* El estreno mundial de la versión definitiva será hoy en el Teatro Juárez
The visitors, de Carlos Chávez, ópera que por fin despierta: Vela
* Fue encomendada al compositor, a mediados de siglo, por la Asociación de Ballet de Nueva York
* Más allá del nacionalismo, la partitura tiene futuro, señala el director del Festival Cervantino
Angel Vargas, enviado/ I, Guanajuato, Gto., 1o. de octubre * Uno de los acontecimientos musicales más esperados del año está por ocurrir: el estreno mundial de la versión definitiva de la única ópera que escribió Carlos Chávez, de quien este 1999 se conmemora el centenario de su natalicio.
Gran parte de las incógnitas y expectativas acerca de The visitors (Los visitantes) quedarán despejadas en la función que se efectuará este sábado en el Teatro Juárez de esta ciudad, como una de las actividades centrales del 27 Festival Internacional Cervantino (FIC) y del programa nacional para celebrar la efemérides.
Encomendada a Chávez por la Asociación de Ballet de Nueva York, a mediados de siglo, la obra se escenificó cuatro ocasiones antes de llegar a su versión final. La primera, cuando fue estrenada en Estados Unidos, en 1957; y las tres restantes, en México, en 1959, 1963 y 1968. Estas dos últimas fueron traducidas al español, ya que el texto original, cuya autoría corresponde al poeta estadunidense Chester Kallman (1921-1975), es en lengua inglesa.
Depurar la orquestación
Con un costo ''que no excede al habitual que requieren los montajes operísticos, e incluso un tanto menor", la puesta en escena de The visitors, coproducida por México y Estados Unidos, está a cargo de Sergio Vela. José Areán es el director concertador, Alejandro Luna se encargó de la escenografía e iluminación; Tolita y María Figueroa del vestuario y Max Lifchitz de la edición.
Dividida en tres actos y con la participación de los cantantes Lourdes Ambriz, Encarnación Vázquez, Randolph Locke, Jesús Suaste y Marc Embree, así como del Coro y Orquesta del Teatro de Bellas Artes, la situación dramática de la ópera retoma la concepción del Decamerón, de Boccaccio, para reinterpretar el mito de Cupido, Psique y Venus.
''Sobre este montaje, el público y la crítica dirán lo que tengan que decir. La ópera ha dormido mucho tiempo, creo que ha llegado el momento en que se despierte y que sepamos que en México ha habido creaciones como ésta, que están a la altura de las grandes obras internacionales de nuestro siglo", enfatiza Sergio Vela.
El director general del Cervantino habla en entrevista sobre el proceso que se requirió para que The visitors, en su versión definitiva, sea una realidad.
ųƑCuál es la valía de esta obra?
ųHay que recordar que fue una ópera comisionada en Nueva York a Carlos Chávez, cuyo estreno se realizó en 1957, en Estados Unidos. Por una serie de problemas, la pieza no acabó de convencer a los espectadores de aquel entonces. Hay que tener presente que el de Chávez era una lenguaje hasta cierto punto sorprendente todavía en esa época. Cuarenta y dos años después su vanguardia musical ya no es tal. Es decir, sigue siendo una música de extraordinaria factura, pero es evidente que ahora estamos más familiarizados con las sonoridades musicales por las que él optaba, porque la evolución de la historia de la composición ha continuado, no se detuvo en los años cincuenta.
''Chávez, consciente de que éste era su primero y, acabo siendo, su único experimento operístico, decidió depurar la orquestación. La obra, entre 1957 y 1968, sufrió una serie de cambios que a la postre la beneficiaron: la redacción orquestal se afinó y se hizo un discurso sinfónico mucho más sólido; esto no significa que la primera partitura fuera un desacierto, pero Chávez, que era un músico muy perfeccionista, se percató de que había cosas que mejorar, que depurar. Y lo consiguió. Empero, la última versión, la definitiva nunca fue estrenada, porque él falleció haciendo los últimos retoques de la orquestación del acto tercero. Esto implicó que los materiales musicales, las partituras físicamente nunca se editaran; se quedaron guardadas. Unos materiales los tenía la casa editora en Estados Unidos (Schirmer) y otros estaban en el archivo, propiedad de Ana Chávez (hija del compositor).
''Y no fue sino hasta hace dos años que esa partitura de Chávez se recuperó, se exhumó, por decirlo de alguna manera, y comenzó un largo proceso de recuperación. Había que retranscribirla completamente, elaborar las partes de la orquesta, la partitura vocal... Todos estos materiales había que depurarlos, corregirlos, prepararlos para la edición definitiva.
''El trabajo se encomendó al musicólogo estadunidense Max Lifchitz, quien es especialista en la edición de obras de Chávez. Finalmente, las partituras estuvieron listas para poder ensayar. Me da un enorme gusto, porque considero que estamos frente a una partitura muy significativa en la historia de la ópera mexicana, pero no sólo porque se trate de una obra de un compositor mexicano, sino por sí misma. Más allá de un nacionalismo, creo que estamos frente a una de las grandes partituras líricas del siglo XX. Estoy seguro que esta ópera tiene un futuro garantizado en importantes escenarios del mundo; pero para que se abriera esa oportunidad, primero era necesario estrenar la versión definitiva y preparar los materiales."
Interés por el rescate de una obra
ųƑEntonces, se requirió de un exhaustivo rescate musicológico?
ųSí. El trabajo no fue espontáneo, sino que surgió de una serie de pláticas, de hace diez años aproximadamente, con alumnos y estudiosos de Carlos Chávez, en particular con José Antonio Alcaraz y Humberto Hernández Medrano; este último fue alumno de Chávez en su taller de composición. De ahí comenzó un interés personal por rescatar esta ópera que, afortunadamente, llegó el momento en que devino interés de instituciones. Se habló con el Instituto Nacional de Bellas Artes y éste consideró que lo más atinado era hacer el montaje en el año del centenario del natalicio de Carlos Chávez.
ųComo parte del proceso de rescate, Ƒtuvieron que hacer las particellas?
ųEstas se elaboraron a partir de la partitura orquestal corregida. El proceso es el siguiente: se tenía una partitura orquestal manuscrita y sólo estaban completos los actos primero y segundo, el tercero no. Se tenía la copia vieja de las primeras versiones, pero existían anotaciones que había que trasladar a la partitura definitiva de este tercer acto. Entonces, y dado que la técnica de copiado musical ha avanzado mucho con la computadora, se capturó toda la partitura orquestal de nuevo, se recapturó el texto por completo, se depuraron los pequeños errores y se incorporaron todas las correcciones que el autor hizo y que no estaban en la partitura definitiva. Una vez que se tuvo la partitura orquestal, se elaboran las particellas.
''De manera simultánea se hizo la reducción de la partitura de canto y piano, porque la primera, que no incluía las correcciones de Chávez, era extraordinariamente compleja, casi para hacer un concierto para piano y voces. Para efectos de ensayo resultaba incómoda. Se hizo entonces una versión más sencilla, de lectura, de ensayos, etcétera, que es la partitura con la que se ha trabajado este montaje.''