Ť Entrevista con el director de la Orquesta Filarmónica de Los Angeles
Mi generación aporta nuevos valores al mundo de la música clásica: Salonen
Ť Inconcebible, que un artista no sea capaz de nombrar al menos dos grupos de rock, dice
Ť Algunas canciones de los Beatles son tan relevantes como fueron los lieder de Schubert
Pablo Espinosa/ I Ť A sus 41 años, Esa-Pekka Salonen se consolida como uno de los grandes directores de nuestra era. La evidencia mayor está en que es la batuta titular de una de las orquestas más importantes en el planeta, cuyo grado de importancia puede calificarse con los dedos de una mano. Eminencia, director fascinante, Esa-Pekka visitó nuestro país hace un lustro, al frente de la Filarmónica de Londres. Hoy retorna como titular de la Filarmónica de Los Angeles, como estafeta y a la altura de Carlo Maria Giulini, ese gran gigante que construyó el sonido básico de la orquesta ahora en manos jóvenes, también geniales, las de Esa-Pekka.
Anoche comenzó una serie de dos conciertos en el Palacio de Bellas Artes, en la apertura de las celebraciones por el 65 aniversario del primer foro cultural del país, festejos que culminarán con otro retorno formidable, el de Wim Mertens. En tanto, Esa-Pekka dirige partituras de Rimsky, Bach-Stokowski, Revueltas, Bernstein y Mahler. Antes, concedió a La Jornada la siguiente entrevista:
Ingresar al territorio más libre del rubato
ųHace cinco años reflexionabas ųen charla con La Jornadaų acerca del sentido del tempo, la velocidad con la que Furtwaengler había registrado la Tercera Sinfonía de Beethoven y la comparabas con tu mayor aceleramiento en los tempi en la misma obra. ƑHan cambiado tu parecer y tus procedimientos al respecto?
ųMe he vuelto flexible. Si me comparo a sí mismo respecto de lo que pensaba y hacía con las velocidades, las inflexiones y el fraseo hace cinco años, puedo identificar como cambio notable la adquisición de una variedad más amplia con los tempi, más allá del mero ''rápido" o ''lento". Quizá pueda resumir diciendo que ingresé al territorio más libre del rubato. Es difícil hablar de un solo sonido, cuando se trata de algo complejo, muy elaborado y que contiene muchos elementos en cuanto un sonido personal. Sin embargo, puedo decir de mi propio sonido, luego de escuchar escuchando cintas de prueba en estudios de grabación, que me convertí en alguien más realista. No pienso en términos absolutistas, sino en términos muy flexibles.
ųTu sentido del humor se ha desarrollado aún más, a diferencia de cuando dirigías en Londres, Ƒcómo te ha cambiado el paisaje, la convivencia multiétnica y multicultural de California?
ųLa cultura californiana es muy libre, liberadora, tanto que me siento menos rígido intelectualmente en comparación a cuando vivía en Europa. Me he aproximado a un equilibrio entre los placeres intelectuales y los placeres simples. Además, me han sucedido cosas lindas en mi vida personal; tengo tres hijos. Todos cambiamos en la vida, aunque es difícil decir cómo ocurre eso con exactitud.
ųƑConsideras que es ya una realidad, que ya llegó la generación de relevo que ocupe el lugar de los Karajan, Klemperer, Bohm, Solti, de los grandes maestros ya fallecidos?
ųEs difícil decirlo de manera categórica. Recuerdo haber leído una entrevista con (Otto) Klemperer, cuando él ya estaba muy viejo. Le preguntaron su opinión acerca de la nueva generación, de la generación joven de directores de orquesta. Dijo: sí, bueno hay un par de jóvenes talentos, el austriaco Herbert von Karajan y el francés (Pierre) Boulez. Eso fue a finales de los años sesenta. Era lo más que podía pasar, según la generación de los gigantes que aún vivía. Una de las muchas cosas fascinantes de esa vieja generación era que acarreaban los ideales y pensamientos estéticos que se habían edificado desde el siglo pasado y eso se percibía en sus ejecuciones musicales, en la manera de decir con orquesta y la manera como conectan tan bien con el resto de la humanidad. Pero los gigantes se han ido, su estafeta ha sido tomada por gente como Pierre Boulez, Carlos Kleiber. Así como aquellos gigantes nos conectaban con el mundo que heredamos del siglo pasado, Boulez y Kleiber nos conectan con nuestra era. A su vez, mi generación trae cosas nuevas a la música clásica.
''Me siento cómodo, feliz con mis colegas, con los miembros de mi generación: Simon Rattle, a quien admiro mucho y es mi gran amigo; Kent Nagano, Franz Welser Moest. Nos beneficia, al contrario de lo que ocurría entre las antiguas generaciones, que nosotros nos comunicamos más, que no hay rivalidades. Si alguno es considerado gigante, como lo fueron (Wilhelm) Furtwaengler, (Arthur) Nikkisch, no es ya tan relevante, es un asunto de percepción, lo que importa es el valor de las opiniones personales, de las relevancias verdaderas que se basan en los valores artísticos de cada quien. Por ejemplo, hoy Simon Rattle no está obligado a dirigir la Novena Sinfonía de Mahler con la Filarmónica de Viena en el mismo estilo que lo hacía Bruno Walter con esa misma orquesta hace 50 años. Es mejor la versión de Simon Rattle, por supuesto, entre otras cosas en términos de calidad de sonido, de técnica, claridad en la ejecución de todas y cada una de las notas de esa sinfonía.
''Se trata, nuevamente, de una cuestión de percepción. Pero en términos de criterios técnicos, por supuesto que mi generación aporta mejores calidades que la de los gigantes que han muerto. Inclusive, el tiempo añade un aura de manera automática en la percepción de las cosas.''
Innegable, la cultura popular
''Así, cuando pasen los años después de la muerte de Simon Rattle y de los que formamos la actual generación de directores de orquesta, el mundo recordará la versión legendaria de la Novena Sinfonía, de Mahler, realizada por Simon Rattle en 1999. Algo similar a lo que ocurre hoy día con la leyenda de aquellos gigantes que han muerto.''
ųTu generación inclusive se permite hablar de sus grupos de rock preferidos. ƑLes otorga eso mayor credibilidad, verosimilitud, con sus públicos, dentro de sus propias leyendas?
ųNadie puede imaginar a nadie hoy día sin contacto con la música de rock, con la cultura pop, con el cine de James Bond. Te puede gustar o no la cultura popular, pero no puedes negarla; está ahí y tienes que admitirlo. Negarla resulta muy estúpido, porque es una cultura muy viva y tenemos que convivir en ese que es nuestro entorno cultural. Además, los logros de la cultura popular en nuestros días son tan altos como los de la cultura intelectual. Por igual, algunas canciones de The Beatles son tan valiosas como un lieder de Schubert, como valores culturales, que influyen en la cultura que seguirá por siglos. Los referentes de la música clásica tienen el mismo origen: la cultura popular. Resultaría inclusive antinatural que una persona, precisamente por culta, no sea capaz de nombrar al menos dos bandas importantes de rock, tener contacto con lo que hay en la televisión, en la radio comercial, con la cultura viva.
ųƑCuáles son, entonces, tus preferencias en rock?
ųNo me interesa mucho el tecno, me parece irregular en sus logros. El rock pesado me da cierta curiosidad. Cuando asisto a un concierto de rock pesado, aunque reconozco que no resisto mucho tiempo debido a lo alto del volumen, me resulta en verdad emocionante esa energía animal que uno vive, es una experiencia tan devastadora, tan excitante emocionalmente que por mucho que nos esforcemos en un concierto de música clásica difícilmente podremos hacer sentir esa energía anímica a nuestros escuchas. (Ríe de buena gana Esa-Pekka).
''En general ųañadeų el tipo de rock que más disfruto es algo más elaborado, quizá más intelectual si lo comparamos con el heavy metal, como la música de Radiohead, cuyo disco OK Computer me encantó, me parece un álbum muy importante para la cultura rock.''