APAREJADO AL TEMBLOR QUE HACE unos días sacudió fuertemente los pueblos de nuestra entidad, los mixes de Jaltepec de Candayoc recuperaron 80 hectáreas de tierras comunales después de más de dos décadas de lucha en contra de un pequeño propietario que, cobijado en la impunidad de un sistema de administración de justicia, había impedido cualquier acto que reivindicara la integridad territorial del pueblo mixe.
Esta restitución legal y material a favor de Jaltepec, ocurrida apenas el pasado primero de octubre, es la culminación de una serie de esfuerzos y luchas de los comuneros mixes para recuperar la memoria histórica y construir un futuro con vida y dignidad.
Jaltepec es una de las comunidades mixes más antiguas. Aquí vivió y gobernó el mítico Kontoy, padre y gran señor de todos los habitantes mixes, según la tradición. Y aunque Jaltepec logró mantener íntegramente sus tierras hasta antes de la llegada de los españoles, gracias a una serie de alianzas con los pueblos vecinos, durante la Colonia se empiezan a dar las primeras historias de invasión y destrucción. Para detener estas agresiones, Jaltepec compró en 800 monedas de oro sus propias tierras, logrando obtener de parte de la corona española un Título Primordial el cual les reconocía 108 leguas cuadradas. Aún a principios del presente siglo, permanecían en manos de la comunidad 62 mil hectáreas, conocidas como ``El Tablón de Jaltepec'' y abarcaban toda la vega del río Jaltepec hasta los límites con el estado de Veracruz.
A lo largo de todos estos años, Jaltepec de Candayac ha perdido grandes cantidades de tierras. A mediados del presente siglo, en la ciudad de México se anunció la venta de tierras bajo el lema: ``Invierta en el paraíso de Jaltepec'', posibilitando así la enajenación ilegal de tierras mixes, que pasaron a manos de gente extraña.
La pesadilla sobrevendría en la década de los cincuenta cuando fueron expropiadas 18 mil hectáreas en el llamado ``Predio Zihualtepec'', so pretexto de reacomodar a los afectados por la construcción de la presa Miguel Alemán. Esta expropiación a favor de la Comisión del Papaloapan, dependiente de la Secretaría de Recursos Hidráulicos, tuvo un sello claramente etnocida que transgredió las mínimas garantías procesales, en virtud de que a la comunidad nunca se le notificó de ningún acto tendiente a la expropiación, como tampoco nunca fue indemnizada en los términos señalados por las normas constitucionales y legales. Por eso con justa razón los habitantes de Jaltepec se han preguntado: ¿dónde quedó el derecho de la comunidad para defender sus tierras a través de los medios pertinentes? ¿En manos de quién quedó la indemnización por las 18 mil hectáreas expropiadas? ¿Por qué los destinatarios de la tierra expropiada no fueron las localidades que inundó el desbordamiento de la presa Presidente Alemán, sino caciques y terratenientes provenientes de Veracruz, Michoacán, entre otros? Con este hecho injusto quedó claro que los funcionarios responsables de la expropiación cometieron actos ilegales, corrupción y arbitrariedad, que destruyeron la integridad territorial de la comunidad de Jaltepec. Y estos actos ilegales hoy día no pueden quedar impunes.
Debido a esta terrible historia de despojo y destrucción, a fines de la década de los sesenta a Jaltepec de Candayoc sólo le restaban 14 mil 861 hectáreas, tal como se reconoció en la Resolución Presidencial del primero de octubre de 1968. Pero aún con este reconocimiento, las invasiones y despojos continuarían y en 1985 Ubaldo Padilla, procedente de Michoacán, se arrogó la posesión y propiedad de 80 hectáreas. Para defenderse, la comunidad de Jaltepec interpuso demanda de restitución en el Tribunal Unitario de Tuxtepec, juicio que se resolvió favorablemente para la comunidad. Sin embargo, en un primer momento la resolución no fue ratificada por el Tribunal Superior Agrario, de modo que absolvió a Ubaldo Padilla para restituir las tierras en litigio. Ante esta situación adversa, la comunidad de Jaltepec por conducto de sus órganos de representación, solicitó el amparo y protección de la justicia federal por violación de las garantías de propiedad sobre sus tierras. Dicho amparo fue concedido, quedando firme el derecho de la comunidad para tener en propiedad y posesión las 80 hectáreas que usurpó Padilla.
Igual que hace 31 años cuando fueron reconocidas y tituladas formalmente sus tierras a la comunidad, el primero de octubre pasado fue ejecutada plenamente la sentencia que restituye a Jaltepec las 80 hectáreas beneficiando directamente a 26 familias y al pueblo mixe en su conjunto. Pero esto sólo es un paso; los que siguen son semejantes al huracán.