* Descarta su remoción de la diócesis de San Cristóbal


Seguiré impulsando la teología de la liberación: Raúl Vera

* Los indígenas no son ciudadanos de segunda, expresa

Alma E. Muñoz * Raúl Vera López asegura: para que deje la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, el papa Juan Pablo II debería removerme antes de aceptar la renuncia de Samuel Ruiz García, pues como obispo coadjutor "automáticamente lo sucedo" en la dirección del trabajo pastoral en esa región.

En la primera entrevista que concede ųexclusiva para La Jornadaų después de la renuncia que presentó Samuel Ruiz, al cumplir 75 años, Vera sostiene que el Papa no le dará otro nombramiento.

Por ello, agrega, trabaja de manera activa en la preparación del esquema de fortalecimiento que tendrá el trabajo pastoral encabezado por Samuel Ruiz en sus 40 años de permanencia al frente de la diócesis, en su apoyo a los indígenas chiapanecos y en el impulso a la teología de la liberación, corriente que, explica, recibió condenas por "desenmascarar mecanismos donde creíamos que la pobreza era producto de la flojera, del desgano y de la desidia, cuando en realidad es producida y generada por una política económica que impide la realización de las personas".

A sus 54 años, el religioso busca enfrentar con nuevos bríos la problemática en San Cristóbal, región que ubica como un desafío para la evangelización. Asevera que quiere terminar con la "visión liberal anacrónica" ųincluso de algunos sectores de la Iglesia católicaų de que los indígenas son ciudadanos de segunda. En la Constitución de México no se les reconocen sus derechos colectivos, acusa.

De entrada, recuerda que en los últimos cuatro años trabajó con Samuel Ruiz de manera intensa en el desarrollo pastoral de la diócesis. En asambleas sinodales y diocesanas, abunda, juntos recopilaron todas aquellas acciones encabezadas por su compañero, incluido el directorio para el diaconado indígena permanente, que contiene en orden regular la vida, formación y ministerio de los agentes de pastoral y catequistas, así como el surgimiento de escuelas de ministerio.

Todo ello, con miras a reforzar el impulso para las comunidades chiapanecas y las perspectivas que tendrá a futuro la religión cristiana en esa entidad, añade.

 

Por la reconciliación y la paz

 

El trabajo, manifiesta, sumó la participación "intensa y confortante que juntos realizamos y que fue por la reconciliación y la paz, pues si bien don Samuel trabajó durante un tiempo presidiendo la Comisión Nacional de Intermediación, en el trabajo de base de la diócesis nos correspondió a ambos pugnar en las comunidades, sobre todo en las más afectadas por el trabajo de contrainsurgencia, la reconciliación y el fortalecimiento de su identidad".

Agrega: "Juntos recorrimos todas las parroquias, y si era posible llegábamos a todas las comunidades para llevar toda una predicación y toda una enseñanza que precisamente ayudara a enfrentar esta problemática de división y confrontación inducida con la que se ha pretendido resolver el problema".

Asegura: "Don Samuel es un hombre muy seguro, muy serio, muy consciente de su papel de pastor, y cuando llega un hermano suyo a integrarse a ese trabajo de pastor, él no puso ninguna traba, ninguna dificultad en aceptar inmediatamente al colaborador que le mandaba" el Papa.

Después de la renuncia de Samuel Ruiz, el 3 de noviembre pasado, corresponde publicar las conclusiones del sínodo organizado por esta diócesis, cuyo documento está próximo a difundirse. De él también habla Vera, y revela que el texto plantea la actualización del plan pastoral para "enfrentar en el futuro los retos de un fortalecimiento evangelizador en las comunidades indígenas y urbanas. Somos conscientes de que aquí hay un conflicto que se debe resolver y estamos dispuestos a colaborar en ello, a favor de la reconciliación y la paz".

ųEn este esquema, Ƒexiste el riesgo de que llegue otro obispo y pueda romper el trabajo impulsado por don Samuel?

ųCreo que la Iglesia es una institución de muchos años y hay una gran sabiduría del Santo Padre. Tengo una gran confianza en el trabajo pastoral en favor del pueblo indígena, sobre todo porque se ha integrado a la evangelización, aunque hay intereses que han querido darle otras calificaciones a ese trabajo. Soy testigo de cuál ha sido éste y confío en que, como ocurrió en Ciudad Altamirano, Guerrero, donde estuve ocho años, el hermano que nos siga cumpla con la continuidad que indica el Concilio Vaticano. Una persona con sentido pastoral, cuando vea todo este trabajo, es inevitable que lo siga y no se deje llevar por lo que otros dicen o por acusaciones falsas. Pero no sé a qué viene esa pregunta, porque yo estoy nombrado coadjutor.

El obispo mantiene la intención de continuar con el impulso a los indígenas, pues, dice, no se puede separar el concepto de la persona de la dimensión social, y en Chiapas, asegura, "hay mucho qué vender y aprovechar ųagua, petróleo, grandes riquezas para hacer negocioų y a los indígenas los consideran como mercado. Es decir, con base en vender se sacrifican vidas humanas".

Los derechos y la cultura indígenas, afirma, en el México actual se miran desde una "visión liberal anacrónica y están canonizados en la Constitución bendita, con base en el no reconocimiento de los derechos colectivos, del derecho al progreso".

Después de cuatro años, resume, "entendí profundamente la opción por los pobres en Chiapas", y por ello busco que todos tengamos valor para difundir los verdaderos valores humanos "y lo seguiré haciendo con todo y el riesgo que corro de no ser el sucesor en la diócesis de San Cristóbal".