Ť Caminaron paristas por la lateral de Periférico


Tenso inicio de la marcha; al final, mitin en el Auditorio

Ť Funcionarios del Gobierno del DF negociaron con el CGH

Karina Avilés y Georgina Saldierna Ť La esperada y publicitada marcha convocada por el Consejo General de Huelga (CGH), de Televisa San Angel a Los Pinos, y que para no pocos sectores significó un reto para el Gobierno de la ciudad de México, dado el impacto que tiene el bloqueo del Periférico, se realizó sin que se presentaran enfrentamientos entre manifestantes y efectivos policiacos, aunque hubo un policía y un vendedor ambulante heridos con proyectiles.

marcha-estudiantes-4-jpg En medio de una fuerte tensión y luego de negociar con las autoridades del gobierno capitalino, los estudiantes huelguistas desistieron de su intención de marchar por los carriles centrales del Periférico y realizaron su recorrido por la lateral de esta vía.

Los contingentes que nutrieron la manifestación llegaron, inclusive, antes de las dos de la tarde, hora prevista para el inicio del recorrido. Pero no fue sino hasta las 2.15 cuando ocuparon todos los carriles del Periférico, a la altura de la televisora, en San Angel.

Antes, los diferentes grupos que se dieron cita en ese lugar, se apoderaron de las calles aledañas para definir su estrategia de organización durante el recorrido. Así, por ejemplo, cerca de 250 integrantes del Frente Popular Francisco Villa Independiente, identificados por tener un listón rojo en el brazo izquierdo que decía "vigilancia", se encontraban reunidos a lo largo de la calle Galena, en espera de poner en marcha su estrategia de resguardo, consistente en distribuirse a los costados, así como en el centro de los contingentes, según informaron integrantes de la organización.

Ahí, en la lateral del Periférico, de sur a norte, iban y regresaban estudiantes de los diferentes planteles de la UNAM, así como del CETIS, de la UPN, de la Universidad Autónoma Metropolitana e integrantes del Frente Nacional de Resistencia contra la Privatización de la Industria Eléctrica.

También, miembros de entre 15 y 20 organizaciones no gubernamentales se encontraban en las banquetas, en espera de observar el recorrido. Todos, bajo la expectativa de que ya a unos 500 metros, el agrupamiento del cuerpo de granaderos esperaba a lo ancho de la vía la manifestación, misma que para la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) tuvo una asistencia de 8 mil personas, pero según los huelguistas, alcanzó los 25 mil.

Ya con una nutrida asistencia, los paristas invadieron los carriles centrales del Periférico. Enseguida, Gabriel Mendoza Jiménez, coordinador de Gestión Social del gobierno capitalino, trató de disuadir la intención de marchar por dentro de la vía rápida. "Asumimos el derecho de la gente de marchar, pero también el derecho del libre tránsito... No estamos en contra de que marchen, pero les pedimos que respeten la lateral y que nombren una comisión para que negocie con el subsecretario de gobierno, Javier González".

Rodeado por un grupo de huelguistas, entre gritos, le respondieron: "šLos derechos no se negocian!", "šcuidas los intereses de Televisa!". Otro de los paristas, encolerizado, le espetó: "šEl PRD va a perder el voto de los estudiantes!, šEl PRD sí reprime!, šChinga a tu madre!"

Ante la reacción, el funcionario sólo acertó a decir: "Les pedimos que al menos marchen por la lateral". Y se retiró para dialogar con Javier González, Ricardo Pascoe, Laura Itzel Castillo, Jorge Legorreta, delegados e integrantes de la comisión designada por el Gobierno capitalino para negociar el recorrido con los paristas.

En esos momentos, Javier González insistía ante la prensa en que el Gobierno de la ciudad propuso al Consejo General de Huelga (CGH) iniciar negociaciones para definir vías alternas, por las que podrían marchar los estudiantes desde hace una semana. Y se quejaba de que hasta ese momento no había recibido ninguna respuesta. "No quieren hablar con la comisión, pero nosotros vamos a seguir intentando hablar con ellos", aseguraba.

Y ante las reiteradas preguntas sobre si se utilizaría la fuerza pública para frenar la manifestación, el funcionario afirmaba que esa decisión no era de su competencia, sino del secretario de Seguridad Pública, Alejandro Gertz Manero.

Mientras Javier González daba respuesta a la prensa, la marcha seguía su paso. En la descubierta, la comisión de seguridad, integrada por 80 miembros (dos por cada escuela y facultad), trató de poner orden a una columna que por momentos se desbordó.

marcha-estudiantes-8-jpg Detrás, venían las facultades de Ciencias Políticas, Economía, la Escuela Nacional de Trabajo Social, la Escuela Nacional de Estudios Profesionales ENEP-Acatlán ųcuyos contingentes destacaban por lo nutrido de su participaciónų, la Asamblea Universitaria Académica (AUA), la ENEP-Iztacala, el Frente Nacional de Resistencia contra la Privatización de la Industria Eléctrica y la Facultad de Ciencias, entre otras.

La columna caminó unos metros más. Pero se detuvo ante el cordón de seguridad, integrado por granaderos y miembros de la policía montada. Para entonces, Javier González y su comitiva ya se dirigía a negociar con los paristas. Hubo varios intentos para dialogar con representantes estudiantiles. Finalmente, el intercambio entre las partes se dio de manera pública, a través de un altavoz.

El diálogo duró media hora. Primero, Javier González reiteró su invitación para que cambiaran su ruta y abandonaran el Periférico, pero ante la decidida postura de los paristas, terminó por pedir que por lo menos marcharan por la lateral.

La comisión de seguridad analizó la propuesta y decidió salir de los carriles centrales para caminar por la lateral. Su salida fue atestiguada por padres de familia y la subprocuradora Social, Nuria Fernández, quienes formaron una valla para impedir cualquier roce con los uniformados.

Eran las 4.10 de la tarde cuando los manifestantes iniciaron un largo recorrido rumbo a Los Pinos, a donde sin embargo, no pudieron llegar por la presencia de cordones policiacos que impidieron el acceso. Por lo que la marcha tuvo que concluir en la explanada del Auditorio Nacional cuatro horas más tarde.

La presencia policiaca se impuso a lo largod del trayecto. "Es una de las marchas más vigiladas en los últimos tres sexenios", dijo Ricardo Pascoe, delegado en Benito Juárez, pero enseguida corrigió: "No, en el siglo".

Y es que los uniformados siguieron la marcha, unos en sus caballos, otros a pie, y unos más en sus motopatrullas. Siempre, a un costado impidiendo cualquier intento de volver a ingresar a los carriles centrales.

A los policías les llovió de todo. Desde mentadas de madre hasta pedazos de flores. "šProstitutos!", "estás ahí por no saber leer", "šseñor policía, qué lástima me das, por unos cuantos pesos hasta las nalgas das!", "šhuele a mierda y son los policías!", "šcaballo pon en orden a tu bestia!". En un principio, la reacción de los uniformados fue la de no responder, aunque ya entrada la noche, algunos de ellos intercambiaron improperios: "fósiles", "borregos", se escuchó de entre las filas policiacas.

Por momentos, el intercambio verbal amenazó con convertirse en un enfrentamiento, pero el choque no se dio. Eso sí, hubo proyectiles provenientes de la columna de inconformes; uno alcanzó a Rogelio Orozco Galván, del agrupamiento de motopatrullas, quien fue herido en la zona del ojo izquierdo. Por el impacto perdió el control de su vehículo y cayó al arrollo.

Otro de esos proyectiles alcanzó a Bonifacio Martínez Sánchez, vendedor de raspados, chicharrones y refrescos, quien ya no pudo continuar con su venta al quedar severamente lesionado en el rostro por una pedrada que dijo, fue lanzada desde uno de los contingentes que "traían palos", afirmó señalando al grupo de Ciencias Políticas, que justamente acababa de pasar por ahí. "Fue por mi gorra que dice Francisco Labastida", lloraba el hombre.

A unos pasos de la residencia presidencial, el ambiente se tensó aún más por la presencia de cientos de policías que resguardaban el recinto. "šZedillo, ya vamos llegando tus piernas te están temblando!", gritaban los manifestantes.

La marcha terminó frente al Auditorio Nacional, en donde hubo un breve mitin para pedir la renuncia del rector Francisco Barnés, la solución de los seis puntos del pliego petitorio, el cese de la represión y el diálogo público, directo, abierto y resolutivo.