n Entregó los Premios de Investigación Científica 1998


El conflicto universitario es político, y como tal debe resolverse: Zedillo

n Quienes piden aplicar la ley no admiten que está implícita la represión

Rosa Elvira Vargas y Juan Antonio Zúñiga n El conflicto de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es político, y como tal debe resolverse, pues en una sociedad democrática, plural y tolerante, la ley no puede aplicarse --como sugieren algunos--de manera ciega ni con criterios autoritarios como los que se utilizaron en el pasado, afirmó el presidente Ernesto Zedillo. Al abordar la conflictiva etapa que atraviesa la institución, indicó que "todos deben ser capaces de ceder'' y flexibilizar sus posturas. Las posibles salidas, añadió, no pueden significar que la máxima casa de estudios vuelva a quedar exactamente como antes de que estallara el paro estudiantil.

Desde una posición totalmente constrastante con la expresada en agosto, cuando él mismo sugirió que podría recurrirse al uso de "medios legítimos del Estado'' para poner fin a la "intransigencia de los huelguistas'', el jefe del Ejecutivo fustigó ayer a quienes sugieren que con la sola aplicación de la ley se resolvería el problema, pues "no reconocen que implícitamente están abogando por una salida que incluiría la represión''.

Quienes así piensan, "deben reconocer que el uso de la fuerza en realidad agravaría el problema, haciendo mucho más difícil su resolución", enfatizó entonces. Enseguida, rechazó el uso autoritario de la ley, "especialmente cuando se trata de resolver conflictos de orden político''. Lo que el gobierno quiere, precisó, es que el problema se resuelva "y que de esta circunstancia tan difícil surja una universidad fortalecida''.

Ahí mismo apeló a la tolerancia y a la disposición al acuerdo como vía para una salida, siempre bajo la premisa de que "la solución a este conflicto no puede darse desde afuera de la propia universidad''.

Zedillo se mostró también estimulado por las recientes acciones que se han delineado a partir de los órganos constituidos de la UNAM para abrir el diálogo y llegar a acuerdos, y consideró importante también que algunos jóvenes que han defendido y luchado --"quiero suponer con buena fe''--por ideales en los que creen, "estén buscando recientemente abrir posibilidades de diálogo constructivo''.

Debe confiarse en que de esa manera --apuntó-- se logren reanudar las actividades normales de la UNAM, en condiciones que además permitan a los universitarios decidir por sí mismos, y en el marco de la ley que los rige, "con métodos verdaderamente democráticos y sin injerencia de intereses y grupos ajenos, los caminos para la transformación'' de la máxima casa de estudios.

Para ello, precisó enseguida, será necesario encontrar los mecanismos que permitan tomar en cuenta las opiniones de todos los universitarios'' y no sólo de unos cuantos''. Es toda la colectividad la que debe decidir qué institución desea para el siglo XXI, señaló.

Debe ser, convino enseguida, una universidad que siga abriendo oportunidades ciertas de progreso para sus estudiantes, profesores e investigadores; que esté a la altura de los retos que enfrenta el desarrollo nacional y que siga generando investigación de la más alta calidad.

La amplia intervención presidencial sobre el tema de la UNAM se produjo en el contexto de la ceremonia de entrega de los Premios de Investigación Científica 1998, que se conceden a estudiosos de menos de 40 años, cuatro de cuyos siete ganadores son egresados de la máxima casa de estudios. Ese hecho dio pie al mandatario para resaltar lo paradójico de que en un año especialmente difícil para la institución, miembros de su comunidad reciban una serie de distinciones a escala nacional.

Zedillo señaló entonces que uno de los efectos más tristes y lamentables del conflicto en la UNAM es el daño que se provoca al desarrollo de la investigación científica y tecnológica en diversos campos del conocimiento. Con la suspensión de las labores, dijo, se obstaculiza y retrasa la formación de los recursos humanos de alto nivel que requiere la investigación.

El pueblo de México, "y yo por supuesto'', agregó, "esperamos que los universitarios encuentren, a la mayor brevedad posible, una solución a este conflicto que todos sabemos que ya se ha prolongado por demasiado tiempo en perjuicio de la educación superior nacional'', y que amenaza con causar daños irreparables en una institución que es y será siempre del pueblo y motivo de su orgullo.

Luego de insistir en que la salida al paro universitario debe darse en el seno de la institución, y que desde fuera sólo debe llegar ayuda, para la cual el gobierno de la República ha procurado ser coadyuvante allanando obstáculos al diálogo y al acuerdo, el Jefe del Ejecutivo subrayó entonces que esa labor, "la hemos hecho con prudencia y sin protagonismos''.

Entonces, dijo que mantiene la convicción, "afianzada con el paso del tiempo'', de que la única solución posible "es la solución política'', y más adelante llamó a las "posiciones intransigentes'' con las que se ha abanderado el movimiento que tiene paralizada a la institución, a flexibilizarse, pero al mismo tiempo advirtió que "debe comprenderse que las soluciones posibles no pueden significar que la máxima casa de estudios vuelva automáticamente a quedar exactamente como antes de que estallara el conflicto''.

En la parte introductoria de su mensaje, el Presidente había destacado en otro orden de ideas, que para este año el gasto federal en ciencia y tecnología ascenderá a 21 mil 73 millones de pesos, monto 27 por ciento superior en términos reales al registrado en 1994. Además, dijo que mediante el Sistema Nacional de Investigadores, en 1999 se apoyan las tareas de más de 7 mil científicos y que el Programa de Repatriación y Cátedras del Conacyt ha logrado traer al país 290 investigadores y se han otorgado 305 cátedras patrimoniales. De igual modo, informó que se están destinando 9 mil 558 millones de pesos al apoyo de 25 mil 700 proyectos de investigación científica y desarrollo tecnológico.

Zedillo ponderó también la aprobación de la nueva ley de Investigación Científica y Tecnológica, y ofreció que su contenido no quedará sólo en buenos deseos. Anunció que se creará un gabinete especializado en ciencia y tecnología, cuya primera reunión será a más tardar en noviembre.