* Olvidó su violonchelo, valuado en 2.5 mdd, en un taxi


Yo-Yo Ma, tres horas sin su corazón

Pablo Espinosa * La agencia informativa Reuters reporta una historia que bien vale la pena contar así:

La tarde del sábado, como a eso de las cinco, el violonchelista chino residente en París y luego en Boston, Yo-Yo Ma, quien es junto al ruso Mstislav Rostropovich la máxima gloria de ese instrumento en la actualidad, se subió a un taxi en el Upper West Side de Manhattan para trasladarse a su hotel, en el centro de la gran manzana.

Veinte minutos después descendió del amarillo portamento, levantó el cuello de su oscura gabardina, recibió el frío de la tarde en sus rasgados y sonrientes ojos, pero no fue sino hasta llegar a su habitación cuando percatóse: su entrañable Montagnana, así se llama el violonchelo que forma parte de su vida desde hace diez años, se quedó en la cajuela de aquel taxi.

Merced al recibo que le expidió el taxista al chino, pudo armarse en un segundo tremendo ejército de oficiales de policía, inspectores de la Comisión de Taxis y Limusinas y funcionarios del ayuntamiento. Tras intenso rastreo de tres horas fueron hallados taxi, conductor y violonchelo, en Queens. Intactos todos.

El Montagnana de Yo-Yo Ma (recuérdese aquí la historia que nos cuenta el filme El violín rojo, válgase el paréntesis) tiene una genealogía tan honda como entrañable. Baste decir que fue construido en 1733 por el mismísimo don Toñito Stradivarius. No hace falta decir que este instrumento veneciano ųque es también góndola de sueños, cuna, naveų está valuado en unos dos y medio millones de dólares. Pero para el entrañable maestrísimo Ma vale más que eso. Es más, dice Ma, es invaluable. ''Cometí un error estúpido, pero ocurrió algo mágico y recuperé mi violonchelo".

Gracias a Bach lo rescató. Había perdido ųlo hubiera puesto así la Janis Joplinų un pedazo de su corazón.