Ť La apertura de vías encubre el avance militar
De la mano, fiebre caminera y hostigamiento contra zapatistas
Ť Quejas de habitantes de municipios autónomos contra el Ejército
Hermann Bellinghausen, enviado, Moisés Gandhi, Chis., 25 de octubre Ť Bajo el pretexto de un nuevo camino, de menos de 20 kilómetros, las comunidades en resistencia de esta región, a una distancia equivalente de las ciudades de Ocosingo y Altamirano, han visto crecer el hostigamiento militar y las amenazas en forma de rumor, durante los días pasados.
Según los voceros del municipio autónomo Che Guevara, se trata de una violencia, una humillación y una provocación.
"La gente de la comunidad piensa qué puede pasar y cómo se pueden tranquilizar esos soldados, por eso venimos a denunciarlos", declaró hoy uno de los voceross del municipio autónomo.
Tristes y humillados
"Ora sí nos cayó un grupo armado", bromeo con el joven que vigila la reja de entrada a la comunidad, cuando se aproximan cinco hombres, ya mayores, con hachas y machetes. Son la comisión que hablará con los periodistas.
ųLuego de hablar aquí van a corta el leña, por eso train su machete, su lazo, su mecapal ųexplica, sonriente, el muchacho.
Moisés Gandhi, cabecera del municipio autónomo Che Guevara, a un kilómetro del crucero de Cuxuljá, en la carretera San Cristóbal-Ocosingo, es un lugar visiblemente pobre. Tierras mustias, bosques talados, casas de madera muy modestas y dispersas, milpas excesivamente trabajadas en las laderas. Pobres, aun para estas regiones de pobres, aquí son, como buenos tzeltaleros, alegres y orgullosos. Y como suelen ser los zapatistas en resistencia: bastante cautelosos.
Para ellos, la presencia del Ejército tiene un carácter de ofensa, de agravio: "Los soldados aquí, en esta parte, a su gana hacen retenes. A toda la gente los hacen de parar y preguntan de comunidad y nombre. Interroga por sus mochilas para revisar. Dice que quiere saber si lleva armas. Diario diario nos hacen así, a chicos y grandes, va parejo", dice Rufino, de pie, con un pequeño papel arrugado en la mano
Y agrega con un tono sencillamente digno: "Para nosotros es una violencia. No hay libre tránsito. La gente siempre les tiene miedo a los soldados. En actualmente nos sentimos tristes y humillados por los militares. Por eso queremos decirle al gobierno que nos deje en paz".
Entonces interviene otro hombre, mayor que Rufino: "Su idea del soldado es saber quién es persona de Moisés. Algunos ya lo tienen su nombre y lo preguntan para identificarlo".
El acceso a Moisés Gandhi y una decena de comunidades, tanto priístas como zapatistas, es controlado por el Ejército en la única vía de acceso. Un cuartel funciona como puesto de control en Cuxuljá. Recientemente los soldados invadieron tierras de la comunidad Moisés Gandhi para hacer su campo de futbol. Precisamente hoy, en dicho campo juegan una veintena de soldados en shorts y camisetas verde olivo.
Por allí y por el cuartel pasan diariamente los niños y niñas que salen a la escuela "y para hacer unos sus mandaditos, y los soldados los paran para interrogarlos", dice el hombre.
En los días recientes, las presiones de los militares sobre la población civil se incrementaron inexplicablemente. Rufino, quien trae la voz, relata:
"El martes pasado llegaron aquí unos 20 soldados para entrenarse", y señala el prado a nuestras espaldas.
"Pero de repente llegamos a ver que se van a nuestro monte, donde antes no se han pasado, y se repartieron escondidos como si fueran a hacer algo. Tomaron posiciones, pues.
"Ese día tuvimos que juntar la gente, a ver qué podía pasar. Hay rumores de los priístas de que los soldados quieren entrar en nuestra comunidad. También hemos escuchado de los priístas que quieren que se haga carretera a la colonia Virginia, y han contactado para que pase juntamente con los soldados, y eso no lo queremos".
Caminos envenenados
A pesar de su cercanía con las vías de comunicación, el municipio autónomo Che Guevara también ha sentido la fiebre caminera que, bajo el pretexto de inversión social, ha sido vía y pretexto para la expansión progresiva del cerco militar.
La presión para que se construya y militarice el camino proviene, se supone, de los priístas de Virginia, Comalchín, Nazaret y Santa Juanita.
Otro hombre más, bajo el mismo cobertizo desnudo que agita un viento fuerte y frío, dice mientras el cuerno para llamar a la gente se balancea en una viga:
"También vemos que no tiene sentido que hagan carretera de dos sentidos, como dicen del gobierno: no es necesario, no hay pueblos grandes. Es pretexto. Y sabemos que se van a chingar muchos árboles, como de por sí hacen. Ya del cuartel nos dejaron pelón un bosque".
Una vez más, la creación artificial de un conflicto entre priístas y zapatistas, donde los primeros, de inmediato, reciben la atención, el respaldo y la orientación de las tropas federales.
Rufino dice que la maquinaria "ya llegó en Cuxuljá" y esperan que terminen las lluvias para comenzar. "Han dicho los priístas a la gente que las máquinas van a entrar con violencia. Los militares estos días nos quieren hablar, ver frente a frente, dicen que para convencernos".
"ƑPor qué ora han mandado esa ampliación y no antes?", se pregunta un viejo. "Lo que estoy viendo es que el gobierno hace como quiere, y no se atreve a cumplir los acuerdos de San Andrés".
Según Rufino, el jueves 21, por la muy cercana población de Abasolo ingresaron cuatro camiones de tropa y uno de Seguridad Pública, "y nos rodearon por atrás, rumbo a la colonia Aurora".
"El viernes en la tarde llegó gente del gobierno para hablar con nosotros". Y menciona a Rafael Molina Matus, coordinador regional interinstitucional; a Jorge Gutiérrez Toledo, delegado agrario, y a Miguel Gómez López, de la Secretaría de Atención a los Pueblos Indígenas.
"Su intención es mandar que la autoridad juntemos la gente. Preguntamos qué querían. Y dijeron que no estamos con el gobierno. Ellos ya saben que no tenemos acuerdo del camino, lo que vienen es a buscar problemas. El gobierno manda así a hacer la provocación".
(No muy distinto fue el procedimiento gubernamental que propició la irrupción del Ejército en Amador Hernández: Tan-teando un incidente, el que sea, los funcionarios piden la intervención del Ejército).
El viejo, en tono encendido, agrega: "Tampoco queremos que los soldados se vengan a bañar en este arroyo. Ellos y sus prostitutas están ensuciando el agua del manantial".
Para terminar, Rufino dice: "Queremos demandar que los soldados no sigan tumbando los árboles de este bosque, lo hacen aunque el gobierno dice que se prohíbe. ƑY sabe por qué chingan los árboles? ųdice a la vez que señala la arboleda en dirección al cuartel. El mismo respondeų: Para que se quede despejado el paso y nos puedan atacar si lo deciden".