n Continúa la reubicación de reos, pero aún quedan mil 200
Insisten en que hay 16 muertos más en el penal
René Alberto López, corresponsal, y Alonso Urrutia, enviado, Villahermosa, Tab., 23 de octubre n En un ambiente de "calma relativa", no obstante que se prohibió la visita de los sábados a familiares, otros 200 presos fueron desalojados del Centro de Readaptación Social del Estado de Tabasco (Creset) y reubicados en prisiones de los municipios de Tlacotalpa y Cárdenas. En esa prisión permanecen aún alrededor de mil 200 internos, informó la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
También hoy cuatro visitadores de la CNDH confirmaron que "oficialmente" fueron nueve los muertos, aunque hoy recogieron la versión de algunos internos que insisten en que todavía hay cadáveres en el área de sentenciados del fuero federal conocido como Almoloyita.
"Son versiones que los mismos internos nos comentan, que hay cuerpos bajo el agua, y les hemos pedido que nos proporcionen una lista de las personas que están presentes, para hacer una primera evaluación de cuántas personas no van a aparecer en esa lista", indicó en entrevista José Luis Lobato Espinosa, tercer visitador de la CNDH.
"La situación es de una calma relativa. Un poco más tranquila, pero las condiciones difíciles del penal no nos pueden garantizar nada", señaló.
Los familiares de los internos comenzaron a llegar desde las cinco de la mañana al reclusorio. Una larga fila de más de mil personas, en su mayoría mujeres, esperaban turno para ver a sus presos, pero se les informó que este sábado no habría visita, y sólo se les permitió pasar, a través de los llamados morraleros -presos de confianza- alimentos, agua y despensas.
Trascendió que en el área de sentenciados del fuero federal permanecen armados con machetes unos 500 internos, que han amenazado con "matar a los reos del fuero común que no se unan a ellos" y se oponen a ser desalojados del reclusorio.
Afuera, angustiadas mujeres preguntaban a reporteros y visitadores de la CNDH si sabían de los otros muertos. Algunos dieron a conocer los nombres de internos del fuero común como Lorenzo García Sánchez, Daniel Vicuña Gómez y Manuel López de Dios, quienes no figuran en la lista de muertos y en el penal nadie sabe "informar qué fue de ellos".
Dominga Sánchez, madre de Lorenzo García, angustiada y llorando mostró a los visitadores de la CNDH un mensaje que le envió otro interno a su esposa: "Yo me encuentro bien, pero mataron a Lencho, avísale a su mamá". Los enviados del organismo prometieron indagar.
Un mensaje escrito de otro recluso dice: "Manda lo que tengas que mandar. El traslado es voluntario, pero no me voy. Hay otros 16 muertos, cinco están flotando en el agua".
Por eso muchas mujeres, hasta entrada la tarde, no se movían en espera de noticias de los presos que suponen están muertos. "Y las autoridades no nos quieren informar".
Cerca de las tres de la tarde irrumpieron frente al reclusorio ocho autobuses, al mismo tiempo que se observó un amplio despliegue policiaco integrado por elementos de la Policía Federal Preventiva, la Dirección de Fuerza de Protección y del Grupo de Antimotines.
Más tarde se supo que las autoridades carcelarias, los visitadores de la CNDH y una comisión de 10 presos del fuero común signaron un acuerdo, que avaló un notario público, en el que se convino que 150 internos serían reubicados en la cárcel municipal de Tlacotalpa, a 90 kilómetros de aquí, y otros 50 en el penal de Cárdenas, a 50 kilómetros de esta capital.
De seis en seis fueron retirando en lanchas a los presos, que luego eran subidos en los autobuses. Hasta las seis de la tarde, seis de los vehículos habían partido con 144 reos, y esperaban frente al reclusorio dos autobuses.
"A los internos del fueron común se les dice que el traslado es voluntario, aprovechen esta oportunidad", se escuchaba por un altoparlante que a cada rato repetía ese mensaje.
Con esta nueva reubicación de presos, son ya cerca de 800 los reclusos desalojados de ese penal que continúa inundado. Además, la CNDH informó que se revisan entre 50 y 60 expedientes para otorgar el beneficio de la preliberación a otros prisioneros que han mostrado "trabajo y buena conducta".