n Desde hace 46 años se representan en la plaza de San Roque


Los entremeses, germen del FIC, relegados a sólo cinco funciones

n Los actores de la obra de Cervantes son aficionados de la comunidad que participan por placer

Yanireth Israde y Angel Vargas, enviados, Guanajuato, Gto., 10 de octubre n Lustrosa su capa, todo él de negro y una blanquísima gola en el cuello -a la usanza del siglo XVII-, don Miguel de Cervantes Saavedra recorre lentamente la plazuela, atento a los pregones, los arrumacos de los enamorados y el trajinar del pueblo.

Esa escena se repite desde hace 46 años en la plaza de San Roque. Es la parte introductoria de los tradicionales entremeses, jocosas y breves piezas escritas por Cervantes y montadas por el Teatro Universitario de Guanajuato, con la dirección, primero, del extinto Enrique Ruelas y ahora de Eugenio Trueba. Presentados por vez primera en febrero de 1953, los entremeses tuvieron tal éxito que dieron origen al Festival Internacional Cervantino, pero ahora sólo ocupan cinco funciones entre los 17 días del acontecimiento cultural, a diferencia de otras versiones, cuando se dedicaba la mitad del tiempo que duraba el festival a esas representaciones.

Al principio eran tan afamados que se cuenta que el mismo Mario Moreno Cantinflas añoraba desempeñar el papel del hablantín, pero Ruelas le dijo que no, que necesitaba ensayarlo más.

Tantas décadas transcurrieron ya, y los entremeses se mantienen intactos, fieles a los textos escritos por Cervantes, sin adimentos tecnológicos ni actores profesionales. Los que colaboran lo hacen por puro placer.

Hay quien asegura que Los entremeses es la obra más representada del mundo. Lo cierto es que guanajuatenses y turistas acuden cada año a conmoverse con las desventuras del soldado enamorado (en la parte La guarda cuidadosa), o las peripecias de dos incorregibles argüenderos (en Los habladores), o las fantásticas creaturas que pueden aparecer en El retablo de las maravillas.

ƑPor qué siguen llenándose las gradas de la plaza de San Roque, si los guanajuatenses conocen de memoria esos episodios? José Rubén Araujo, uno de los veteranos actores del Teatro Universitario, responde: los entremeses se han convertido en un rito para los habitantes, algo que los identifica y los une. Para los fuereños, en cambio, es todo un espectáculo lleno de humor. A los guanajuatenses les divierte también mirar a los suyos actuar: "Mira, ese golpeador a sueldo es el acólito", expresan sorprendidos o certifican la extraordinaria habilidad de la señora enfermera, que a sus casi 70 años, interpreta muy bien el papel de habladora.

El reparto tiene ya casi una década de mantenerse estable, aunque se renuevan, sobre todo los que interpretan la comparsa. Los que más años llevan con su personaje, invitablemente se encariñan con él y les es difícil soltarlo.

Todos los actores son aficionados. Ese es uno de los principios que rigen al Teatro Universitario de Guanajuato, que sólo acepta a voluntarios, porque no hay presupuesto para pagar, explica Eugenio Trueba. La mayoría son egresados de la Universidad de Guanajuato, quienes se integran al grupo, porque les fascina hacer reír o ponerse los suntuosos vestuarios de terciopelo, o simplemente ocupar la plaza junto con los personajes nacidos de la pluma del gran escritor español del Siglo de Oro. Valdría decir que también sirve como servicio social en la universidad local.

Trabajar con aficionados tiene su encanto, afirman José Rubén Araujo y Fidel Vázquez, otro de los actores del reparto. "La gente nota que los participantes no engolan la voz ni son sofisticados, por el contrario, aquí lo que vale es la naturalidad y espontaneidad".

El Teatro Universitario de Guanajuato no sólo representa los entremeses, sino también obras de otros autores, clásicos y contemporáneos. Pero fueron las obras de Cervantes y los escenarios arquitectónicos lo que transformaron la apacible ciudad en un centro de atracción cultural, que lo mismo reunió a Alfonso Reyes, Salvador Novo, Agustín Yáñez, Juan José Arreola, Martín Luis Guzmán que a los reyes de España, y que actualmente se repite cinco noches al año, para recordar a un puñado de 250 personas que ahí inició todo.