En pasados conflictos universitarios, casi siempre la renuncia del rector fue el principio de la solución. Así ocurrió con Ignacio Chávez, Pablo González Casanova y Jorge Carpizo McGregor. Pero la huelga de 1999 parece muy diferente, por lo cual es muy corta la confianza en un pronto arreglo.
Aunque los actores de este conflicto lo nieguen, la cercanía de las elecciones presidenciales hacen temer que la solución estará muy lejana.
En la UNAM hay muchos hombres y mujeres valiosos, con capacidad sobrada para dirigir sus destinos. Lo malo es que, además de cualidades, en los momentos actuales en que la susceptibilidad está exacerbada, son pocos los que tendrán el necesario respaldo de todas las corrientes políticas del país que confluyen o crean presiones sobre la que a pesar de todo es la máxima casa de estudios del país.
Una prueba de los enconos que se aprecian en nuestra sociedad es lo ocurrido con el recién nombrado presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), José Luis Soberanes, a quien de inmediato se le colocaron etiquetas para descalificarlo.
En las relaciones extraoficiales de candidatos a la rectoría de la UNAM, por ejemplo, aparecen con grave desventaja quienes han sido o son funcionarios en el gobierno federal; incluso en el caso, por ejemplo, del secretario de Salud, Juan Ramón de la Fuente, quien siempre ha negado militar en el partido oficial, el PRI.
No es dable suponer que los grupos radicales o simplemente antigobiernistas acepten como nuevo rector a un ``representante'' de ese gobierno al que acusan de pretender acabar con la educación gratuita.
La cosecha
No es ninguna sorpresa el seguro triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones del PRD de candidato al Gobierno del Distrito Federal. Por ello, lo más importante será conocer quién conquistó el segundo lugar, pues podría ser el remplazo, en caso de que prosperen las seguras impugnaciones de otros partidos contra el ex candidato a gobernador de TabascoÉ En Hidalgo se realizaron elecciones de ayuntamientos y, de conformidad con los primeros reportes extraoficiales, la mayor parte de los municipios de ese estado seguirán siendo gobernados por candidatos del PRI, aunque la oposición esperaba conquistar importantes posicionesÉ En el estado de México sigue el estira y afloja entre el gobierno priísta encabezado por Arturo Montiel Rojas y la mayoría opositora sumada en la Cámara de Diputados. Sin atender a un virtual veto del gobernador, los diputados opositores ratificaron reformas electorales con la finalidad de facilitar coaliciones y modificar la asignación de los cargos de representación proporcional, con la finalidad de poder aplicarlos en las elecciones venideras, de julio del 2000. En medios gubernamentales se asegura que a pesar de la insistencia de los legisladores, esos cambios no serán aplicables, pues la ley establece que las modificaciones a los comicios deben estar en vigor tres meses antes del inicio del proceso electoral, que arrancará el 27 de eneroÉ Al desmenuzarse los resultados de las elecciones de candidato presidencial del PRI, empiezan a surgir nuevos ganadores y perdedores. Por ejemplo, en Chihuahua, el ex gobernador Fernando Baeza, quien coordinó las tareas para Roberto Madrazo, ha visto disminuir sus posibilidades de convertirse en senador, y aumentan proporcionalmente para el diputado Ignacio Arrieta, quien militó en las filas de Francisco Labastida Ochoa.