n "Avance significativo" hacia la gran alianza por Chiapas, dice el senador


Salazar Mendiguchía, candidato a gobernador por el PT

Andrea Becerril, enviada, y Angeles Mariscal, corresponsal, Tuxtla Gutiérrez, Chis., 2 de octubre n Sólo con la contundente legitimidad del voto popular se allanará el camino para destrabar el proceso de pacificación en Chiapas, revertir "el vergonzoso primer lugar en marginalidad social" e instalar un gobierno de paz que reconcilie "en lugar de atizar el fuego de odios y rencores", advirtió el senador Pablo Salazar Mendiguchía, al ser postulado candidato a la gubernatura de la entidad por el Partido del Trabajo (PT).

Fue otro paso más hacia la conformación de una gran alianza opositora alrededor de su candidatura, ya que semanas antes lo postularon también el Partido del Centro Democrático y Convergencia Democrática; a la convención petista asistieron las directivas locales de PAN y PRD.

Incluso dos representantes del Comité Ejecutivo Nacional perredista estuvieron presentes, César Chávez y la secretaria de Relaciones Políticas y Alianzas, Lorena Villavicencio, quienes acompañaron a Salazar Mendiguchía al templete instalado en el estadio de esta ciudad, después de que los delegados a la Convención Estatal Electoral del PT votaron mayoritariamente -297 de 313- a favor de su postulación.

Desde el principio, el senador chiapaneco destacó: "Este paso es meta y punto de partida dentro del proceso de construcción de la gran alianza por Chiapas, de la cual habrá de surgir el primer gobierno democrático del nuevo milenio".

Acompañado por el líder del PT, Alberto Anaya, y los demás integrantes de las directivas nacional y local petistas, Salazar Mendiguchía insistió: "El acto de este día es un avance significativo para el anhelo que albergan distintas fuerzas partidistas y ciudadanas de un nuevo amanecer para Chiapas. Nuestra suma se está multiplicando con el refrendo del PT". Mientras, los miles de petistas levantaban banderines con sus colores emblemáticos y gritaban "šCoalición, coalición!"

Salazar definió prioridades: "En Chiapas urge ya un gobierno de paz... Un gobierno que armonice las relaciones con los sectores sociales, políticos, religiosos y étnicos de la entidad. Esta concentración es una prueba de que crece y avanza la esperanza en la transformación de la caduca estructura que inhibe el desarrollo del estado".

Expresó que la propuesta programática del PT permitirá avanzar en la elaboración de una plataforma común para dejar atrás "los lacerantes rezagos que mutilan económica, social y educativamente a cientos de miles de hermanos".

Es alarmante, sostuvo, la situación económica en la que vive la mayoría de los chiapanecos. "Padecemos una verdadera crisis, a pesar de los cuantiosos recursos que la Federación dice haber destinado para Chiapas, pero que nadie ve ni siente. El deterioro de las condiciones de vida es tal que seguimos ocupando el vergonzoso primer lugar en marginalidad social. Chiapas debe seguir adelante, ya no podemos seguir esperando".

En el mismo tono insistió: "Con la alianza se trata de aislar lo que nos separa con el propósito de identificar nuestras coincidencias. Se trata de decirle a la sociedad que entre los diferentes también podemos lograr acuerdos para su beneficio; la plataforma que entre todos estamos elaborando deberá ser norma y guía no sólo para impulsar planes de gobierno, sino también, y sobre todo, para fijar las reglas de la nueva convivencia democrática".

Propuso luego a los partidos que conforman la alianza diez puntos para impulsar el desarrollo económico y social de la entidad, combatir la pobreza y crear polos de desarrollo regional, entre los que destacan "sentar en el banquillo de los acusados" a Pemex y la Comisión Federal de Electricidad, y exigirles el pago del impuesto predial de la superficie ocupada o destruida por ellas, así como el reparto de utilidades por los recursos que se han llevado de Chiapas.

Antes, todos los oradores -tanto del PT como de PAN y PRD, e incluso el dirigente estatal del magisterio, Víctor Ancheyta- coincidieron en que deben redoblarse esfuerzos para concretar la alianza opositora que, como lo resumió el diputado petista José Narro Céspedes, permitirá sacar al PRI del palacio de gobierno. "Al proceso electoral del 2 de julio del 2000 estoy seguro que no iremos solos, que por lo menos otras seis organizaciones nos acompañarán", agregó Narro.