UN AIRE SUAVE corre por el sur del Distrito Federal y nace en Ciudad Universitaria. Frente a radiodifusores y locutores gangsters e histéricos que anunciaron hace dos años que la ciudad se de-rrumbaría, las voces de la Ke-huelga y quienes producen el contenido de esta señal, se escuchan fuerte y claro en Coyoacán, Tlalpan, Xochimilco, Milpa Alta, altos de Alvaro Obregón, Contreras y sur de Iztapalapa. La señal constituye ya una aportación a las libertades de los habitantes de la ciudad, pues apunta hacia lo que debe ser la comunicación y un nuevo esquema de medios electrónicos que sirvan a la comunidad y la orienten.
En las condiciones actuales, la democratización del país pasa urgentemente por la revisión de las concesiones de radio y televisión. El futuro de la comunicación requiere del saneamiento de las señales y la eliminación de aquellas que atentan contra la pluralidad, la imparcialidad y el servicio público. Las concesiones, en particular las de Tv Azteca, deben ser revisadas. El uso de esta televisora contra la estabilidad social y política ha sido ampliamente demostrada y es sólo un parapeto de negocios truculentos, nacidos desde la misma irregularidad con que fue privatizada y concesionada a un grupo de dudosa reputación y con vínculos con el gangsterismo, el consumo de drogas y la violencia.
Por el contrario, con la frecuencia Ke-huelga, la Comisión de Radio Televisión y Cinematografía de la Cámara de Diputados tiene enfrente la nueva realidad de la comunicación, sobre la cual es necesario legislar. Esta señal es prueba de que su propuesta de reformas a las normas para concesionar debe ser modificada, luego de la campaña en contra de ellos que la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión (CIRT) les montó, bajo la acusación de querer imponer una "ley mordaza" a los medios.
En aquella ocasión, hace un año, se habló de que los propietarios de los medios establecerían la "autorregulación", misma que se vino abajo después de que Ricardo Salinas Pliego, propietario de Tv Azteca, demostró lo contrario durante el festín difamatorio del 7 de junio de 1999, con el pretexto del homicidio de Francisco Stanley, cuyo origen apunta hacia el interior y los intereses de la televisora del Ajusco. Es necesaria una política de concesiones al servicio de la comunidad, pues muchos males en el país se derivan precisamente de las distorsiones que los intereses económicos imprimen a la información. Simplemente, los subsidios indirectos a Televisa y Tv Azteca por concepto de spots contratados por partidos, deforma las condiciones políticas y establece alianzas proteccionistas a intereses económicos.
Ke-huelga, como experiencia y perspectiva, está más allá del conflicto de la UNAM, que por ahora le da cobijo, y sus transmisiones deben consolidarse y permanecer más allá de la huelga. Los diputados deben brindar protección a esta señal. La radio comunitaria y social es precisamente la alternativa, frente a la globalización de señales. La represión o la ilegalización de estos vientos libres en el espacio de la nación sólo favorecería a la globalización. En directo: la alternativa más importante para competir noblemente con la globa-lización satelital, Internet y la apertura, es crear un techo de comunicación local en todo el país que garantice que los mexicanos tendremos formas de comunicarnos entre nosotros a través de medios electrónicos al servicio de la integración nacional.
Por ello, diputados, comunicadores por la democracia y movimientos sociales y cultu-rales deben proporcionar protección a estas señales. Un México con la Ke-huelga funcionando y Tv Azteca requisada es un país distinto en materia de comunicación. Este caso en particular es un nuevo aliento a las transmisiones que se iniciaron desde 1994, y fueron reprimidas sistemáticamente por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y la de Gobernación. El error está a la vista, pues frente a las transmisiones de Televerdad, Radio Pirata, Radio Vampiro y Radio Interferencia, el gobierno y los pro-pietarios de radio y televisión optaron por la cacería. Hoy es un nuevo tiempo y éste no sólo pertenece a los jóvenes que abren brecha en la comunicación a través de la Ke-huelga, sino a todos los mexicanos que estamos urgidos de nobleza y visión del futuro. Ahí está la fuerza transformadora de la ciudad de México y el país. Escúchala y apóyala. *
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