* La concesión del Nobel provoca elogios y franca oposición en su patria
Günter Grass es un valiente que desafía a sus amigos y compatriotas: José Saramago
* Es una recompensa para un país que ha curado mal sus cicatrices, coincide la prensa alemana
* Se reciben miles de pedidos de las obras del autor de Mi siglo, señala el editor del galardonado
Agencias, Berlín, 1o. de octubre * Lo único que lamentó José Saramago de que se le otorgara el Nobel de Literatura al escritor alemán Günter Grass, es ''que no se lo hubieran dado antes" pues, ''hay que quitarse el sombrero ante la valentía cívica de que ha hecho gala, desafiando incluso a sus propios amigos y compatriotas", al referirse a la forma en que trató la historia de su país, que no cuadra en absoluto con la versión oficial.
Sus declaraciones a la agencia portuguesa Lusa, se produjeron en medio de sorprendentes repercusiones en Alemania, acerca del nuevo Nobel, que van desde el elogio ponderado al ditirambo y la franca oposición. La prensa alemana fue casi unánime en considerar el galardón como ''una recompensa para todo un país que ha curado mal las cicatrices del siglo".
El conservador Frankfurter Allgeneine Zeitun consigna que Grass ''se lo merece, se ha llevado el último Nobel del siglo XX. Al final de la centuria del terror alemán es una gran victoria simbólica. Seamos claros: el veredicto sueco no es otra cosa que un perdón", agrega el rotativo, que destacó que los textos de Grass abordan la culpa que siente una generación de alemanes por el genocidio nazi, la cual ha trasladado a hijos y nietos. De la tarea literaria señala que las obras del autor de El tambor de hojalata fueron ''hace 25 años como fuegos artificiales chinos que iluminaban el cielo de nuestro país. En cambio, en los últimos dos decenios vimos cómo trataba torpemente de repetir esos éxitos, pero ya no hubo más esos fuegos artificiales".
ƑUn Olof Palme de las letras?
Otro diario conservador, el Die Welt, subrayó ''el peso simbólico del gesto" y, sin embargo, alerta acerca de ''un regalo envenenado, un malentendido que será recordado", porque Günter Grass siempre ''se ha opuesto" a la acción de la república federal.
Muchos de los comentarios coinciden con el propio galardonado en valorar este reconocimiento a un tipo de literatura de crítica social, histórica y política el cual se erige en símbolo de la reconciliación entre Alemania y Europa en los últimos 50 años. El Tagesspiegel indicó: ''Probablemente se ha reconocido que el autor, más que un gran escritor, se ve ahora como una especie de Olof Palme de la literatura, un luchador de las causas justas", y reconoció que su pluma otorgó a Alemania una ''nueva voz en el mundo, una voz que después de la Segunda Guerra Mundial sonó, de pronto, diferente".
No obstante que algunos medios consideraron a Günter Grass como ''autor de una sola obra", también se preguntan quién de sus contemporáneos puede vanagloriarse de haber escrito ''solo" El tambor de hojalata. El Taz de Berlín destapó una de las críticas más duras que se publicaron en el momento de la aparición de las primeras obras del escritor, y recordó el comentario de Marcel Reich-Ranicki, quien tituló ''lo que es malo es malo" en ese tiempo. El especialista al enterarse de la concesión del premio declaró, al ser consultado ayer: ''Hace tiempo que se lo merecía. El hecho de que sus últimos libros sean peores que los primeros no tiene nada que ver".
En la ciudad de Gotinga, mientras tanto, el editor del Nobel de Literatura 1999, Gerhard Steidl, informó que desde que se dio la noticia su teléfono no ha dejado de sonar. Apuntó que sólo ayer le fueron ordenados 36 mil ejemplares de Mi siglo, el más reciente libro de Grass, mientras que hoy recibió otros 70 mil pedidos:
''Tuvimos que pedirles paciencia a los mayoristas, que querían decenas de miles de copias, de manera que los demás compradores también recibieran algo, pues toda la noche la rotativa se dedicó a imprimir sólo ese libro."
Antes del anuncio del Nobel, sólo se habían impreso 140 mil ejemplares de Mi siglo con puro texto, y 105 mil con ilustraciones de El tambor de hojalata, del que Steidl imprime 40 mil copias al año. Para la próxima feria del libro de Francfort se prevé la aparición de traducciones de su más reciente obra en doce idiomas, mientras que para el año que viene se preparan ediciones en 23 lenguas.
Por otra parte, desde Cuba, dos escritores que militan fuera y dentro de la Revolución cubana aplaudieron la designación del nuevo Nobel.
El escritor Leonardo Padura indicó que Günter Grass nunca ha podido sustraerse ''de la política aunque es, sobre todo, un literato".
Agregó que estamos ante el caso de un hombre con una activa participación social que durante su estancia en La Habana, en 1993, ''entró en rincones un poco álgidos de la realidad cubana y tuvo una discusión con las autoridades respecto de la libertad de expresión, de prensa y escritura".
Para Raúl Rivero, poeta y periodista disidente, el galardón a Grass deja un mensaje a Cuba y el mundo, pues es un hombre controvertido, ''que fue incluso soldado nazi, lo que quiere decir que no podemos estudiar el pasado de las personas si queremos caminar hacia el porvenir, porque su obra posterior es un canto a la democracia, a la humanidad y al amor entre las personas".