Angeles González Gamio
Los huachinangos
México ha fascinado siempre a los extranjeros con sensibilidad. Ello nos ha brindado crónicas extraordinarias que múltiples viajeros escribieron sobre sus experiencias en este país; sitio destacado ocupa en esos relatos la ciudad de México. Uno de estos lo realizó el inglés William Bullock acompañado de dos dibujos de vistas de la capital, tomadas desde las torres de la Catedral. Lo publicó en 1823 con el título Seis meses en México.
Dos años más tarde los empresarios británicos Burford, las reprodujeron a colores y las exhibieron en su "Panorama", enorme cámara cilíndrica, en cuyo interior se pintaban perspectivas y paisajes, se iluminaban y el observador veía a través de una serie de anteojos colocados en la circunferencia exterior, recibiendo la impresión de ver la realidad. El espectáculo se acompañaba de un folleto que daba noticias pintorescas sobre la ciudad de México, entre otras que las barberías y las peluquerías eran los establecimientos más vistosos, adornadas aquellas con "reproducciones de los utensilios del oficio y estas con botellas llenas de líquidos de colores". Habla de los carroceros, dulceros y panaderos a los que acusa de esclavizar a los operarios que trabajan sin ningún descanso y da una información de gran interés para los oriundos de la capital, mal llamados chilangos, palabra de la que se desconoce el origen, lo que ha dado lugar a diversas teorías, una de ellas, es que viene de la palabra huachinango.
Bullock platica que en la ciudad existían no menos de 30 mil "huachinangos", individuos harapientos cuya ocupación era la de aguadores, barrenderos o mendigos. Por su parte, Andrés Henestrosa, archivo vivo de la urbe, con sus 93 años y memoria prodigiosa, cuenta que a los habitantes del altiplano, por la altura se les ponían los cachetes colorados, que les daba parecido con el pez de ese color, lo que les gano el apelativo de huachinangos, según Griselda Alvarez se les dio a los capitalinos que visitaban el puerto de Veracruz y conseguían el mismo efecto por el fuerte sol, al que no estaban acostumbrados. La cuestión es que de la derivación de huachinango vendría lo de chilango, que también puede ser, dice doña Griselda, una herencia de la palabra chile, que tiene tantos significados. El lingüista y gramático Arrigo Cohen menciona como posible la palabra "xilan" de origen nahuatl, que se refiere a una persona de "pelo quebrado".
Sea cual sea el origen del término, que desafortunadamente suele utilizarse despectivamente, es desde luego inaceptable que se consigne en la Ortografía de la Real Academia Española de la Legua como gentilicio de los nacidos en el Distrito Federal. Los autores han reconocido el error y en la próxima edición será eliminado. Mientras tanto no estaría mal irnos buscando un buen gentilicio: Ƒcapitalino?, Ƒdefeño?, Ƒtenochca?... hagan sus propuestas.
Sobre este tema los españoles se pintan solos: hay gallegos, andaluces, navarros, vascos, catalanes, asturianos, madrileños, etcétera, cada grupo orgulloso de su origen, se distingue en costumbres, tradiciones, manera de hablar e importantísimo: la gastronomía: las suculencias marinas de los gallegos: el centollo, el bogavante, el inmenso buey de mar, los pulpos, percebes y decenas más. Los castellanos con el lechón, el cochinillo y el cocido. Los navarros con sus truchas, sus cogollos de lechuga y los espárragos blancos que se deshacen en el paladar, para no hablar de los valencianos con su variedad de paellas y así podríamos seguir hasta el infinito, cuando el propósito de esta relación es destacar que en la ciudad de México, se pueden degustar todas estas excelencias, igualitas que en su madre patria.
Hoy nos vamos a referir al restaurante Círculo Vasco Español, ubicado en la calle de 16 de septiembre núm. 51. Sitio de tradición, ocupa el espacio en donde estuvo el Sylvain, de gran prestigio el siglo pasado y que dejó de herencia los grandes espejos que adornan el salón principal, decorado con elaborada yeseria, que le imprime un elegante ambiente decimonónico.
Don Ramón Romero, su actual dueño, atiende personalmente y hace las sugerencias del día, que con buena suerte puede ser lenguado. De diario hay buen bacalao, cocido, pimientos del piquillo, kokochas y potaje a la madrileña. Tiene buena cava en la que sobresalen los vinos blancos gallegos, de la tierra de don Ramón.