n Inauguran el primer Congreso de la Red de Animación a la Lectura
Formar escritores y lectores no puede ser una labor unidireccional, dice Daniel Goldin
n Crearon un periódico que distribuye más de 40 mil ejemplares en México, España y EU
n Se buscará conseguir más comunicación y retroalimentación entre los afiliados
Arturo Jiménez n No obstante los diversos esfuerzos gubernamentales y sociales, hacen falta nuevas relaciones, ideas y programas para impulsar la lectura en México, cuyo índice es muy bajo incluso comparado con países de desarrollo similar al nuestro, dijo Miguel de la Madrid, director del Fondo de Cultura Económica (FCE), durante la apertura del primer Congreso de la Red de Animación a la Lectura.
Luego de recordar que el catálogo de libros para niños y jóvenes del FCE reúne más de 150 títulos, De la Madrid señaló que no basta con la edición de textos para formar lectores, por lo que se lanzó el proyecto de la Red de Animación a la Lectura, que ahora realiza un congreso para intercambiar experiencias.
Daniel Goldin, gerente de libros para niños y jóvenes del FCE y uno de los animadores de la red, explica en entrevista que ésta surgió hace casi cinco años, con la idea de que una labor tan importante y complicada como la formación de lectores y escritores no se puede hacer de manera unidireccional.
Acerca del congreso, indica que ''era importante crear un espacio para la discusión y el intercambio de experiencias, proyectos y problemas entre promotores que trabajan a lo largo y ancho del país, e incluso fuera de él.
''Y también, abrir un espacio conceptual, por lo que se creó el periódico Espacio para la Lectura, que distribuye más de 40 mil ejemplares en México, España, Estados Unidos y varios países de América Latina". En este medio, agrega, se busca discutir cuestiones relacionadas con la cultura escrita, pero que interesen por igual a catedráticos, maestros, promotores profesionales y público en general.
Aprender a mirar el acto de leer
La red, continúa Goldin, ha estado trabajando en talleres, cursos y algunos seminarios internacionales sobre temas como la poesía, la formación de escritores, el maestro como lector, teatro y lectura. Pero se consideró que no se podía hacer sólo algo unidireccional, y que era importante que los distintos miembros de la red se vincularan entre ellos, y de ahí surgió el congreso.
La red agrupa más de mil 300 afiliados, varios son instituciones. Al suscribirse a ella -con un costo de 50 pesos- se recibe el periódico y descuentos para participar en los cursos y seminarios. Aunque precisa: ''No queremos que la red crezca de manera desmedida para poder manejar a los afiliados".
Ahora la red pretende entrar a otra etapa en la que haya mayor comunicación y retroalimentación entre los organizadores del FCE y los afiliados, dice, y aclara que no hay un programa específico para la promoción de la lectura por parte de los afiliados en sus comunidades respectivas.
Reconoce que dada la situación de crisis económica, lo que el FCE puede ofrecer es insuficiente frente a la demanda de los afiliados. Sobre la conformación de las bibliotecas, señala que hay programas estatales de donación de libros y que el FCE sólo hace entregas de esa manera.
''Pero cuando hay un compromiso de la comunidad, por más pobre que sea, siempre van a tener los libros. Por ejemplo, hay dos comunidades de Oaxaca en las que encontramos personas que trabajan en la formación de lectores; hicimos una feria del libro con precios accesibles y los niños compraron textos".
Este no es el principal impedimento y además hay una importante red de bibliotecas en el país que está subutilizada, considera. ''El tema de la formación de lectores y escritores está muy vinculado con el problema de la formación de una sociedad más justa, participativa y democrática.
''En la medida en que haya más y mejores lectores y escritores, podremos tener posibilidades de construir una sociedad en la que la información esté mejor distribuida y más corroborada, además de que los individuos puedan asumir su propio destino de forma más responsable", concluyó Goldin.
Elsie Rockwell, encargada de la primera de las dos conferencias magistrales -la otra estará a cargo de José María Pérez Gay-, leyó su texto ''Construyendo significados en el aula", en el que ofreció sus reflexiones de años en torno de la lectura. Dijo al final que parte del problema es aprender a mirar lo que es el acto de leer.
En el arranque del congreso, el poeta David Huerta disertó sobre la palabra ''red" y sus diversas connotaciones e imágenes que genera, para señalar que este concepto pertenece a todo un entramado con otras palabras.
''El lenguaje es una red", dijo. Luego habló de las cualidades y nudos de la red de lectores y concluyó con un soneto de Quevedo -''uno de los más hermosos elogios a la lectura"-, uno de cuyos versos, referido a quien lee, dice: ''Vivo en conversación con los difuntos". El lector, como se coincidió ayer, nunca está solo.