Ť En plantón, exigen cesar el retiro de unidades
Agreden microbuseros y taxistas a funcionarios del GDF y reporteros
Laura Gómez Flores Ť Funcionarios de la Dirección General de Transporte y reporteros fueron agredidos ayer, con botellas de refresco, vasos y periódicos enrollados, por microbuseros que se encontraban en plantón en el Zócalo, y bloquearon la avenida 20 de Noviembre para demandar el cese de los operativos para retirar de la circulación las unidades deterioradas o con alteraciones en su estructura, la devolución inmediata de unidades, financiamiento blando para sustituirlas y no perder su concesión en ningún caso.
El titular de la DGT, Francisco José Díaz Casillas, señaló que no se cederá a presiones, por lo que continuará el operativo ante la inseguridad que representa para los usuarios del transporte público concesionado el estado físico de los microbuses, que el año pasado estuvieron involucrados en 122 muertes, mientras que en el primer semestre de 1999 la cifra fue de 67 personas fallecidas, y no se liberará ninguna unidad de manera inmediata si no existe un compromiso por escrito de sustituirla por un autobús.
Además, de que en lo que va del año han estado implicados en alrededor de 5 mil accidentes de tránsito, aunque muchos de ellos no llegan al Ministerio Público, y han estado involucrados en 320 asaltos.
Precisó que "70 por ciento de los accidentes en que están involucrados los microbuses están íntimamente ligados al estado físico de las unidades que prestan el servicio, por lo que se inició el programa de retiro de microbuses ostensiblemente deteriorados y contaminantes, y en una primera fase se retiraron de la circulación 300 unidades, cuyos propietarios tienen hasta enero para sustituirla o perder su concesión".
A la fecha, 35 concesionarios ya firmaron su carta-compromiso para cambiar a autobuses, y 37 más están en pláticas con autoridades del estado de México, debido a que tienen placas metropolitanas.
Sin embargo, destacó que el operativo no sólo permitió retirar las unidades deterioradas, sino también las irregulares, pues de las 300 detenidas, se encontró que 37 tenían placas azules, por lo que se verifica el porqué no están remplacadas, si existe duplicidad de placas o conflicto de titularidad; y 53 unidades no contaban con ellas, por lo que se revisa su situación.
Líderes rebasados
Primero fueron 100, luego llegaron a ser cerca de 5 mil microbuseros --agrupados en Rutas Unidas, donde están 40 de los 94 derroteros existentes-- que se manifestaron contra las medidas adoptadas por las autoridades de Transportes para modernizar el sector y prestar un mejor servicio.
La improvisación de un templete con micrófonos y bocinas por parte del Foro del Autotransporte Nacional, dirigido por el diputado federal Bruno Espejel, provocó que los ánimos se calentaran al paso de las horas. Los insultos contra el titular de la DGT y el secretario de Transporte no cesaron.
Lo peor vino después. Tras una reunión de acercamiento entre 20 dirigentes de los microbuseros con el director de Inspección Vehicular, José Antonio Cajigal, y con Rafael Bustamante, director de Servicios y Concesiones, que se prolongó por más de tres horas, se decidió trasladar las pláticas en el edificio del Antiguo Ayuntamiento a la sede del Gobierno capitalino.
El director general de Transporte, Francisco José Díaz Casillas --que se incorporó a última hora para destrabar el conflicto--, fue el primero en salir rodeado por un pequeño grupo de reporteros y dos camarógrafos, que deseaban conocer su punto de vista al respecto, pero sus respuestas fueron acalladas por las agresiones físicas y verbales de los microbuseros apostados sobre 20 de Noviembre y los portales.
Entonces, envases de refresco, vasos y periódicos enrollados cayeron como proyectiles. Nadie escapó a la lluvia de objetos que lanzaron, y se acentuó cuando trataron de entrar al edificio del Gobierno, donde los vigilantes les impedían la entrada, por lo que tuvieron que abrirla a la fuerza. Atrás venían sus dirigentes, quienes tampoco se salvaron. Nadie se hizo responsable de la agresión, que provocó el cierre de la puerta principal del edificio y el bloqueo, por casi cuatro horas, de la avenida 20 de Noviembre.
Esta es la tercera ocasión en que una manifestación pacífica se vuelve violenta, y donde está presente el Foro del Autotransporte. En agosto del año pasado, sus integrantes ocuparon la sede de la DGT, ubicada en Alvaro Obregón, por lo que se procedió a levantar una denuncia, la 07/05774/98, por robo, daños y secuestro; días después bloquearon la Setravi; y el 5 de marzo pasado agredieron al entonces jefe de Gobierno, Cuauhtémoc Cárdenas.
La negociación
En una reunión que duró más de ocho horas, los transportistas demandaron el cese de los operativos, la liberación inmediata de unidades "secuestradas" con la concesión sin firma de carta-compromiso ni pago de multa; planes de financiamiento; seguridad pública para el transporte; revisión de la ley del ramo y simplificación administrativa.
Las autoridades no cedieron a los dos primeros planteamientos, aunque para analizar el resto de los puntos se comprometieron a instalar una mesa de negociaciones el lunes, explicó Díaz Casillas al rechazar que se busque eliminar 40 por ciento de los más de 26 mil microbuses, y que se afectaría a 30 mil familias, como los transportistas manejaron en una carta a la jefa de Gobierno.
En entrevista, dijo que ante esta situación habría que preguntarse cuál es la verdadera inconformidad de los concesionarios, si la modernización del transporte o que ya no podrán seguir prestando el servicio de manera irregular. "Desgraciadamente, hay transportistas que se han radicalizado y quieren ir a contracorriente con las acciones de gobierno, pero ante el reclamo ciudadano la autoridad no va a claudicar", afirmó.
Sin embargo, todo lo contrario a lo anunciado por las autoridades dieron a conocer los dirigentes transportistas a los integrantes de las rutas 3, 4, 9, 26, 18, 25, 49, 78, 11, 16, 27 y 76, entre otras, que aún permanecían en los portales, la plancha del Zócalo y sobre 20 de Noviembre, donde hicieron una verdadera verbena.