rendido por Cuauhtémoc Cárdenas, jefe de Gobierno del Distrito Federal el 17 de septiembre pasado, se caracterizó por su desarrollo democrático y republicano. Por primera vez en la vida política reciente de México, un gobernante electo por el voto popular escuchó las posiciones de las fracciones parlamentarias, incluidas las críticas de los partidos de oposición; aceptó preguntas directas sobre el contenido de su mensaje y respondió a ellas en forma sencilla y sin ningún rastro de autoritarismo. El formato contrastó con el envío por mensajería de los informes de Fox en Guanajuato o Camacho Quiroz en el estado de México, entre otros, para evitar cuestionamientos de las respectivas oposiciones; o con los tradicionales actos de autoritarismo y sometimiento del Poder Legislativo escenificados por el Presidente de la República o los gobernadores, incluidos Labastida en Sinaloa, Bartlett en Puebla o Madrazo en Tabasco.

El formato republicano y la actitud democrática de Cárdenas hicieron que el acto se situara a enorme distancia del bochornoso espectáculo protagonizado por el PRI en el quinto informe de Zedillo, cuando el PRI fue políticamente incapaz de soportar las críticas hechas por Medina Plasencia en su respuesta al mensaje del jefe de Estado. La diferencia radicó en que la mayoría en la ALDF y Cárdenas entienden que los formatos autoritarios, los monólogos del poder, las posturas de "ni los veo ni los oigo" propias del presidencialismo priísta, no corresponden al pluralismo democrático y a los nuevos tiempos políticos que vive México. Hay que reconocer que la oposición panista y priísta en el DF sacaron las conclusiones del informe presidencial y se mantuvieron dentro de la forma acordada; o quizás pesó sobre ellos su notoria situación minoritaria en la legislatura y en el acto, así como el apoyo popular masivo que tuvo Cárdenas a las puertas de la Asamblea.

Las posturas críticas presentadas por el PRI, el PAN y el PVEM, desestructuradas y sin filo ni tino político, cayeron en muchos errores. Confundieron la propuesta electoral de Cárdenas, hecha a la ciudadanía como proyecto de ciudad a construir a largo plazo, con "promesas" o "compromisos de campaña" a la manera tradicional priísta; y llegaron aun a inventar cifras que nunca aparecieron en los textos del jefe de Gobierno, como la construcción de 100 mil viviendas anuales, vieja promesa incumplida pero por el PRI a nivel nacional. Perdie- ron la dimensión temporal al exigir que en 21 meses se resolvieran problemas estructurales legados por 70 años de priísmo, como el problema hidráulico de la capital o, por ejemplo, la separación de las aguas negras y pluviales en el drenaje, proyecto de enorme dificultad y costo aun en el largo plazo.

El PAN y el PRI pidieron un mayor debate con el jefe de Gobierno, sin reconocer que sus mandatarios no aceptan ningún tipo de intercambio. El PAN, que sólo cree en las encuestas, el marketing y los medios conservadores de comunicación, trató de evaluar la gestión de Cárdenas a partir de la "calificación" que unos cuantos ciudadanos dan a los encuestadores. Pero el error más grave del PRI y el PAN fue su doble moral al criticar ásperamente a Cárdenas por lo que sus propios abanderados políticos han hecho: dejar su cargo antes de concluir el periodo, para contender por la Presidencia (Fox en Guanajuato y Madrazo en Tabasco); o difundir las acciones de gobierno a través de los medios, práctica corriente del Poder Ejecutivo Federal antes de elecciones, Fox y Madrazo antes de dejar sus gubernaturas, con la notoria diferencia de una personalización electorera a la que no ha tendido la información del Gobierno del DF.

Llamó la atención la posición del PAN, cuya ruda crítica a Cárdenas reafirmó lo que muchos sabemos: que la Alianza por México sólo les interesa si el abanderado es Fox y la política es la suya, y que no cumplirían sus acuerdos formales si llegaran al poder. Esta es la lectura que muchos hacemos de las agresivas, arrogantes, descalificatorias y poco inteligentes declaraciones diarias de Fox contra Cárdenas, incluidas las del día del informe, que contrastan con la mesura del abanderado del PRD-PT en la disputa de la candidatura de la hipotética y discutible alianza.