La hora de los pequeños /II

Segunda Parte:

 

LOS OTROS DE ABAJO.

 

Para todos los pequeños y diferentes

 

"pronto vendrán los locos del poder

refinados / desleales / un poquito caníbales

dueños de las montañas y los valles

de las inundaciones y los sismos

esos abanderados sin bandera

caritativos y roñosos

traje cartas favores exigencias

para envainar en el buzón de tiempo"

 

Mario Benedetti.

 

Ahora afloja un poco la tormenta. Los grillos aprovechan que escampa y vuelven a aserrar la madrugada. Una gran capucha negra cubre el cielo. Otra lluvia se prepara, aunque abajo los charcos se anuncian ya llenos. La noche anda ahora sus propias palabras y de su costado saca historias aparentemente olvidadas. Esta es la hora de la historia de los de abajo, la hora de los pequeños.

Allá abajo el largo ulular de un caracol llama, sombras le responden en silencio, apretado el hierro y apresurado el negro que les cubre el rostro. Las guardias intercambian santo y seña, y al "ƑQuién vive?" la esperanza invariablemente responde "šLa Patria!" Vela la noche el mundo de los olvidados. Para ello ha hecho soldados sus recuerdos y los ha armado de memoria, para que se alivie el dolor de los más pequeños.

Llueva o no, allá abajo sigue la vela de la sombra sin rostro. De seguro sigue escribiendo, o leyendo, pero como quiera fumando esa pipa cada vez más rabona. Bueno, nada hay que hacer acá arriba, así que visitemos de nuevo la casita. Así, si de nuevo llueve, bajo techo estaremos. Aquí llegamos. šVaya! Ahora el desorden está más extendido. Papeles, libros, lapiceros, encendedores viejos. Se afana en escribir la sombra. Llena cuartillas y cuartillas. Vuelve a ellas. Algo les quita, les agrega algo. En la grabadorita un sonido muy otro, como la música de una tierra muy lejana, en una lengua igualmente distante.

"Muy otro", dije. Sí, en la hora de los pequeños tiene también su lugar lo otro, lo diferente. Y en eso debe estar pensando nuestra sombra visitada, porque he alcanzado a leer que "Lo Otro" encabezaba una de las cuartillas.

Pero démosle tiempo que termine o a que defina más el puente entre lo que piensa y siente y esa coqueta escurridiza que es la palabra. Bien, parece que ha acabado. Despacio se levanta y despacio va al rincón que le sirve de lecho. Tenemos suerte, ha dejado la vela en vela. Sí, sobre la mesa han quedado acomodadas algunas hojas. Es en la primera, donde se lee...

 

 

OTRA CARTA.

OTRO SILENCIO ROTO.

Carta 4b.

 

Para las víctimas de sismos

e inundaciones.

 

La carta que ahora sigue no la escribí yo, la recibí. Dando tumbos en un barquito de papel, un arrollo de agua de lluvia trajo hasta mi champa las hojas mojadas y las húmedas letras.

 

"8 de octubre de 1999, 04.45 am.

Sup:

 

Ahí le va para distribuirlo por sus redes. Aparte de la tragedia natural, lo que más duele es la violencia criminal que, desde las alturas del Poder, llueve sobre una población desesperanzada, mutilada, ignorante, fatigada y llena de dolor. Hagamos algo por los más de 500 mil damnificados. Estas torrenciales lluvias han dejado SIN NADA a niños, ancianos, hombres y mujeres, sobre todo indígenas y campesinos, los condenados de este sistema despiadado y genocida, inmisericorde y demagógico. Les comparto un escrito que me mandó una joven con la que estuve platicando por la mañana de ayer; en él se palpa la cruda realidad que nos golpea:

 

MARCOS 2 O, como sucedió en el Pueblo llamado .............. (ponga usted cualquier nombre de cualquier comunidad afectada, la historia es la misma), a donde llegó Zedillo y el Gobernador .............. (ponga el nombre de cualquier gobernador, son iguales) y todo su aparato informativo con muchos camiones de despensas y ayuda, y en cuanto los helicópteros que los transportaban despegaron, también arrancaron llevándose los camiones con despensas, dejando unas cuantas de ellas, lo que nos mueve a algo más que la indignación. A cada Pueblo nos informan que no nos dan ayuda porque están ayudando y atendiendo a otros que están más necesitados, no sabiendo que existe comunicación entre todos los Pueblos (la comunicación que funciona eficazmente por lo menos para conocer la situación que viven las Comunidades es la Banda Civil), y es así como nos enteramos que no hay ayuda eficaz para ningún pueblo (solamente algunos reportan una mínima y escasa ayuda que se consume en cuanto se recibe). En el caso particular de .............. (nombre de comunidad indígena) (y parece que es el caso de todos lados), lo único que se necesita es que rehabiliten la carretera, ya las organizaciones civiles se encargarán de que se subsanen desde las necesidades de alimentación hasta las necesidades de vivienda. La concentración del mejor y único medio de comunicación (helicópteros) hace que el Gobierno se vuelva soberbio y que piensen que son los únicos que conocen y manejan la situación. Pero la maquinaria gubernamental es insuficiente en la apertura y rehabilitación de caminos; sin embargo, los funcionarios encargados de esa área tampoco recurren a Pueblos y Organizaciones que tienen la capacidad y la disposición para ayudar.

.............. (nombre del estado) necesita dejar de ser el último estado en la injusta e inequitativa distribución de los recursos federales.

En los inicios de su sexenio Zedillo dijo que en esta entidad se pondría a prueba su política social: reprobó, porque no solamente nunca consiguió otorgarle al estado los recursos necesarios y suficientes para que salgamos de la marginación y el atraso milenarios al que hemos estado sometidos (no está por demás mencionar que el problema principal de .............. (nombre del estado) es el empobrecimiento y que todos los demás son sus efectos) sino además tampoco hizo lo suficiente por vigilar que lo poco que llega se administre bien y, finalmente, en los casos de desastre tampoco se constató una respuesta satisfactoria (aunque en los Medios de Comunicación se hayan adornado y lucido).

La tragedia continúa; al terremoto se agregaron las torrenciales lluvias. Todavía ayer por la noche nuestra/os promotores/as reportaban a través del Radio de Banca Civil una gravísima situación de la que aquí les describo unos pincelazos: En .............. (comunidad indígena), 100 casas destruidas por el TERREMOTO y 80 arrasadas por el río, un helicóptero les llevó un envío mínimo de víveres, hay cerca de 250 niños enfermos: en .............. (nombre de municipio) están deshechas las Comunidades de el .............. y .............. (nombres de comunidades indígenas), no les han llevado nada, un helicóptero sólo bajó a saludarlos y se fue; en .............. (comunidad indígena) solamente llevaron un mínimo apoyo a la comunidad de .............. (comunidad indígena) (que fue sepultada por un cerro la tercera parte de la Comunidad), mientras que las otras nueve Comunidades siguen incomunicadas, en .............. (municipio) además de que el 70% de las viviendas quedaron destruidas, el río arrasó milpas, cafetales y cortó carreteras, ya fueron visitados y les llevaron víveres (25 paquetes de maseca, 3 cajas de agua y 12 cajas de aceite). La situación es dramática; no solamente no ha sido superada la emergencia sino que está cada vez peor: hacen falta medicamentos, ropa, cobijas, alimentos no perecederos, láminas... Por eso nos hemos unido 4 Organizaciones para acopiar recursos y juntar donativos. No nos vamos a dejar. Ya no".

 

Ahí termina la carta. Quiero decir, lo que se puede leer. El resto está emborronado por el agua y con lodo.

Durito, colgado de una mis carrilleras gracias a su garfio, ha seguido atento la lectura.

ųƑQué te parece? ųle pregunto.

ųNo es la criminal irresponsabilidad del gobierno la que sorprende. Cierto que no son culpables de terremotos y lluvias, pero es asqueroso cómo han enfrentado la situación. La desgracia de los de abajo sólo les sirve para aparecer en las primeras planas y en los encabezados de los noticieros electrónicos. Pero no es eso lo que llama la atención, era de esperarse. Lo verdaderamente fuerte y grandioso es ese "No nos vamos a dejar. Ya no".

ųSí ųle digoų, como que otro silencio se ha roto.

ųHabrá más... ųdice Durito descolgándose hasta mi bota.

 

Vale. Salud y de acuerdo, "ya no".

 

El Sup callando con respeto.

La hora de los pequeños /III


Los otros indocumentados

Para las y los cafés en Estados Unidos

 

''somos los emigrantes los pálidos anónimos

con la impía y carnal centuria a cuestas

donde amontonaremos el legado

de las preguntas y perplejidades''.

 

Mario Benedetti

 

Cuenta Durito que, cruzada la línea fronteriza, una oleada de terror te golpea y persigue. No es sólo la amenaza de la migra y los kukuxklanes. Es también el racismo que llena todos y cada uno de los rincones de la realidad del país de las barras y las turbias estrellas. En las plantaciones, en la calle, en los comercios, en la escuela, en los centros culturales, en la televisión y las publicaciones, hasta en los baños, todo te persigue para que reniegues de tu color, que es la mejor forma de renegar de cultura, tierra, historia, es decir, rendir la dignidad que, siendo otros, andan en el color café de los latinos en Norteamérica.

Frontera/Tij/El Rancho/Indocume ''Esos brownies'', dicen los que esconden detrás de la tipificación de seres humanos, de acuerdo al color de su piel, el crimen de un sistema que tipifica de acuerdo a la capacidad de compra, siempre directamente proporcional al precio de venta (mientras más te vendas, más podrás comprar). Si los cafecitos sobreviven a la campaña de blanqueadores y detergentes del Poder en la Unión Americana, ha sido porque la comunidad latina ''café'' (no sólo mexicana, pero también mexicana, y puertorriqueña, y salvadoreña, y hondureña, y nicaragüense, y guatemalteca, y panameña, y cubana, y dominicana, por mencionar algunas de las tonalidades en las que el color café latinoamericano pinta Norteamérica) ha sabido construir una red de resistencia sin nombre y sin organización hegemónica o producto que la patrocine. Sin dejar de ser ''los otros'' en una nación blanca, los latinos levantan una de las historias más heroicas y desconocidas de este agonizante siglo XX: la de su color dolido y trabajado hasta hacerlo esperanza. Esperanza en que el café sea un color más en el arcoiris de las razas del mundo, y ya no sea más el color de la humillación, el desprecio y el olvido.

Y no sólo lo ''café'' padece y es perseguido. Cuenta Durito que, a su condición de mexicano, hay que agregar el color negro de su caparazón. Era así ''café y negro'' este valiente escarabajo, y fue perseguido por partida doble. Y por partida doble ayudado y apoyado, pues lo mejor de la comunidad latina y negra de Estados Unidos lo protegió. Pudo así recorrer las principales ciudades norteamericanas, que así llaman también a estas pesadillas urbanas. No caminó la ruta del turismo, el glamour y las marquesinas. Anduvo Durito los caminos de abajo, donde negros y latinos construyen las resistencias que les permiten ser sin dejar de ser otros. Pero, Durito dice, eso es historia para otras páginas.

Ahora Durito Black Shield o Durito E scudo Negro (si usted no está globalizado) se ha empeñado en que es importante que anuncie yo, con bombo y platillo, su nuevo libro, al que ha llamado Cuentos de Vela en Vela. Ahora me ha entregado un cuento que, dice, escribió recordando esos días cuando anduvo de wetback o mojado en Estados Unidos.

"El Arriba y el Abajo es relativo...

relativo a la lucha

que se haga por subvertirlo"

 

Carta 4c. (va incluida en el cuento).

--Es un título muy largo --le digo a Durito.

--No te quejes por el cuento o nada de tesoro --amenaza Durito con su garfio. Va pues.

 

''Había una vez un suelito que muy triste se estaba porque todos le pasaban encima y todo estaba arriba suyo. 'ƑPor qué te quejas?', le preguntaban los otros suelos. ƑQué otra cosa podría pasarle a un suelo? Y el suelito callaba que su sueño era volar ligero y enamorar aquella nubecita que, de tanto en tanto, se asomaba, y que no le hacía caso. Más y más triste se puso el suelito, y tanto era su dolor que empezó a llorar. Y lloró y lloró y lloró y lloró...''

 

--ƑCuántas veces vas a poner ''y lloró''? Con dos o tres bastan --interrumpo a Durito.

--Al grande Durito Escudo Negro nadie lo va a censurar, mucho menos un grumete narizón y, para colmo, agripado --me amenaza Durito al mismo tiempo que señala la terrible plancha sobre la que los desgraciados caminan rumbo a la panza de los tiburones. Yo cedo en silencio. No porque le tema a los tiburones, sino porque un chapuzón sería letal para mi perenne gripa. Sigo pues el cuento...

 

marcos-8 ''Y lloró y lloró y lloró. Tanto lloró el suelito que todo y todos se resbalaban si encima de él se estaban o caminaban. Y nadie ni nada tenía ya encima. Y tanto lloró el suelito que muy delgado y ligero se fue poniendo. Y como ya no tenía nadie ni nada encima, empezó a flotar el suelito y alto voló. Y se salió con la suya y cielo le llaman ahora. Y la nube en cuestión se hizo lluvia y ahora está en el suelo y le escribe cartas inútiles diciéndole 'cielito lindo'. Moraleja: No desprecies lo que tienes abajo porque el día menos pensado te puede caer en la cabeza. Y tan-tán''.

 

--''ƑTan-tan?'' ƑSe acabó el cuento? --pregunto inútilmente. Durito ya no me escucha. Recordando sus viejos tiempos, cuando trabajaba de mariachi en el East End de Los Angeles, California, se ha colocado un sombrero de charro y entona, desafinado, ésa que dice ''Ay, ay, ay, ay, canta y no llores, porque cantando se alegran, cielito lindo, los corazones'' Y después un grito destemplado de šAy Jalisco, no te rajes!

Vale. Salud y creo que tardaremos en zarpar: Durito se ha empeñado en hacerle modificaciones a la lata de sardi..., perdón, a la fragata, para que parezca de low raider.

 

El Sup Orale Essse

 

PD de wacha bato: ƑAlguien puede ayudar? Durito se ha empeñado en que el menú de a bordo incluya chilli hot dogs y burritos. šAh, qué carnal éssse!