La Jornada miércoles 27 de octubre de 1999

ASTILLERO Ť Julio Hernández López

Léanse juntos algunos datos recientes y se verá que el sistema está apretando con fuerza rumbo a la fecha central del proceso de transmisión del poder priísta que será el próximo 7 de noviembre: La detención de dirigentes del ERPI ha sido equiparada por altos funcionarios con la caída, en su momento, de Lucio Cabañas y de Genaro Vázquez Rojas; el conflicto de la UNAM permite prácticas de contrainsurgencia como el secuestro, la infiltración, la provocación y los grupos paramilitares; la presión sobre los gobernadores para que garanticen el triunfo labastidista les lleva a cometer exabruptos, algunos tan graves como los de Roberto Albores Guillén...

Tales rigores del sistema son parte de la acometida conjunta que todas las fuerzas del aparato PRI-gobierno realizan desde ahora, para instalar a Labastida como candidato oficial, y para preparar el triunfo de éste en las elecciones del 2000.

El ERPI: un golpe oportuno

La secretaría de Gobernación (por voz de su secretario, Diódoro Carrasco, y de uno de los subsecretarios, Jorge Tello Peón) pareció aprovechar con mucho sentido de la oportunidad la detención de cuatro personas vinculadas al ERPI, uno de ellos presuntamente su máximo dirigente.

Ya de por sí el operativo antiguerrillero tiene varios aspectos que mueven a dudas y a suspicacias, como los testimonios que aseguran que cuando menos uno de los detenidos oficialmente en Chilpancingo lo habría sido en realidad en San Luis Potosí, pero el mayor punto polémico se da en el hecho de que las autoridades han pretendido darle a estas detenciones un tono de tanta importancia que, aparentemente, sus ramificaciones y contactos podrían hacer temblar a dirigentes políticos y de movimientos sociales que de alguna manera hubieren tenido alguna relación con esa organización armada. En Guerrero, para no ir tan lejos, la detención central del caso se realizó en una colonia denominada PRD, y el hecho agrega tensión al cuadro de secuestros, asesinatos y operativos de constrainsurgencia que se realizan contra diversos personajes del sol azteca, entre ellos senadores, diputados electos y regidores.

Aun cuando el efecto buscado no fuera ese, lo cierto es que el caso del ERPI está siendo usado para tensar y atemorizar, acciones ambas bastante útiles para reducir los ímpetus opositores en momentos cruciales para el sistema.

Los otros ultras

La viscosa mano de la represión selectiva está también presente en el conflicto de la UNAM. Diluida entre la escandalera hecha tanto por los ultras internos como por los externos, poca atención colectiva parece merecer la multiplicación de hechos tales como la desaparición de personas y, ahora, la aparición de grupos con características paramilitares que han tomado instalaciones como la Preparatoria 9, en oposición a los paristas.

Ya que una buena parte de la sociedad se muestra cansada de los excesos cometidos en el asunto de la UNAM, la aparición de la mano dura, de las venganzas anónimas, de los escuadrones justicieros, pretende tener una justificación: si nadie mete orden, ni hace valer la ley, alguien lo debe hacer, así sea con métodos de terrorismo que parecen provenir de ciertos grupos de la élite del poder que se siente en peligro.

Albores, como las presas: a punto de reventar

Lo que ha hecho Roberto Albores Guillén en favor de Francisco Labastida Ochoa no es más de lo que otros gobernadores, pero sí con mal gusto, mal tino y mal vino.

Albores no se ha movido sólo, ni por accidente, en ninguno de los actos centrales de su administración: cuando ha actuado contra municipios autónomos zapatistas, lo ha hecho en seguimiento de la lógica impuesta en Gobernación por Francisco Labastida; cuando ha volcado todo cuanto tiene en favor del sinaloense convertido en precandidato, ha sido porque la lógica del sistema así se lo ha impuesto.

Nada más que, a diferencia de otros, a Albores se le han notado de más las zurcidas, los parches, los agregados. Pero el sistema en pleno está trabajando, ya hoy, a marchas forzadas, para tener todo listo para el 7 de noviembre: suficientes recursos económicos para la movilización, control pleno de líderes y caciques para garantizar la entrega de actas y urnas con los resultados previamente deseados, preparación de la avalancha mediática para hablar de unidad, legalidad y legitimidad

Dejad que los priístas vayan al PAN

Las vírgenes y los santos del pragmatismo confesional habrán de perdonar a los pecadores modernos que están llevando al partido blanquiazul a violar uno de los mandamientos panistas tradicionales que es: no desearás a los priístas.

Fray Luis Felipe acaba de convalidar, y fortalecer, la infractora tesis que antes había insinuado el beato de las botas picudas, fray Vicente: bienvenidos los priístas disidentes, pues de ellos será el reino del 2000.

Sabido es que con el advenimiento de los últimos tiempos habránse de ver desvarios sin fin: por ello es necesario perdonar a esos varones pecaminosos pues, al invitar a su seno a los priístas inconformes con la imposición de Labastida, en realidad, no saben lo que hacen...

Astillas: Meses atrás se apuntó aquí la pretensión de influyentes segmentos del clero conservador, y del gobierno federal mexicano, de impedir que el obispo coadjutor de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Raúl Vera, relevara a don Samuel Ruiz, quien por razones de edad deberá dejar su actual cargo eclesiástico en enero próximo. Ayer se difundió la versión de que Vera habrá de ser nombrado obispo de Saltillo y no de la demarcación religiosa conocida a nivel mundial. El motivo del cambio de ruta para Vera se debe a que, designado originalmente para ir tomando paulatinamente el pulso de aquella diócesis, e irse preparando para relevar al obispo en retirada, ese coadjutor fue mostrando compromiso con las causas de los más necesitados lo que, a juicio de sus censores religiosos y gubernamentales, le convertiría en partidario de indígenas y zapatistas. La historia, por lo demás, todavía no está escrita de manera definitiva...Los tres precandidatos priístas al gobierno de la capital del país (que en realidad nada más son uno: el oficial, el aliado con Labastida, el predestinado, cuyo nombre ni siquiera se escribirá aquí porque todo mundo sabe quién es) fueron ayer con el presidente Zedillo para cumplir con el ritual de la santificación democrática que se está imponiendo desde Los Pinos a todos quienes han participado en esta bonita comedia de carácter denominada Elecciones internas. Bien portados, con su prematura calabaza de Halloween en la mano, los dos que no ganarán seguramente ya aseguraron una buena indemnización por haberse prestado al espectáculo del año. Uno ya fue procurador federal del consumidor, luego de haber sido productor de una representación teatral parecida; el otro virtual perdedor no ha podido conseguir sino un papel de Rocky azteca, luego de haberse eternizado en una caracterización poco redituable de líder empresarial. Si es que no recibieron su regalo de brujas adelantado, los dos actores secundarios ya podrán irle haciendo una simpática carta a Santaclós. Pero, bueno, no hay que perder la fe: si hasta en la lotería hay reintegros y premios de consolación...

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