n El boxeo me dio todo, pero me dejó feo como al Perro Aguayo
El Maromero Páez enfrentará a José Luis Castillo
Jorge Sepúlveda Marín n "La verdad, es que ya estoy muy madreado con tantos años en el boxeo (15), y con dos o tres peleas más me voy de este negocio", sentencia Jorge Maromero Páez, quien llegó vestido con pantalón bombacho, camisa de cuadros, y una chamarra verde. No podían faltar los tenis, nuevecitos, y su andar balanceándose entre talones y las puntas.
"Pregúuuuuntame, sabrón", dice a los reporteros, mientras se lleva la mano empuñada entre las piernas, al estilo de Barnaby -el personaje de Eugenio Derbez-. "ƑQué más quieres saber?".
Afirma que el boxeo le ha dado todo lo que tiene, desde una buena lana con la que puede forjar su futuro, además de mujeres, vino, otras "sustancias" (ilegales, dice en secreto) y todo lo que se les pueda ocurrir.
Pero de inmediato agrega: "También me ha quitado una cosa muy importante. Antes era bonito como Luis Miguel, pero ahora mírenme, estoy rete feo como el Perro Aguayo", y suelta una carcajada que contagia a los presentes.
Ya en serio, si es que puede hablar así, el Maromero informa que el 16 del presente subirá al cuadrilátero para pelear a 10 rounds contra el campeón nacional superpluma y sparring favorito de Julio César Chávez, José Luis Castillo, del que no tiene mucha idea de cómo boxea ni nada de eso, pero "después de todo no será la primera vez que suba a ciegas y baje con el triunfo, porque la bronca es, más bien, que él descifre la forma en que pienso ganarle, Ƒno chavos?
"Pregúnnnntenme", insiste. Con la cara huesuda, pelado a la mohicano, con apenas un mechón largo arriba de la frente y el resto del cráneo rapado, una y otra vez adopta la guardia para que los reporteros gráficos impriman su imagen. Ríe, bromea y hasta una señal lépera les suelta. Se da vuelo.
Luego de entrenar por un mes en el Centro Ceremonial Otomí, en el estado de México, está decidido a demostrar que aún no está acabado y que su derrota ante Agüie Sánchez, en Las Vegas, no fue sino un alto en el camino del triunfo, al que espera regresar de inmediato. En tres lustros de púgil profesional, el cirquero ha sumado 73 duelos, de los cuales recuerda haber perdido sólo 11. Tiene 43 nocaut y "unas ganotas de ganar otra vez. No, por ahora no me importa tener una oportunidad de disputar un cetro mundial. Más adelante claro que sí".
"Pregúuuuntenme más, sabrones", insiste el ex monarca mundial de la Federación Internacional de Boxeo, cuya vestimenta estrafalaria en cada contienda, jura, es uno de los atractivos que lleva a la gente a sus pleitos. Ahora toca el turno a la afición de Mexicali, a la que les llevará la alegría de verlo ganar, se compromete.
-ƑY qué opinas de Julio César Chávez?
-Nada. Que ya debe retirarse y no andarse dejando golpear por uno del montón.