* Stanley también lo fue
Bezares es adicto a la cocaína, ratifica Benito Castro
El comediante Benito Castro ratificó ayer en el juzgado 55 penal las declaraciones que hizo horas después del asesinato de Francisco Stanley ante la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), en las cuales dio a conocer la adicción a la cocaína de aquél y Mario Rodríguez Bezares. Al final sólo agregó que creía plenamente en la inocencia de éste último, pues consideró que no era capaz de participar en el crimen.
La vocera de la PGJDF, Susana Manterola, señaló que ambas observaciones carecen de importancia para el proceso: la primera "por el hecho de que no se está persiguiendo un delito contra la salud", y las segunda porque es un mero juicio personal que carece de valor jurídico.
En una maratónica audiencia en el proceso de los acusados por el homicidio de Stanley, siete horas bastaron para la presentación de cinco testigos: Benito Castro; Lourdes Hernández Gómez, esposa del agente de seguros Juan Manuel de Jesús Núñez, quien también fue asesinado en el atentado; el valet parking Pablo Hernández Pérez, y dos trabajadores del restaurante El Charco de las Ranas: Armando González Villanueva y Enrique Martínez Olivera.
Todos ratificaron sus declaraciones, en las que indicaron no haber visto o no estar plenamente seguros de que el sicario que disparó a Stanley es el mismo que presentó la PGJDF: Erasmo Pérez Garnica, El Cholo.
Necesidad por el pasón
En su testimonio, Arturo Castro Hernández, conocido en el medio artístico como Benito Castro, señaló que Stanley y Rodríguez Bezares ya eran adictos a la cocaína cuando los conoció, y que ambos consumían el alcaloide cuando menos diez veces al día, aunque Stanley más, gracias a su capacidad económica. Admitió que él también usó la droga (que dejó hace más de nueve meses), pero desconoce quién la distribuía a aquéllos. A él, indicó, se "la llevaba una persona que lo visitaba en los camerinos" (de Televisa), cuando realizaban el programa Pácatelas.
Señaló que el comediante asesinado tenía necesidad de "darse un pasón" en cualquier parte, "siempre entraban (Stanley y Bezares) y salían juntos". La otra afición que tenía Stanley, reveló Castro, eran las mujeres. Sobre sus ingresos, refirió que desconoce los montos, pero "sabe que ganaba mucho dinero" y que la empresa ST Producciones no era redituable, sólo el foro de cine en la parte alta de dicha compañía.
Tras la rejilla de prácticas, Mario Rodríguez Bezares se limitó mover la cabeza en un gesto de reprobación, mientras miraba fijamente al testigo, aunque más tarde recobró la sonrisa.
González Villanueva, empleado del restaurante, manifestó en su declaración que durante el atentado se dirigió al baño, de donde iba saliendo Bezares, y le dijo que se metiera; ahí el patiño se limitó a caminar de un lado a otro, desesperado.
La esposa del agente de seguros asesinado indicó que estaba en el automóvil cuando se inició la balacera y nunca pudo ver al homicida. En tanto que Hernández Pérez, el valet parking, quien pasó a un lado del homicida de Stanley ų"pasó pegado junto a mí"ų describió a una persona robusta, como de 1.75 de estatura, con bigote recortado, sombra de barba, pelón y vestido con un traje color café oscuro; sin embargo, reiteró que no reconoce plenamente a El Cholo como la misma persona que ultimó al comediante. (Angel Bolaños Sánchez.)