* Los próximos 10 años deberán asignarse fondos al financiamiento de intereses
Propone el gobierno una estrategia transexenal para el rescate bancario
* Comprometidos, ejercicio y diseño del gasto público de las dos próximas administraciones
Roberto González Amador * En una decisión que trasciende el periodo constitucional del presidente Ernesto Zedillo al frente del Ejecutivo, la estrategia gubernamental para financiar el costo derivado del rescate bancario dejó comprometido el ejercicio y diseño del gasto público para las próximas dos administraciones federales.
El paquete económico presentado por el gobierno para el siguiente año establece metas multianuales de asignación de recursos públicos para cubrir exclusivamente los intereses de los pagarés emitidos por el gobierno para capitalizar a los bancos, una proyección que no se realiza para ningún rubro como programas sociales de combate a la pobreza, educación, salud o construcción de infraestructura básica.
Desde ahora, el gobierno federal estableció que para los próximos 10 años ųun periodo que abarca a las dos siguientes administracionesų deberán asignarse fondos para financiar los intereses de los pagarés emitidos por el extinto Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), que pasaron a ser obligaciones del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), un ente público creado este año.
En los Criterios Generales de Política Económica 2000, un documento que delínea la estrategia económica del gobierno, el Ejecutivo reportó al Congreso que cada año, y hasta el 2010 por lo menos, deberá considerarse en la elaboración del presupuesto federal una partida de recursos públicos para atender el rubro de intereses del rescate bancario.
Así, el documento señala que en el 2000 el pago del componente real de los intereses de los pagarés de rescate bancario requerirá de recursos por 59 mil 471 millones de pesos, cantidad que representa 1.2 por ciento del producto interno bruto (PIB) estimado para ese año.
En una proyección que no se realiza para ningún otro rubro del presupuesto, el documento establece que para cubrir los intereses del IPAB, en el 2001 ųcuando esté en funciones una nueva administración federalų se deberán destinar recursos por un monto equivalente a 1 por ciento del PIB, alrededor de 70 mil millones de pesos, en cálculo estimado, a partir de un crecimiento económico de 5 por ciento y una inflación menor a 10 por ciento para ese año.
El documento oficial establece que en el 2002 los recursos públicos necesarios para cubrir el componente real de los intereses del IPAB rondará también 1 por ciento del PIB e irá disminuyendo en el tiempo hasta requerir fondos fiscales por un equivalente a 0.7 por ciento del producto interno bruto del año 2010.
Las proyecciones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) tienen como base para calcular el porcentaje del PIB que será necesario para cubrir los intereses anuales del rescate bancario, un crecimiento real de la economía de 4.5 por ciento en el 2000 y de 5 por ciento a partir del 2001, así como una inflación de 10 por ciento durante el año entrante, ''la cual converge gradualmente a la de (los) principales socios comerciales (de México)''.
Sin embargo, la dependencia no explica la forma en que calculó que la economía mexicana va a crecer a una tasa promedio anual de al menos 5 por ciento entre el 2000 y el 2010, ni tampoco hace explícito cómo puede determinar desde ahora que la inflación del país podrá disminuir en ese periodo a los niveles que se registran en Estados Unidos y Canadá (los socios de México en el Tratado de Libre Comercio), que se ubican en promedios anuales de 2 a 3 por ciento.
La estrategia del gobierno federal para cubrir el costo del rescate bancario consiste en pagar cada año ''el componente real'' ųes decir, el derivado del aumento de la inflaciónų de los intereses generados por los pagarés en poder del IPAB.
El documento señala que la determinación de cubrir cada año ''el componente real'' de los pagarés de rescate bancario tiene como objetivo evitar que esos pasivos (que al término de este año alcanzarán un saldo bruto de 844 mil 160 millones de pesos) se incrementen en términos reales, ''induciendo a que vayan reduciéndose en términos del producto interno bruto a través del tiempo. Esto permite disminuir gradualmente la carga de la deuda con relación a la capacidad de pago de la economía''. El otro objetivo declarado por el gobierno para seguir esa estrategia consiste en ''aminorar en el tiempo las presiones provenientes del costo fiscal de los programas de apoyo a ahorradores, de manera que no constituyan una presión excesiva sobre las finanzas públicas''.
Para el caso del 2000, el pago de los intereses reales del IPAB ascenderá a 59 mil 471 millones de pesos. Para determinar el monto de recursos necesarios para financiar esas obligaciones, el Ejecutivo estimó una tasa de interés real de 7 por ciento (obtenida de deducir al nivel esperado de los réditos de los Certificados de la Tesorería de la Federación la inflación de 10 por ciento prevista para el 2000) y una sobretasa de financiamiento al IPAB de 1.2 por ciento.