n Festejan hoy en Bellas Artes su trayectoria
Con 50 años en el son, Melón aún tiene deseos de aprender
n Carlos Monsiváis y Ninón Sevilla estarán presentes en el acto
Merry Mac Masters n El son es lo que más quiere en la vida Luis Angel Silva Melón. Eso es algo que pocas personas han logrado entender. El amor de Melón hacia esta música llegada de Cuba en la década de los veinte, que da razón a su vida, le ha traído infinidad de problemas. A veces parece que anda con la espada desenvainada, porque no soporta que alguien maltrate su querido son y todo lo que le es extensivo. Su actitud, a veces quijotesca, ha hecho que se le considere una persona difícil de tratar. Pero Melón sabe que con base en la entrega, "el son te da", y no se ha equivocado. Lo que la música le ha permitido es una larga y satisfactoria vida profesional: 50 años que se cumplen en 1999.
Melón llegó al son cuando éste empezaba a estar en su mejor momento. En eso fue fundamental el Son Clave de Oro que ya tenía programas de radio en la XEW y era contratado para películas. Nacido en la ciudad de México, en la colonia Santa María la Ribera, la primera vez que el cantante oyó tocar el son cubano fue en la vecindad donde vivía su mamá grande, o sea, la abuela materna. No sabe qué le llamó la atención: "Lo escuché bonito, me sentí sorprendido y quería tocar lo que estaba oyendo". También ejecutaban son los hermanos David y Toño Ferruzca, que vivían en la calle de Trébol, donde tenía su morada una tía del muchacho. Dada su corta edad nunca reparó en si era una música propia de México.
Cuando empezó a trabajar en el ambiente le gustó la "alegría" que desencadenaba la música, pero no la forma en que eran tratados los soneros por las empresas y los clientes que llegaban con prepotencia diciendo: "Oye, tú, tócame esta". Acota: "No soporto que porque eres músico te hablan de tú y te vean como una persona inferior". Con estudios de contabilidad, Melón vio como una desventaja que la mayoría de sus nuevos compañeros no tuvieran instrucción.
Pronto empezaron a cambiar sus gustos musicales. "Cuando entré al ambiente me di cuenta que, por ejemplo, los del Macao, que así les decían a Los Diablos del Trópico, tocaban mejor que el Clave de Oro. El grupo del Río Rosa, también; así como la orquesta de Chucho Rodríguez y la de Arturo Núñez. Sin ser un grupo eminentemente sonero, Los Guajiros del Caribe asimismo sonaba mejor. No quiero demeritar al Clave de Oro, pero las personas siempre se van con lo más popular". Luego, oyó cantar a Beny Moré.
Melón nunca ha creído que sabe lo suficiente para desempeñar su trabajo. Cada cosa que se le aparece da pie a otra investigación y un nuevo aprendizaje. Recuerda cuando no sabía improvisar guajira: "Cantaba La sitiera con la cuarteta del disco del Conjunto Casino. Ni por aquí me pasaba que la guajira era una faceta del son". Aunque parezca "pose", todavía no se considera un sonero "como los que admiro, que he tenido la suerte de conocer y de estar a su lado". Apunta: "Necesito regresar a Cuba (la única vez que ha ido fue en 1994, cuando recibió un homenaje en Santiago de Cuba) y adentrarme con los soneros veteranos que, espero, todavía queden, que me puedan orientar, que me puedan contestar las preguntas que les haga. Sé lo que me hace falta aprender. A veces creo que es poco, otras que es mucho. Pero esto no quiere decir que me sienta inferior a todo lo que hay fuera de Cuba ni a muchos cubanos de la nueva hornada".
De gira por Ciudad Juárez en 1949, con Los Guajiros del Caribe, el joven cantante se hechizó con el be bop, que oyó, primero, en discos de Woody Hermann y Gene Krupa, y luego, con algunas orquestas que llegaron a El Paso. Recuerda que en el Palacio Chino de Juárez tocaba la orquesta de Roy Ramos, cuyo pianista Willy Guzmán cantaba esta modalidad del jazz. Melón trabajaba en el cabaret La Cucaracha y solía pasar sus ratos de descanso yendo a escucharlos. La fusión del be bop y el son cubano sería el sello del sexteto que en 1958 formó con Carlos Daniel Navarro Lobo, único grupo mexicano de son en trascender al plano internacional. La sistematización que Melón hizo de las sílabas para que formaran frases musicales, único aporte mexicano al son cubano e imitado por muchos, fue reconocido por el pianista puertorriqueño Papo Luca, director de la Sonora Ponceña, al grabar Franqueza cruel, con un arreglo a la manera de Lobo y Melón.
Muy pronto el cantante tuvo deseos de hacer algo propio. "Cuando formas parte de un grupo y no eres el caimán (el que maneja el conjunto), estás obligado por disciplina a tocar lo que aquél designa. En el Macao me gustaba tocar todo porque Los Diablos del Trópico era un grupo sonero. Allí no había melodías americanas, ni música para amenizar la cena, era son. Por eso guardo tanto cariño, respeto y admiración por ese conjunto". Otro factor importante en su trayectoria fue el trato personal y profesional con el pianista y arreglista mexicano Luis González Pérez, que "me hizo cambiar muchas cosas".
Ya que no le gusta hablar de sí mismo, prefiere reservar su opinión sobre Lobo y Melón, grupo con el cual conoció las mieles del éxito durante 13 años. En cambio, sí quisiera dejar bien claro que "la mayoría de las ideas eran mías. Ya basta de que Lobo dirigía y Gallina era el arreglista. Encabecé el grupo tanto en el aspecto comercial como artístico. Hay manera de comprobarlo porque todavía viven algunos elementos". El cantante cubano Miguelito Valdés insistió mucho en que su "hijo artístico" caminara solo. En 1975 Melón se trasladó a Estados Unidos, donde grabó con la disquera Fania. Lo que había aprendido de son en México le bastó y sobró para desarrollarse allá.
A 50 años de distancia, sin embargo, nuestro entrevistado ve el ambiente sonero "peor" que cuando empezó. Ahora, "humillan todavía más a los soneros, están tocando en cantinas. No se dan su justo valor. No quieren mejorar, aprender y ensayar. En doce años que tengo de regreso, no ha salido ninguna figura". El cantante ha puesto su granito de arena para mejorar la situación por medio de los talleres de son cubano que, con el apoyo de Luisito Martínez y Julio del Razo, ha impartido en el Centro Nacional de las Artes.
(Melón festejará sus bodas de oro en el son hoy con una mesa redonda en que participarán Carlos Monsiváis, Ninón Sevilla, Juan Bruno Tarraza, Rafael Figueroa, Rodolfo Bonilla, y como moderadores Marisa Lara y Arturo Guerrero, a las 19:00 horas, en el área de murales del Palacio de Bellas Artes.)