* La Cruz Roja llevará comida y medicamentos en bestias de carga


Preparan plan para llegar a zonas aisladas de Puebla

Ante la imposibilidad de llegar por vía aérea o con vehículos terrestres a comunidades que quedaron aisladas por los derrumbes y los caminos destruidos a consecuencia de las lluvias, el Grupo de Rescate en Terrenos Agrestes de la Cruz Roja prepara un proyecto denominado URGE (Ubicar, Remontar, Garantizar y Evacuar) para subir a la sierra de Puebla con mulas cargadas de víveres y abastecer a los damnificados, informó el comandante Arturo Montero, director del agrupamiento y autor de dicho plan piloto.

La semana pasada, este grupo -integrado por unos treinta voluntarios especializados en rescates en zonas agrestes, semidesérticas, alta montaña, cavernas, aguas turbulentas y en topografía- realizó su primer operativo en Teziutlán, donde entregó 500 toneladas de víveres, evaluó los daños en la zona, levantó un censo de defunciones y zonas críticas, atendió un aborto, rescató el cadáver de un menor, y trasladó a una enferma epiléptica, además de atender un parto en Mexcalcuahtla.

Montero indicó que debido al mal tiempo y los caminos cerrados, han tenido dificultades para acceder con avionetas o automotores de doble tracción a las zonas afectadas, y planteó que el problema puede solucionarse con el uso de mulas. Cada animal podría cargar cien kilogramos, pero en lugar de transportar comida enlatada o agua embotellada, se trata de llevar alimentos ligeros y nutritivos, así como pastillas cloradas y bombas portátiles para filtrar agua.

Opinó que las autoridades carecen de "sentido común" al solicitar y enviar donaciones para los damnificados basadas en latas de alimentos y galones de agua, porque al ser tan pesadas los indígenas o pobladores de la sierra que bajan en busca de ayuda sólo pueden transportar cantidades mínimas.

Además, insistió, el peso de las despensas es mayor que su valor nutricional o el tiempo que una familia tarda en consumirlo: "vimos a indígenas que tenían los músculos severamente dañados por cargar unas cuantas latas de comida y lo que llevaban apenas alcanza para que la familia coma un día".

En lugar de latas de atún, dijo, el gobierno debería enviar alimentos ligeros pero nutritivos, y como ejemplo mencionó el amaranto, la avena y la granola, "con un alto contenido nutricional".

Si bien reconoció que difícilmente la población aceptaría consumir dichos productos como parte de su dieta diaria, sostuvo que se les puede convencer de que los ingieran ofreciéndolos a manera de postre, golosina o incluso como medicamento, y contrarrestar así la vulnerabilidad en la que se encuentran frente al brote de enfermedades por falta de alimentos.

"Si hablamos de comunidades que de por sí sufren problemas de desnutrición, las tabletas de amaranto representan un nutrimento excepcional en minerales, además de que resulta fácil transportarlas", aseveró.

Al respecto, recordó que el año pasado, cuando el huracán Mitch arrasó varias regiones de América Central, la Cruz Roja de España dotó de galletas energéticas a los damnificados y a cada niño le daban una ración diaria que contribuyó a mantener o reforzar sus defensas ante las enfermedades.

Desgraciadamente, dijo, el gobierno de nuestro país pone condiciones para recibir donaciones del extranjero, pero no instrumenta nuevas formas para auxiliar a los damnificados, aun cuando "México es un país de desastres anuales". No existen estudios preventivos al respecto, enfatizó, y lo que hoy padecen cinco estados del país es "lo mismo que ocurrió con las lluvias en Chiapas hace un año".

En tal sentido, Montero señaló que se carece de un plan logístico nacional porque si bien el Ejército Mexicano entra de inmediato a las zonas de desastre para aplicar el plan DN-III, y otras dependencias, como las secretarías de Salud o la de Comunicaciones y Transportes; la Comisión Federal de Electricidad, la Cruz Roja o la población civil se movilizan para auxiliar a los damnificados, no hay una coordinación central y "cada quien hace lo que puede y un grupo no sabe qué está haciendo el otro".

El proyecto de Montero -arqueólogo de profesión y quien trabaja sin remuneración alguna en la Cruz Roja- se denomina URGE porque se refiere a cuatro acciones concretas: Ubicar aquellos poblados o rancherías que requieran ayuda mediante un helicóptero o avioneta ligera, de dos plazas, para que tengan facilidad de maniobra en la sierra y con mal tiempo, "como las que utiliza la CFE".

La segunda parte del plan es Remontar el terreno con una recua de diez mulas (que en total cargarían hasta una tonelada de víveres) con ayuda de arrieros del lugar para aproximarse a las localidades y, mediante radiodifusoras locales, informar a los habitantes; estos rescatistas de la Cruz Roja cuentan con equipo satelital.

Una vez que el Grupo de Rescate en Terrenos Agrestes arribe a la comunidad se encargaría de Garantizar la atención básica de salud y alimentación para los damnificados, y Evacuar del lugar, también mediante las mulas, a aquellas personas que padezcan alguna enfermedad que debido al aislamiento y falta de medicamentos se haya vuelto crónica, como es el caso de la diabetes o los padecimientos de cardiopatía. Para Montero se trata de utilizar tanto la tecnología moderna como "recuperar la memoria histórica, porque las mulas siempre han sido utilizadas por nuestro pueblo", y auxiliar así a los damnificados. (Susana González G.)


* Habrían unos 20 muertos, calculan autoridades


Apenas se conoce la tragedia de algunos municipios poblanos

* Aún no llega la ayuda * Ya se presentan casos de dengue

La Jornada de Oriente, Puebla., Pue., 17 de octubre * En al menos tres municipios, apenas se está conociendo la magnitud de la tragedia causada por las lluvias, pues varios poblados fueron parcialmente arrasados por los deslaves de cerros y crecidas de ríos.

Las autoridades de esos lugares calculan que habría unos 20 muertos que no figuran en las cifras oficiales y un número elevado de desaparecidos y damnificados.

Un grupo de brigadistas encabezados por Celestina Alcántara Avelino, narró que este domingo las autoridades municipales de Tlatlauquitepec ingresaron por primera vez a la localidad de Atotocoyan.

Una parte del pueblo quedó sepultada por varios derrumbes que hubo la semana antepasada. Un grupo de adultos fue alcanzado por un alud cuando trataban desesperadamente de rescatar a unos niños que quedaron atrapados en los escombros de unas viviendas.

Los brigadistas consideran que habría unas diez personas cuyos cuerpos ya fueron localizados en medio del lodo, pero no han sido sacados porque hasta ayer llegaron los equipos de auxilio. Nadie había intentado rescatar los cadáveres ante el riesgo que se cayera el resto del cerro.

En la comunidad de Tapayula se constató que el lodo tapó la casa parroquial, una clínica, una escuela, varias casas y únicamente quedó en pie la torre de una iglesia.

"El cerró quedó como un mamey, toda la cáscara y la carne se cayeron, únicamente quedó una mole de rocas, equivalente al hueso del Mamey", comentó. Las autoridades señalan que el pueblo tendrá que ser trasladado a otro lugar, ya que el cerro en cualquier momento podría caer y terminaría por sepultar lo poco que queda.

En el municipio de Jopala dos pequeñas comunidades, Chicontla y Patla, fueron devastadas ampliamente por el río Necaxa. Carolina Pérez, funcionaria del ayuntamiento, informó que hasta este fin de semana las autoridades intentaron llegar a esos poblados para calcular el número de muertos y afectados.

Los pocos datos que han obtenido de los indígenas indican que la mitad de las casas de esas localidades, unas 150 de 300, se las llevó el río. La funcionaria sostuvo que ya hay brotes de dengue y enfermedades respiratorias. Se quejó porque ni el Ejército ni las brigadas de la Secretaría de Salud han llegado a auxiliar a la población. Unicamente hay un médico de La Ceiba prestando sus servicios.

El domingo de la semana pasada arribó una tonelada de víveres a la bodega de Diconsa. Cada familia perjudicada tuvo derecho a recibir cinco kilos de maíz y dos de minsa, pero ayer esas reservas se estaban agotando.

En Teziutlán, ayer se registró la primera manifestación de damnificados que protestan por la falta de atención. Ciudadanos encabezados por la señora Araceli Vandala, marcharon al ayuntamiento para denunciar que ni el Ejército ni las autoridades locales se han presentado en donde se cayó el puente de Tlaltenango, el cual es la única vía de acceso a cuatro juntas auxiliares.

En las cifras oficiales de la Secretaría de Gobernación, de acuerdo al último reporte que emitió el sábado por la noche, en San Pedro Camocuautla y en Jopala no hay deceso alguno. En el caso de Tlatlauquitepec, al parecer, entre los 26 muertos que se enlistan, no se incluye a los que podría haber en Atotocoyan.