Ť Autor del libro Sobre usos y abusos de la moral
Abordar el sida mediante la ética, propone Mark Platts
Ť Escandalosa, la indiferencia ante los problemas de salud en México
César Güemes * El sida entendido como pandemia y visto desde la perspectiva de la ética es el centro del trabajo de Mark Platts, investigador que hace una propuesta al respecto en su más reciente libro, Sobre usos y abusos de la moral (ética, sida, sociedad), coeditado por Paidós-UNAM. La necesidad de que en México la filosofía y la ética estén muy cerca de la problemática que rodea a la pandemia, es el tema de la charla.
ųNo es usual que el estudio de la ética en México tome como materia de trabajo un asunto de salud pública como es el sida. ƑQué lo lleva a relacionar ambos rubros?
ųUna de las razones para desarrollar este proyecto era aterrizar los conceptos de la ética en un hecho concreto. El sida, por su complejidad, era un terreno ideal para poner manos a la obra. En cuanto a este padecimiento, además, hay muchos problemas éticos relacionados. Por eso tengo la esperanza de que los filósofos podamos contribuir a la discusión de los problemas morales específicos. En cierto momento advertí que en México nadie estaba relacionando por lo menos dos disciplinas para buscar soluciones, a diferencia de Estados Unidos, en donde grupos de filósofos trabajan sobre la conflictividad moral relacionada con el sida desde hace 15 años.
''Parto de la idea de una moral social tolerante, solidaria, que de verdad respete las diferencias entre las personas. Trato de articular una base general de conceptos que debería prevalecer en relación con enfermedades como el sida y otros aspectos de la vida social. Eso conlleva inmediatamente a enfrentarse con los prejuicios y el rechazo. Me parece escandalosa la indiferencia de muchas personas e instituciones ante los problemas de salud en el país. El punto de partida es que intento quitar hasta donde es posible el concepto de 'moralidad sexual', porque eso es algo enfocado a los individuos, a lo que hace el vecino y es entonces cuando nacen los prejuicios que operan en la vida social del país."
Romper un silencio de seis años
ųUn libro como el que ahora publica, Ƒllegará a las personas o instituciones que pueden incidir en el cambio de actitud ante un problema concreto como el que aborda?
ųDe hecho, lo enviamos a algunas de las autoridades en la materia. Si las personas responsables lo leen o no es algo que sale de nuestro control. Tengo la esperanza de que el actual secretario de Salud pueda echarle una mirada al texto, a diferencia del titular del ramo hace algunos años. Esto es como lo que sucede en Conasida. Aquí en el centro del país, quienes laboran en el sitio están muy interesados en el tema, además de la relación con el padecimiento y los derechos humanos. En cambio, si uno acude a las dependencias similares en alguno de los estados, en el mejor de los casos los encargados son cínicos. Desde luego que a alguien así no le va a interesar lo que dice este libro ni lo que diga cualquier otro.
''También debo decir que ni por un momento escribí este volumen pensando en tocar las alturas del poder con mis propuestas. En parte, porque sé que el impacto del poder en las personas puede ser muy negativo y, en parte, porque sería pretensioso como autor pretender modificar el trabajo de alguna institución. Espero, sin embargo que alguna que otra persona en particular se interese por un problema como el que planteo y comience a modificar sus actitudes. En cuanto al efecto práctico del libro mi esperanza es muy modesta, como puede verse."
ųSi desde hace 15 años en Estados Unidos se escribe sobre el tema desde la perspectiva de la ética, Ƒa qué atribuye el silencio desde esa misma óptica en México?
ųHay que ubicar el asunto en la interacción de dos flujos. Uno es la política gubernamental acerca del sida y otro es sobre la naturaleza de la academia en México. En cuanto a la política de salud, pienso que cuando inició la conciencia sobre el sida, hace años, Soberón y sus colaboradores lo hicieron bastante bien. Claro que había equivocaciones, como hablar de ''grupos de riesgo". Pero recordemos que Soberón fue el primero que habló del condón en los medios de comunicación masiva. Luego vino un sexenio calamitoso en este aspecto justamente por el silencio. El secretario de Salud decía, entonces, que el problema del sida en México estaba controlado en lo básico. Es algo increíble. México es el único país en el mundo donde se puede afirmar algo tan fuera de sitio. Hubo, pues, un silencio por seis años, pese a los intentos de organizaciones no gubernamentales para romperlo. Lo que pasa es que romper el silencio de los medios cuando éste viene del gobierno es algo muy difícil.
''Por su lado, la academia no estaba especialmente interesada en el tema. Hace 25 años en Estados Unidos no existía la materia de ética médica en donde participaran filósofos. Pero, de entonces a la fecha, el crecimiento en ese aspecto es enorme. En México esto apenas inicia. Supongo que, en parte, se debe a que mucha de la filosofía realizada aquí emplea un vocabulario técnico, metafísico y oscuro. Aun si hubiese hablado de asuntos relacionados con el sida, nadie se iba a enterar por el tipo de lenguaje. Sospecho que a muchas personas dedicadas a la filosofía les incomoda el tema. Eso lo veo entre mis estudiantes por lo menos en 30 por ciento. Pienso que entre mis colegas el porcentaje es semejante. Eso se vincula con muchos aspectos de la sociedad nacional. En algunos casos los ciudadanos prefieren que ni siquiera se hable de ciertos asuntos. No veo por qué los filósofos habrían de pensar distinto del común de las personas, al menos en principio."