Ť Obra de Willebaldo López editada por Escenología
La primera dama tiene un halo de política y gobierno mexicanos
Ť Carballido, Argüelles y Azar analizaron a ese personaje peculiar
Ť Será escenificada en el Teatro Coyoacán, a partir del día 28
César Güemes * Se trata de analizar un personaje peculiarísimo en el país: la esposa de un gobernante. Ninguno en particular, cierto, pero que por su ambigüedad y características puede representar a esa suerte de gremio. A la tarea se dio el dramaturgo Willebaldo López en su obra La primera dama, que la noche de este lunes, en el Teatro Coyoacán, fue presentada en su versión impresa bajo el sello de Escenología. El acto reunió a otros tres hombres de teatro, que en pocas ocasiones se ven juntos: Emilio Carballido, Hugo Argüelles y Héctor Azar.
Carballido explicó: ''La obra es universal, naturalmente, pero tiene un halo de política mexicana y de gobiernos mexicanos: una primera dama que decide no dejar de serlo es realmente muy curioso. Son mujeres que nunca abandonaron los guaruras, nunca dejaron de dar órdenes ni de ser condescendientes o insolentes, según su carácter. Esta situación requiere de una gran maestría para llevarla hasta sus últimas consecuencias y está lograda por Willebaldo. Es un trabajo en que un planteamiento sencillo conduce a una trama que se complica, por voluntad de los caracteres y porque tiene golpes de sorpresa que no dejan de escalonarse".
Certera creación teatral
Hugo Argüelles, quien prologó el volumen, se centró en el personaje de Rosaura, la primera dama, para diseccionarlo: ''Como seguramente le pasará a cientos de espectadores (y de lectores), yo me cuento entre los que conozco ųy aprecio profundamenteų a la que, por así decir, parece ser la musa inspiradora del relevante personaje; o por lo menos, a la que por sus 'constantes de carácter' y datos biográficos resulta fácilmente identificable con Rosaura, la protagonista. Pero eso, bien visto, es una circunstancia, un 'avatar de la realidad' ųdiría Pío Barojaų y ahí podría seguir esa distinguida persona y vivir su ciclo existencial como millones, haciendo en su momento el correspondiente mutis (eso que nos toca hacer a todos) y su vida hubiera quedado circunscrita en su realidad y en su tiempo, sin trascender más allá de esos parámetros. Sólo que, por la alquimia y la magia de la creación, si bien seguramente Willebaldo partió del conocimiento que tiene sobre esa muy especial señora, el caso es que, ya recreada por él, su Rosaura es uno de los absolutos logros de la obra.
''Insisto, ella representa el hallazgo autoral que significa llevar a escena un carácter perfectamente estudiado y, además, rico en sus matices, contradicciones, pulsiones, obsesiones, gags, manierismos, tareas escénicas y físicas y, desde luego, en su lenguaje. Así, pues, resalto nuevamente la mano eficaz y sabia del autor que supo cómo sintetizar y organizar ese magnífico hallazgo existencial (que en la vida cotidiana se llama 'un personaje fuera de serie') y convertirlo en una estupenda verdad escénica, en una realidad dramatúrgica, esto es, en una certera creación teatral".
ƑEspecie en extinción?
Héctor Azar reviró, juguetón: ''Muy puntuales las palabras de Emilio... Le descubro erudición que me apantalla a Hugo: qué quieres, se te da". Y luego pasó al análisis: ''Uno de los méritos que advierto en La primera dama es la manera en que el autor evade el riesgo al tratar un tema característicamente político, o 'polaco', a la mexicana, como puede ser la figura o el desfiguro de una primera dama; y no convertirlo en un panfletario cliché de insoportable superficialidad.
''La primera dama, especie que siento está en extinción, por lo menos nominalmente desde la década séptima del próspero e impoluto sistema político mexicano, es una comedia en que la sátira se ve fortalecida por el buen trazo de sus personajes, el adecuado uso del idioma, con el descaro sonriente y particular del personaje protagónico, Rosaura. Así se llama esta primera dama a quien el autor enmarca osadamente en la casa de gobierno, en la capital de algún estado de la República, en el interior mismo de la recámara. La recámara llamada por decreto 'oficial' y presa quizá de un arrebato temperamental a los que es tan dada la clase política, cuando desquita el poder y, más aún, cuando está por dejarlo."
Además de leída, la obra podrá ser vista en el Teatro Coyoacán a partir del próximo día 28, bajo la dirección de Felipe Oliva y el propio Willebaldo López.