Ť Caravanas entre Washington-Nueva York y en Georgia


El movimiento de los pobres, en ascenso en Estados Unidos

Ť Denuncian la "violación de sus derechos económicos"

Ť 36 millones de personas sin acceso adecuado a la alimentación

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 5 de noviembre Ť "El mundo debe enterarse de cómo el país más rico del mundo trata a sus pobres", sostiene un participante de una marcha de pobres que denuncia la política económica estadunidense como una violación a los derechos humanos universales de sus ciudadanos.

Cientos de pobres realizaron una marcha de un mes entre esta capital y Nueva York para denunciar su condición, unos mil religiosos se congregaron en Washington este fin de semana para demandar vivienda, salud y salarios dignos para los pobres. Y mientras el presidente Bill Clinton sigue visitando barrios urbanos marginados y áreas rurales desfavorecidas del país, la próxima semana una caravana de autobuses recorrerá el estado de Georgia en demanda de empleos, educación y vida digna para todos los habitantes.

Los pobres se están moviendo, sus voces están rompiendo silencios oficiales, y con cada nueva acción retan lo que las cúpulas políticas y económicas han proclamado como el auge económico más prolongado en tiempos de paz de la historia estadunidense este siglo.

Bajo el nuevo lema de "derechos humanos económicos", tanto la caravana en Georgia como la denominada "Campaña para los Derechos Humanos Económicos de los Pobres", que organizó la larga marcha que culminó el pasado lunes en Nueva York, diversas organizaciones de sin techo, de los que sufren las consecuencias de la reforma de los programas de bienestar social, los desempleados, sindicatos, entre otros, están exigiendo que aquellos derechos establecidos en la Carta Universal de los Derechos Humanos se respeten en este país.

Estos movimientos no están coordinados entre sí, pero crece el numero de acciones e iniciativas por los "derechos económicos" en este país. Los religiosos que se congregaron en Washington forman parte de un movimiento nacional que promueve el concepto de un "salario digno" y han logrado que 37 ciudades hayan adoptado leyes que buscan establecer un salario mínimo 50 por ciento mayor que el establecido por el gobierno federal.

Estos religiosos, que representan a decenas de miles de miembros de iglesias locales en el este del país, también se comprometieron a demandar la construcción de vivienda para gente pobre.

En Georgia, la caravana por los derechos humanos económicos de los pobres programada para la próxima semana ya cuenta con el apoyo de varios representantes federales, junto con figuras como el actor Danny Glover y el cantante Harry Belafonte.

Según el Instituto por el Alimento y Políticas de Desarrollo y el Instituto para Estudios Políticos, organizadores de la caravana en Georgia, más de 36 millones de estadunidenses no cuentan con acceso adecuado al alimento; más de 44 millones carecen de seguro médico y la brecha entre pobres y ricos se aproxima a su peor punto en medio siglo.

Los participantes de la larga "Marcha de las Américas" (ya que también participaron algunos grupos de América Latina y Canadá) cargaron un ataúd lleno de testimonios de personas que han sufrido las consecuencias de la pobreza, y nombres de los que han muerto por falta de acceso a medicamentos, por falta de alimentos y por pura desesperación.

Los pobres que participan en estas acciones no tienen las caras de la pobreza ("minorías", drogadictos, etcétera) que se proyectan en las pantallas de televisión o en las notas periodísticas; son de todas las razas, colores y nacionalidades. Según estadísticas, 36 por ciento de los niños pobres en Estados Unidos es blanco, otro 30 por ciento negro y 22 por ciento latino.

"Esto no tiene que ver con raza, ni con género, ni con nacionalidad. Tiene que ver con clase", afirmó Bill King, un sindicalista al hablar ante unas 300 personas reunidas en una iglesia de Manhattan para celebrar el fin de la "Marcha de las Américas". "La nueva religión se llama el mercado", expuso. Cuenta que su generación luchó "por la democracia" en Vietnam; que la anterior hizo lo mismo en Corea, cuando eso siempre ha sido la justificación oficial, pero la verdad es que estaban luchando por los intereses de las empresas. "Ahora, todos nos preguntamos Ƒdónde esta la democracia?", remató.

Esa misma pregunta estaba en boca de los ponentes más conocidos en la manifestación en Nueva York, que incluyó a Patricia Ireland, presidenta de la Organización Nacional de Mujeres (NOW) y al cantante Wyclef Jean. Pero incluso con nombres famosos y un movimiento creciente, estas voces todavía no logran obtener la atención nacional ante la avalancha de "buenas noticias" que cada día anuncian el auge económico.

Los "pobres" o se relegan a un "mito genial" o se caracterizan como aquellos que "no la saben hacer", ya que el mensaje oficial es que el boom económico está levantando a todos los que saben nadar con la corriente.

El neoliberalismo, también en la nación más rica del mundo

Pero los propios campeones económicos --Wall Street, la cúpula política en Washington--, tampoco están totalmente tranquilos: entienden que estas voces, si logran conformar un movimiento más amplio, presentan un reto a todo el programa oficial. También saben que puede haber consecuencias de lo que no se dice del milagro económico: que todos los trabajadores estadunidenses trabajan más horas por el mismo ingreso.

Otros trabajan al máximo sólo para quedarse en la pobreza. Miles más enfrentan el fin del sueño americano: el secretario general de la central obrera AFL-CIO informó que durante los últimos 10 anos han desaparecido 500 mil empleos industriales en este país. ƑDónde están esos trabajadores?

Pero quizá lo más preocupante para los promotores de las políticas económicas actuales es que, poco a poco, más estadunidenses se enteran de un secreto: que su situación es resultado de las mismas políticas neoliberales que se han aplicado en el Tercer Mundo.

Una de las ironías más crueles son los nuevos inmigrantes a este país. En el foro de los pobres celebrado en Nueva York, un dirigente mexicano de la Coalición de Trabajadores de Immokalee (Florida) convocó a "mis compañeros americanos" a la lucha contra la pobreza "para crear un nuevo día". Estos mexicanos, y otros inmigrantes, llegan para escapar de las consecuencias de las políticas económicas en sus países sólo para encontrarse lo mismo aquí, en el país más rico de la tierra.