La Jornada sábado 16 de octubre de 1999

Ana Esther Ceceña
ƑSolución a golpes?

TRATANDO DE ARMAR el rompecabezas de los actos represivos de anteayer por la tarde, a partir de la información oficial de los reportajes de radio, televisión y prensa escrita, así como de los recuentos de los participantes y observadores de los acontecimientos, surge una serie de preguntas que tendrán que ser contestadas por el Gobierno de la ciudad:

1. De acuerdo con el reporte policial, emitido por las autoridades responsables del operativo, la interrupción del tránsito en el Periférico duró 20 minutos (el reportaje de Roberto Garduño señala 15 minutos). Un embotellamiento de esta duración es habi-tual en una ciudad organizada básicamente en torno al transporte individual, pero hasta ahora no había suscitado una reacción co-rrectiva de la naturaleza de la del jueves. El hecho de ser una movilización estudiantil la causante Ƒcambia tanto la preocupación por la molestia de los capitalinos?

2. Con la gran experiencia que tienen los cuerpos policiacos en impedir el paso de los manifestantes (por ejemplo para no arribar al Zócalo o no acercarse a Los Pinos), Ƒno era posible que en vez de perseguir y golpear estudiantes y padres de familia solamente delimitaran la zona prohibida?

3. Si los manifestantes fueron entre mil 500 (versión oficial) y 5 mil (versión de Garduño), que seguramente podían representar un colectivo más difícil de controlar y con mayor capacidad de obstrucción Ƒpor qué sólo cuando ya quedaban 300 (o menos) es cuando se desata la reacción violenta de la policía? ƑTrescientos estudiantes no pudieron ser simplemente orillados por los granaderos?

4. ƑEra necesario patear estudiantes caídos y caídas para garantizar la vialidad? ƑEra necesario golpear a las madres que los acompañaban? ƑEs esta la manera de resolver las problemáticas sociales que propone el Gobierno de la ciudad?

Las declaraciones posteriores hechas por algunos funcionarios, en vez de tranquilizar a la ciudadanía han contribuido a enturbiar la comprensión de los acontecimientos. "Se volverá a actuar de esta manera cada vez que se entorpezca el tránsito"; "los excesos serán investigados y sancionados; el problema de la UNAM es de competencia federal"....

Por encima de las agudas problemáticas sociales que aquejan a la población de la ciudad, la vialidad y el "orden" se convierten en el eje organizador de la política ciudadana. El conflicto en la UNAM se traduce en una disputa por las formas y no por los contenidos. Los excesos (policiacos) no se evitan, mejor se sancionan posteriormente (cuando llega a ocurrir). ƑEs esa una propuesta de transición a la democracia? ƑEs esa una manera de contribuir a la solución (que no salida) del enorme problema educativo que padece la nación mexicana?

Los problemas crecientes, y cada vez más complejos de resolver de la sociedad mexicana, no pueden tener como respuesta el autoritarismo sordo. El termómetro social ya está haciendo burbujas y no se percibe, más que esporádicamente, una disposición para construir soluciones reales, colectivas y con la participación de los actores involucrados.

Si los diálogos constructivos, creadores de consensos y compromisos colectivos no son posibles con el gobierno federal Ƒte-nemos que renunciar a esta posibilidad con cualquier tipo de gobierno? ƑNo es eso parte sustancial de una alternativa democrática?

La separación que se perfila entre gobernantes y movimientos sociales expresa la profesionalización de la política como administración y mantenimiento del orden y no como debate y acuerdo social. Podría ser, pero el problema es que mientras más administra menos legitima, y mientras más se profesionaliza más va perdiendo sensibi-lidad y contacto con los procesos y sujetos reales.

La dinámica social es mucho más amplia que la que queda acotada en el ámbito partidario, parlamentario y electoral. Hay una parte de la sociedad que no se encuentra incluida en ese entorno y otra que va siendo excluida paulatinamente. En ésta se encuentran muchos jóvenes que fueron golpeados con un odio desatado. Y muchos de éstos son insolentes e irrespetuosos con cualquier representación del poder, puesto que los ha golpeado sistemáticamente. Y algunos aventaron palomas y pintaron bardas como signo de protesta. Sin embargo, así como lo entendieron todos los vecinos que los resguardaron en sus casas, no merecían esa respuesta de la policía porque, finalmente, son jóvenes que luchan por un mejor futuro, un futuro en el que, por lo menos, puedan ser escuchados. *