Ť Huerta, campeón ligero en el Forja de Idolos


César Figueroa noqueó en dos asaltos a Jaime Hernández

Carlos Hernández Ť En una función de box donde lo mejor fueron las dos edecanes anunciadoras, el novato César Figueroa se confirmó como uno de los mejores prospectos del pugilismo nacional, al vencer por nocaut efectivo en dos a Jaime Hernández, en la pelea estelar de la arena México, realizada en peso pluma.

Como dirían los que saben, Figueroa tiene estampa de un peleador nato: buena defensa, efectúa rápidas combinaciones y es letal con sus cruzados de derecha. Y anoche se mostró sereno. Caminando, con combinados izquierda-derecha al rostro de su rival, lo mandó a la lona. Este sólo se levantó para ser vapuleado con potentes derechas, y su segunda visita a la lona fue la definitiva, ya no se levantó; en sólo 4 minutos y 33 segundos se dio cuenta de que estaba en una guerra perdida de antemano.

El mexiquense se mantiene invicto con 14 triunfos ų10 nocautsų y dos empates, mientras que Hernández sufrió su cuarta derrota, por 12 victorias.

En tanto, Miguel Angel Huerta se coronó campeón de peso ligero del segundo torneo Forja de Idolos, al imponerse por nocaut técnico en dos a Ernesto Olarte. Al ecatepequense Huerta le descontaron un punto en el segundo episodio, por un cabezazo que tiñó en sangre el rostro de su contrincante. Olarte, de la Bondojito, ya no supo qué hacer ante la marcada superioridad de Huerta y pareció asustarse al sentir su sangre. Entonces Huerta lo masacró y la chicharra del comisionado le ganó al réferi José Medina, para detener la contienda.

El que también se tardó en parar el combate fue Juan Luna, ya que Jorge Luis López conectaba sin piedad a Ricardo Juárez, hasta que los focos rojos llegaron en su auxilio en el tercer asalto de una contienda en peso ligero.

Por su parte, el zurdo Simón Reyes hizo apenas lo indispensable para imponerse en las tarjetas, por decisión unánime, al entusiasta pero torpe Arturo Hernández, en la categoría supergallo.

Pero lo destacado es que, con estas anunciadoras, sí dan ganas de ir al box...