La Jornada viernes 5 de noviembre de 1999

Astillero Ť Julio Hernández López

Ha terminado la guerra de los cinismos, y ahora sigue la guerra de los mapaches.

Primero, fantásticamente los cuatro buscaron deshacerse de sus historias, de sus responsabilidades, de sus culpas: ejecutores y beneficiarios del dedazo se manifestaron democráticos; pecadores de las arcas abiertas se declararon honestos y ahorradores; cómplices de los abusos del sistema se dijeron ajenos a las trapacerías.

Y pelearon por endilgarle al otro lo que en el fondo los cuatro han sido: salinistas por acción u omisión, por favores recibidos o silencios guardados; salinistas obligados en cuanto han sido, son, parte del sistema cuya ramificación actual (pese a los enconos personales) es el zedillismo...

Pero ha pasado ya la etapa de la purificación, y ahora los dos santos varones finalistas han entrado a la nueva etapa, la de la praxis, la de los hechos, la de la guerra sucia interna: el duelo mapache del siglo.

Un duelo de honor, en realidad, pues los madracistas saben que están en desventaja estructural (el apoyo de la mayoría de los gobernadores priístas a Labastida será definitivo), pero desean remontar el marcador, que desde ahora les han advertido que será adverso.

La gran pregunta, pues, para este domingo, se referirá a lo que harán los madracistas con las múltiples evidencias que tendrán de la operación de los mapaches contrarios. Una opción es la palabrería obligada, las denuncias sobreentendidas, los reclamos asumidos como pose, y en ese camino estará evidente la negociación con Labastida para que, sin levantarle de verdad la mano como triunfador, se le permita asentarse a partir de resultados impugnados en lo verbal, pero aceptados en los hechos.

El otro camino poblaba ayer el mundo de la especulación priísta: que Roberto, como la fiera que ha olido la sangre, estaría pensando la posibilidad de seguir adelante, de ganar más capital político, de estirar más la liga, a sabiendas de la debilidad del jefe del dedo supremo y del presunto sucesor del jefe.

Madrazo podría vender todavía más cara su derrota, o inclusive decidirse a enfrentar a un candidato priísta deslegitimado desde una opción partidista como el Centro Democrático, de Manuel Camacho, y la Convergencia Democrática de Dante Delgado.

Pocos días faltan para saber el desenlace de esta historia, que comenzó como duelo de cinismo y acabará como guerra de mapaches.

De marchas y provocaciones

La resolución emitida por Luis de la Barreda, ombudsman capitalino, respecto a la actuación de granaderos contra paristas de la UNAM el pasado 14 de octubre, debería llevar a una reflexión colectiva sobre la necesidad de conciliar el legítimo derecho de los ciudadanos a manifestar en público sus inconformidades, con el otro derecho, también legítimo, de otros ciudadanos, de transitar en sus vehículos por las vías públicas.

De la Barreda ha establecido de manera clara que el derecho a la manifestación también tiene límites, que la actuación de la policía capitalina en el polémico enfrentamiento fue legítima (aunque demanda que los excesos cometidos, que sí existieron, sean investigados y castigados) y que la decisión de la jefa de Gobierno, Rosario Robles, puso fin a ``la permisibilidad y la complacencia en que se había caído'' en esos casos.

La tesis del ombudsman no es compartida, por desgracia, por los organizadores de la marcha-provocación que se realizará hoy, entre cuyos objetivos estará el cierre de la circulación vehicular en el vital Periférico capitalino. Además de los riesgos ampliamente conocidos que se podrían derivar del cumplimiento estricto de la ley que hiciese la autoridad contra excesos de estudiantes y/o provocadores, está otro dato interesante: un incidente grave entre autoridades perredistas y paristas de la UNAM sería un inmejorable obsequio para los organizadores de la elección priísta del domingo, a quienes toda distracción ayudará a disolver el escándalo que harán miles de mapaches en todo el país. Tal incidente distractor podría ser producido naturalmente, por los roces del momento, o inducido para trasladar la atención pública a otros escenarios.

Pero, a pesar de la resolución del ombudsman, y de las evidencias crecientes del despliegue abierto de mecanismos de represión y provocación política por parte de órganos de inteligencia y seguridad nacional, el Consejo General de Huelga ha advertido en comunicado público que la marcha de hoy, de Televisa San Angel a Los Pinos, servirá para ejercer ``el derecho al libre tránsito que nos garantiza la Constitución a las personas antes que a los vehículos''. Alertamos, añade el texto, ``a la población, para que tome precauciones y busque vías alternas''. Sin embargo, ellos mismos han rechazado la búsqueda de vías alternas: el gobierno capitalino les ha propuesto que marchen por arterias citadinas cuyo cierre provocaría menos problemas (siendo de por sí muchos, pues Revolución e Insurgentes son avenidas esenciales para el tráfico capitalino) pero han rechazado tal idea, así es que hoy todo está listo para la provocación, para la pesca en río revuelto.

Que Dolores Padierna no prueba sus acusaciones

El director de Comunicación y Prensa del gobierno de Nuevo León, Jorge Guajardo González, ha enviado una respuesta a los párrafos dedicados aquí a las acusaciones formuladas por la diputada federal Dolores Padierna contra Fernando Canales Clariond, a quien vinculó con autopréstamos luego absorbidos por el Fobaproa.

Dice el funcionario norteño: ``Quien no ha enfrentado con contundencia las acusaciones es la diputada Dolores Padierna, quien hasta la fecha no ha logrado aportar pruebas de su acusación. Para `autoprestarse' se necesita primero tener la facultad de prestar, cosa que el gobernador Canales nunca tuvo en Confía. Nunca perteneció o participó en el comité de créditos. El gobernador Canales no tiene ningún crédito en el Fobaproa''.

Astillas: Mejor publicidad no podría haber recibido el anuncio panista censurado desde Gobernación. Jorge Alcocer, convertido en alumno avanzado de Carlos Alazraki, posicionó adecuadamente el mensaje blanquiazul, al hablarle a Luis Felipe Bravo Mena, según dijo éste, para frenar el comercial incómodo. ``¿Acaso creen que no tenemos memoria? ¿Acaso creen que vamos a tragarnos un sexenio más la misma sopa que tanto daño nos ha hecho?'', es el encabezado del anuncio al que durante unas horas le fue impedido salir al aire en medios electrónicos. Para que no se crea que la tentación censora fue mero accidente, está la ratificación de esa vocación opresora mostrada cuando directivos de radiodifusoras recibieron la instrucción de no pasar al aire la nota informativa de la denuncia hecha por Vicente Fox de la cancelación del anuncio ya pagado para su difusión. Y eso que ya vivimos en la normalidad democrática...El concepto de guerra sucia ha comenzado a ser de uso frecuente en los análisis de la actual situación política y social...En Guadalajara, Maximiano Barbosa, con sus barzonistas, y el gobernador Alberto Cárdenas, con sus antimotines, agregaron ayer un elemento más a la crónica roja en la que está siendo convertida la vida política...

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