Ť El Nobel, de visita en Madrid, presentó la traducción al español de Mi siglo
El olvido, uno de los principales problemas humanos, dice Grass
Ť Cometemos los mismos errores de nuestros antecesores por no recordar el pasado, define
Mónica Mateos, enviada, Madrid, 23 de octubre Ť La literatura de Günter Grass (Danzig, 1927) surge de su pincel, sus acuarelas y sus grabados. Esas imágenes luego se transforman en palabras que pretenden decretar una guerra contra el olvido. Por ello, cuando le piden que mencione una ilustración que refleje la historia de este siglo, opta por uno de sus cuadros, el de la oveja clonada Dolly, multiplicada hasta el infinito junto a un bebé, también repetido miles de veces hasta el horizonte.
ųEso es lo que nos espera ųexplica.
ųƑY de qué color pintaría ese futuro si pudiera? ųle preguntan al escritor alemán.
No lo piensa mucho: "šrosa, rosa, rosa!", responde, y desata los aplausos de un público que luego se estremece cuando lo escucha leer el capítulo ''1937'' de su reciente obra Mi siglo, el que se refiere a sus juegos infantiles inspirados en la Guerra Civil Española.
Günter Grass visitó España para recibir el Premio Príncipe de Asturias ųel viernes se realizó la entrega del galardónų y para difundir su novela-almanaque que, en opinión del autor, ha cobrado vida propia: ''Ahora todos hacen un uso doméstico del libro. Cada lector inicia la lectura en el año de su nacimiento, y continúa con los años significativos en su historia personal. Por eso digo que es un libro universal".
En sus encuentros, primero con la prensa y más tarde con sus lectores, el escritor alemán habló acerca de las crueldades y las promesas de la centuria que está por terminar. ''No estamos dejando un mundo muy ordenado, y uno de los grandes problemas es el olvido. Los seres humanos tendemos a cometer los mismos errores que nuestros antecesores por no acordarnos del pasado.
''Los periodistas se cansan de escucharme cuando hablo del problema de los refugiados en Europa, porque vengo diciéndolo desde hace mucho y a nadie le preocupa este conflicto, porque se ha vuelto algo cotidiano, pero denota la tendencia de Europa a convertirse en una fortaleza. Sería un gran error, pero se están cerrando las puertas y con ello erosionando los principios democráticos''.
En el salón de baile del Círculo de Bellas Artes, recinto donde se efectuó la charla con el galardonado, se recordó que fue en México donde se realizó la primera traducción al español de una obra de Grass.
En tanto, Amaya Lezcano, de la editorial Alfaguara, bromeó al señalar que por segundo año consecutivo un escritor del catálogo de esa casa editora obtiene el premio Nobel: "No tenemos ningún espía en Estocolmo. La coincidencia se debe a 35 años de trabajo de Alfaguara que celebramos ahora con los premios a Saramago y Grass".
Como si fuera un oráculo, la pregunta recurrente para el autor de El tambor de hojalata fue su pronóstico acerca de los años venideros: ''Espero días nublados y días soleados. Vamos arrastrando problemas que no hemos solucionado, como la sobrepoblación, la energía atómica que se ha convertido en un polvorín, la tecnología genética que avanza sin control y la mentalidad neoliberal de algunos gobernantes que han entregado el poder a la economía".
El autor de Malos presagios explicó que en el aspecto literario a él le espera un periodo de reposo, pues no es afecto a escribir un libro tras otro, porque entonces se tornan vacío. Para cargar la energía de las musas escribanas, dijo que seguirá pintando, dibujando y cocinando. La cocina ''es algo que me gusta mucho, hay tantas cosas que hacer mientras me decido a escribir de nuevo, que lo que sí es seguro es que no me voy a aburrir''.
Grass detalló su forma de crear: "Escribo y pinto por igual. Nunca me he visto obligado a optar por una sola actividad. Cuando escribo lleno de dibujos las hojas, pinto constelaciones de las que brotan las palabras, y cuando hago mis acuarelas surgen poemas, por eso las llamo acuacoplas''.
Respecto de la obtención del premio Nobel, confesó que desde hace 20 años, cada otoño, en su oficina se desataban los nervios, hasta que llegó la esperada noticia hace unos días: "Me alegro no haber recibido este premio cuando era joven, habría sido contraproducente. A los 75 años lo acepto con agradecimiento e ironía. Y creo que el siguiente Nobel le toca recibirlo a otro continente, a China, por ejemplo".
Sobre la novela Mi siglo, Grass añadió: "No me atrevería a calificarla como un trabajo autobiográfico. En el fondo sólo le doy la palabra a quienes hacen la historia pero no han podido contarla, como las víctimas o los verdugos, no a la gente en el poder. Hacer autobiografías es aburrido, es un 'honor' que le dejo a los políticos o a los críticos literarios. Me gusta mentir, retomarme en la ficción''.
Acerca de su relación con los jóvenes escritores, comentó que más que una influencia, ha sido un estímulo para algunos, y recalcó que es un error entre quienes empiezan a escribir el caer pronto en la autobiografía: "El ombligo de cada uno no es tan importante... Tranquilos, escriban acerca de lo que ven, que ya el propio ego hallará los caminos para traslucirse".
Poemas gráficos
En la obra pictórica de Günter Grass hay ciertos elementos que son prácticamente imprescindibles, como los peces y las anguilas que se transforman en falos dentro o fuera del hogar de las delicias. O las gafas, por medio de las cuales los ojillos negros del escritor espían las imágenes del mundo que luego transformará en palabras contundentes. También hay sapos, muñecas rotas, hongos, caracoles, zapatos, ratas que juegan con pitufos y pipas humeantes, pero sobre todo, palabras como fetos que en los dibujos de Grass no solamente son poemas, sino horizontes o la sombra de un hombre acuchillado.
Luego de visitar esta exposición de acuarelas y grabados que datan muchas de ellas de los setenta, Grass charló con Iñaki Gabilondo acerca de Mi siglo, ante un público que abarrotó el teatro del Círculo de Bellas Artes y festejó las ironías y duras críticas del escritor alemán en torno al capitalismo, que en su opinión "está en plena decadencia".
Este es un fragmento de dicha conversación:
ųƑCómo escribió su reciente novela Mi siglo? ƑFue cronológicamente?
ųNo me gusta llamarla novela. En el fondo son historias que pueden vivir por sí mismas, pero que tienen una relación y por tanto un fluido épico. Son bloques temporales. Me topé con un problema al hablar de los años de la Primera Guerra Mundial, porque se ha escrito muchísimo acerca de esa época. Entonces busqué una perspectiva que hasta ahora no se hubiera utilizado. Se me ocurrió que una joven investigadora suiza hiciera un trabajo acerca de los armamentos y las consecuencias de esta guerra.
''Entonces busca testigos importantes, que son dos de los escritores que mejor reseñaron ese periodo. Esa es la ventaja de la ficción, que se puede mentir de cierta manera y configurar situaciones para conseguir una visión nueva, en este caso, de esos años''.
"En general, en Mi siglo quise contar historias desde el punto de vista de personas que no estuviesen en posiciones de poder, sino a las que les sucedía la historia como algo del destino. Entonces, mis personajes son rebeldes o refugiados, en fin, todo lo que hace la guerra. Tuve miedo de entrar en el papel de narrador a partir de 1927, cuando nací. Pero me di cuenta de que globalmente estoy presente y me convertí en ficción de manera natural, al hablar de temas que conocía, y los conté desde mi perspectiva.
''Siempre intento contar las cosas desde el punto de vista de las personas a las que les pasa la historia, es decir, que están del lado de los perdedores, que no tienen la posibilidad de poner por escrito su experiencia".
ųƑSu literatura es un antídoto contra la historia mal contada?
ųNo hay normas. Cuando terminó la guerra yo quería ser artista y vivir la vida desde un punto de vista estético y lírico, hacer teatro de lo absurdo. El compromiso de un escritor nace por muchas razones, dependiendo de sus circunstancias. Cada autor tiene su propio ambiente y tiene que enfrentarse a sus propios temas.
ųƑPor qué resucita a su madre en el último capítulo de Mi siglo?
ųElla murió en 1954. Apenas era un estudiante de pintura y nunca pudo vivir ni un mínimo éxito en mi trabajo artístico. Por lo cual mi relación con ella era con base en mentiras, es decir, le anunciaba todo lo que iba a ser. Le decía que iba a ser mayor, rico y famoso, yo estaba seguro de eso aunque no sabía cómo lo iba a lograr. Mi madre se alegraba con estas mentiras. Esa fue una de las razones por las que al final de este libro quise usar un truco literario para llamarla a la vida y obligarla a celebrar conmigo su cumpleaños número 103''.
ųƑCómo debemos de digerir el pasado para avanzar en el futuro?
ųConstruyendo menos monumentos y más centros de información para las nuevas generaciones. Es lo que falta para no repetir errores, šes urgente!