Ť Ernesto Zedillo


Estados prósperos deben ayudar a los que tienen rezagos

Rosa Elvira Vargas Ť La función compensatoria que tiene el gobierno nacional para destinar recursos de las regiones con una mayor prosperidad relativa hacia aquellas que presentan mayores necesidades sociales es un deber irrenunciable y una condicionante del federalismo, puntualizó el presidente Ernesto Zedillo. Añadió que "estar unidos en una federación tiene sentido precisamente para que nos ayudemos unos a otros'' y para que los estados con más ventajas respalden a aquellos que presentan los mayores rezagos.

Frente a lo que parece un nuevo capítulo en la disputa que encabeza el gobierno de Nuevo León, y que es respaldada por sus diputados locales, que apenas esta semana propusieron la creación de un fondo que canalizaría recursos adicionales para los ''estados productivos'' del país, el jefe del Ejecutivo insistió en que la función compensatoria es una de las condicionantes en el federalismo, pues aquélla contribuye del modo más completo posible al desarrollo integral y a la justicia social del país.

Todavía Zedillo ubicó una segunda condicionante en el esquema federalista: la unidad nacional. Apuntó que en el marco jurídico y político de un federalismo renovado se fortalece ciertamente el libre despliegue de las peculiaridades culturales, regionales y políticas de cada región, y al mismo tiempo ese esquema cobra cabal sentido sólo si contribuye a fortalecer la unidad de los mexicanos.

En Los Pinos, Zedillo inauguró la tarde de ayer el cuarto Congreso Internacional del Consejo Latinoamericano de Administración del Desarrollo, sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública. Asistió al acto como invitado especial el secretario general de la Organización de Estados Americanos, César Gaviria, y fue ocasión también para que el Presidente hiciera un recorrido por las reformas que ųaseguróų para fortalecer al Estado mexicano ha emprendido su administración.

De entrada, señaló que los mexicanos quieren un Estado fuerte no por su tamaño, sino por su capacidad para cumplir sus tareas sustantivas; un Estado sólido en su capacidad de rectoría y cercano a la gente, capaz de escuchar y de responder con eficacia a las demandas sociales.

En síntesis, añadió, un Estado capaz de sumar y estimular la participación de todos en la atención de problemas y rezagos que se remontan muy atrás en el tiempo, a veces siglos, y cuya solución rebasa la sola acción gubernamental.

En especial, Zedillo afirmó que los ciudadanos quieren una democracia donde las diferencias no sean motivo de división y encono, sino fuente de acuerdos de largo alcance. Insistió en que México vive ya en un marco de normalidad democrática que ha sido la conclusión de un largo proceso, ''que hemos podido consolidar gracias a la participación de todos''.

Se han elaborado reglas ųestablecióų para regular los comicios, que han sido aplicadas ya en todas las entidades federativas de acuerdo con la realidad de cada una. Entre ellas, dijo, se incluyen normas transparentes y justas para financiar campañas políticas y para regular equitativamente el acceso de partidos y candidatos a los medios de comunicación, señaladamente los electrónicos.

Del mismo modo, Ernesto Zedillo puso de relieve las reformas para fortalecer al Poder Judicial y para atacar a la delincuencia organizada, pero acotó que para los mexicanos el combate eficaz a quienes delinquen es tan importante como el respeto a los derechos que tiene en todo momento cada persona. ''No admitimos que el combate a la delincuencia se haga pasando por encima de la ley y la dignidad'' humana, afirmó.

En la misma intervención, el mandatario habló ampliamente del que definió como el cambio estructural de la economía mexicana, gracias al cual ųaseguróų se han podido destinar a la atención de necesidades sociales básicas cuantiosos recursos públicos que antes se dedicaban ų''con poca eficacia, por cierto"ų a los sectores que se han abierto a la participación de los particulares.

Planteó que el esfuerzo y la responsabilidad mayores del Estado están con el desarrollo social del combate a la pobreza, y que ha sido por el esfuerzo conjunto que hoy se destina al gasto social 60 por ciento del presupuesto programable.

''La redistribución de recursos y responsabilidades del centro a los estados y municipios forma parte del nuevo federalismo que construimos para hacer más eficaz, moderna y transparente la función social del Estado", señaló.

En un país como México, con enormes diversidades culturales y regionales, con una vigorosa pluralidad política y con una participación cada vez más diversificada en la economía global, ''alentar el federalismo es el mejor medio para lograr el desarrollo con justicia social'', indicó.

Fue precisamente al abordar el tema del federalismo que el mandatario ubicó las ''condicionantes'' en su fortalecimiento: la función compensatoria y la unidad nacional. Y es que, insistió Ernesto Zedillo, a lo largo de la historia los mexicanos han podido comprobar que unidos son más fuertes y pueden enfrentar con éxito las más grandes dificultades. ''En un auténtico federalismo se consigue el equilibrio entre la unidad nacional, la diversidad cultural y la vida propia de estados y municipios. Se fortalece además la identidad de todos los mexicanos y se alienta la vocación y la capacidad de gobierno autónomo en estados y municipios'', concluyó.