La Jornada miércoles 13 de octubre de 1999

PAGINA 9 Ť Lourdes Galaz
Lo que el agua se llevó

* Evidencias de la macroeconomía en Totonacapan * ƑEnojo de Zedillo o angustia presidencial * Miguel Alemán se autoflagela * El gobernador de Veracruz no concluirá el sexenio * Cuentan que ya vive en Miami

Sin emoción para hacer historias, aquí en la memoria sólo están los miles, cientos de miles de mexicanos que han padecido esas tragedias, esos fenómenos horribles que dejan muertos y devastación allá donde viven los más pobres, los más abandonados, las víctimas con nombre y apellido de la corrupción y de las complicidades de la sociedad y sus gobiernos. Ya los expertos del mundo, los especialistas en desastres naturales, aseguran que éstos tienen su origen en la marginación y la miseria. Algo de razón habrá que darles cuando vemos que los sismos y temporales arrasan pueblos enteros en los lugares que los mapas oficiales muestran como zonas marginadas, de pobreza extrema, dejando a cientos de miles de damnificados que una vez pasada la emergencia dejan de serlo para volver a ser pobres, simplemente miserables.

Con mirar la televisión y las fotos en los diarios uno entiende a ese angustiado Presidente que perdió la compostura y a gritos calló a un compatriota que exigía ayuda en el norte veracruzano. Se comenta que Zedillo estaba muy enojado. Qué va, la angustia le ganó ante la magnitud de la tragedia. Y, claro, algo de coraje debía tener pues, cuenta, le habían minimizado los daños del temporal que durante varios días se dejó caer en más de 150 municipios de Puebla, Veracruz, Hidalgo y Tabasco. Dicen que tan sólo el miércoles 6 y el jueves 7 de octubre llovió en la Sierra Norte de Puebla y Veracruz lo que en todo un año en el valle de México. Sí, Zedillo había viajado a Canadá para una reunión internacional sobre federalismo y a su regreso se enteró, a medias, del desastre "más grave de la última década", como calificó la situación una vez que hizo contacto con la realidad. Su angustia debe ser grande, cuando mira todo lo que el agua se llevó en Teziutlán o en Gutiérrez Zamora; cuando imagina la tragedia en la región de Totonacapan o en las zonas miserables de las tierras hidalguenses, donde los pobladores viven con menos de un dólar al mes, donde está la evidencia de los resultados macroeconómicos de su gobierno, tan reconocidos por una comunidad financiera internacional que luego de casi dos décadas de neoliberalismo comienza a preocuparse por los índices de pobreza y marginación crecientes en los países que aplicaron a pie juntillas las recetas de los monetaristas del FMI y el Banco Mundial.

El charro y el oro Los pobladores del norte veracruzano recibieron al Presidente a gritos. "Bájate y pisa el lodo... mójate los zapatos", era lo menos que le decía la gente cuando llegó y se subió, con el gobernador, a una camioneta. Antes, Zedillo sobrevoló la zona y su angustia fue creciendo; también su enojo, dicen. Nadie, ningún funcionario ni los soldados ni la ayuda había llegado hasta aquellas comunidades a varios días del temporal y de que los ríos se salieran de madre. En Hidalgo, el gobernador Manuel Angel Núñez tomó en sus manos la situación y pidió ayuda al Ejército y la Armada. También a la Federación, y llegó el secretario de Salud, Juan Ramón de la Fuente. En Teziutlán, el gobernador poblano, Melquiades Morales, también fue recibido con reclamos y gritos. Llegó acompañado de Carlos Jarque, titular de Sedeso. "No queremos al gobernador... llamen al Ejército. Que vengan los soldados... fuera el gobernador".

Si el Presidente y el mandatario de Puebla recibieron personalmente los reclamos de la gente en desgracia, el gobernador de Veracruz ni se enteró de la magnitud del temporal, mucho menos de la tragedia. Cuentan que Miguel Alemán no estaba en la casa de gobierno por esos días. Nadie hizo caso al llamado de auxilio que envió por fax el alcalde perredista de Papantla, desde el lunes. La prensa informó que martes y miércoles el gobernador se ocupó en la firma de convenios con la Profeco y con la Unión Nacional de Productores de Caña. Y fue hasta el jueves 7 de octubre cuando se habría enterado de lo que el agua se llevó.

Es un secreto a voces en Veracruz que el señor gobernador no vive en Jalapa, capital del estado. Cuando pasa más tiempo por allá, lo hace en el puerto, en su residencia de Boca del Río. Más aún, los veracruzanos cuentan que su domicilio está en la ciudad de México y hay quienes dicen que la familia Alemán Magnani reside en Miami. šA saber!

Los últimos temporales que según autoridades municipales habrían dejado más de 150 muertos y unos 150 mil damnificados en los 82 municipios devastados hicieron regresar a Jalapa al gobernador Alemán. En plazas y calles se comentó que el Presidente habría mostrado su enojo no sólo a los pobladores de Gutiérrez Zamora, sino al propio señor gobernador. El viernes 8 de octubre, Zedillo viajó hasta los municipios más afectados; llevó al gobernador Alemán. Al día siguiente regresó a Poza Rica con casi todo su gabinete presidencial. Ayer mismo el jefe del Ejecutivo regresó a la costa veracruzana.

Aunque usted no lo crea, el lunes pasado Alemán citó a rueda de prensa para asumir toda la responsabilidad de lo que el agua se llevó, luego de la depresión tropical (la número once en lo que va del año). "Aquí mis queridos amigos ųdijo a los periodistasų el único responsable soy yo y mis colaboradores". La tragedia que viven los veracruzanos, para el señor gobernador dejó, además de muerte y más pobreza, "muchas lecciones, entre ellas, que debemos acercarnos mucho a la gente". Cuando llegó el temporal y todo lo arrasó, ni el secretario de Salud, Mauro Loyo, ni el de Comunicaciones, Alfonso Gutiérrez, estaban en sus puestos. Uno viajaba por Egipto y otro por Malasia. La secretaria de Gobierno, Noemí Quirasco, andaba en Oaxaca. Así, quien se encargó del asunto fue el subsecretario de Seguridad Pública, capitán Alejandro Montano, hombre fuerte en el gobierno, ex jefe de ayudantes de Miguel Alemán, y de quien depende la Dirección de Protección Civil en el estado.

En Veracruz ya es un secreto a voces que Alemán (64 años) no concluirá los seis años de gobierno para los que fue electo. Se comenta que sólo espera cumplir 24 meses para solicitar licencia y dejar un sustituto. No lo hace cuanto antes porque habría que convocar a nuevas elecciones y no está el horno para bollos. Claro, Alemán ya tiene sustitutos: su hombre de confianza, el doctor Mauro Loyo Varela, secretario de Salud; y su hombre fuerte, el capitán Montano. Por cierto, el capitán es nieto de Marcial Montano, aquel gatillero de la mano negra, al que se acreditó el asesinato del gobernador Manlio Fabio Altamirano a fines de los años treinta. Dicen los veracruzanos que esa ejecución cambió la historia nacional: con la muerte de Altamirano llegó al poder Miguel Alemán Valdés, y de ahí p'al real...Y bueno, mientras dimite el señor gobernador, y ante la negativa del Presidente de solicitar ayuda internacional, Veracruz y todo México esperan que Miguelito Alemán y Televisa realicen un teletón para reunir donativos y atender a los miles de damnificados. Asistirían, por supuesto, los artistas del canal de las estrellas y, por qué no, los amigos de Hollywood invitados a la campaña y la toma de posesión de Alemán.

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