* Acuerda el Colegio de Directores la defensa de principios universitarios
Opinan ex rectores ante la Junta de Gobierno
Karina Avilés * Al continuar por tercer día su jornada de trabajo, luego de instalarse en sesión permanente desde el viernes pasado para la auscultación del nuevo rector, la Junta de Gobierno (JG) de la UNAM recibió ayer la visita y opiniones de los ex rectores José Sarukhán, Octavio Rivero y Guillermo Soberón, así como de un número relevante de directores de los distintos planteles, por lo que prácticamente los universitarios que integran el cuerpo directivo académico ya fueron auscultados.
Fuentes universitarias indicaron que el Colegio de Directores (CD) acordó la defensa de una serie de principios, como el de que la UNAM "tiene que gobernarse y decidir por sí misma, independientemente de los partidos políticos".
La JG continuará hoy la exploración en cinco sedes ubicadas en el Centro Histórico. En cada uno de los sitios se encontrarán tres de los 15 integrantes de la junta, con el propósito de agilizar el proceso con el que se designará al futuro rector.
En un comunicado, la UNAM informó que este lunes la JG recibirá las opiniones de los miembros de los diferentes cuerpos colegiados de la institución, como los consejos académicos de área, los consejos técnicos de las escuelas y facultades, los consejos internos de los institutos de investigación científica y de humanidades, así como los representantes del Consejo Universitario (CU). También, se invitó a los integrantes del Patronato Universitario para que puedan expresarse en torno al sucesor de Francisco Barnés de Castro.
Ayer la JG laboró de las 9:30 a las 21 horas. Durante el día recibió "la visita y opiniones" de los ex rectores Soberón, Sarukhán y Rivero, quienes integran parte del grupo UDUAL, contrario al congreso universitario, democrático y resolutivo.
También se recibió la expresión de casi el total de directores de los 17 centros de investigación, así como de los directivos de los cinco planteles del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) y los nueve de la Escuela Nacional Preparatoria.
Antes de que comenzara el proceso de auscultación que realiza la Junta de Gobierno para la designación del nuevo rector, el CD llegó al acuerdo consistente en la defensa de la autonomía y el respeto a la legislación universitaria y a la libertad de cátedra y de academia.
Y aun cuando se dice que el CD no tiene candidato, varios de los directores revelaron que ven como aspirantes fuertes a José Narro, subsecretario de Salud, por su "arraigo y experiencia como negociador", y a Francisco Bolívar Zapata, por "su trayectoria académica".
Señalaron que el secretario de Salud, Juan Ramón de la Fuente, aunque sería el candidato "lógico", ya se "descartó", pues se comenta que en corto y con personas allegadas afirma que él "no va". Sin embargo, aún se le considera otro de los posibles para la rectoría.
Y frente a la serie de acontecimientos desencadenados en los últimos días, miembros del CD revelaron que la propuesta que iba a dar a conocer ese órgano, cuando aún se pensaba que Barnés de Castro seguiría en el cargo, "se fue" junto con él, ya que constituyó una iniciativa que "era parte del paquete de Barnés". Contaron que el ex rector dio al CD esa propuesta, que impulsaría un congreso universitario sin carácter de resolutivo.
* Habrá que enseñarles que nos referimos a la aplicación de la ley: Carrancá
Exigen otra vez al gobierno que use la fuerza pública
Humberto Ortiz Moreno * Que el gobierno utilice la fuerza pública en la UNAM, como expresión constitucional, legal y obligada del estado de derecho, porque no puede haber negociación con quienes se han burlado del país, exigieron ayer Raúl Carrancá y Rivas, profesor emérito; Guillermo Ramírez Hernández y Horacio Castellanos Coutiño, directores de las facultades de Economía y Derecho, respectivamente, a fin de rescatar la universidad del muro de la ignominia que ha hecho del campus un detritus delictivo.
Carrancá, más directo, demandó al presidente Ernesto Zedillo que instruya al procurador general de la República para que cumpla con la ley y haga todo lo que esté en sus manos para cesar la comisión de actos ilícitos en la institución que hoy, dijo, "es ultrajada" por grupos delictivos y abandonada al garete por autoridades federales.
"Habría que enseñarles a ciertos gobernantes que la fuerza pública es la presencia del Estado, de la ley y de la Constitución, y no la aplicación de la fuerza bruta", dijo.
En el acto conmemorativo del 107 aniversario del natalicio de Jesús Silva Herzog, los directivos universitarios aprovecharon el foro para alertar sobre los momentos dramáticos y críticos que vive la UNAM.
Coincidieron en que el próximo rector universitario debe ser leal para reivindicar la dignidad de la máxima casa de estudios; tiene que escuchar a todas las corrientes y ha de enfrentar consignas, así como abrir un congreso universitario donde todas las partes discutan puntos de vista divergentes, "pero todos en nuestra casa y no expulsados por fuerzas propias o ajenas".
El profesor Carrancá y Rivas aseveró que no se aceptará a un emisario del gobierno que se repliegue al poderoso y renuncie a su integridad ideológica, patrocinando la ilegalidad en un derrumbe claudicador, y advirtió que la UNAM está al borde del "estallido y de una muerte absoluta" tras la renuncia del rector, "la insolencia y altanería de los usurpadores y la apatía, por desgracia, de muchos académicos que coinciden y aplauden, pero no están en el frente de batalla".
Concretamente, postuló a Francisco Bolívar Zapata y a Diego Valadés como cartas fuertes para suceder a Francisco Barnés de Castro.
Calificó de bárbaros a quienes cancelan la inteligencia en la universidad, y externó que mucho dolería al maestro Silva Herzog, si viviera, ver a su institución ultrajada y sin brújula orientadora de la justicia, el derecho y la ley.
Reprobó a "algunos conductores de la máxima casa de estudios" que no la quieren y pretendieron hacerla ver como un estado aparte, nido de impunidad y desigualdad; asilo de ignorantes sacrificadores de la inteligencia.
"No habría admitido que la autoridad incumpliera su deber, patrocinara la ilegalidad y desviara la vista del derrumbe claudicador de la inteligencia", abundó.
Carrancá y Rivas rememoró que Silva Herzog no reconvino a Díaz Ordaz el uso de la fuerza pública, "que hoy exigimos como expresión constitucional, legal y obligada del estado de derecho, sino por el ejercicio del Ejército y de los granaderos en el espacio universitario".
En entrevista posterior, el también director del Seminario de Derecho Penal de la UNAM abogó por un rector digno, como Javier Barros Sierra, pero nunca que llegue de los estratos gubernamentales, porque "no somos tan ingenuos para pensar que van a arribar sin una línea que ya conocemos".
El jurista observó que han pasado casi siete meses de escuchar que la fuerza pública es la represión, es Ejército, y "eso es totalmente falso".
Si algo implica barbarie y arbitrariedad, recalcó, es la actitud de "aquellos que han puesto muros en la UNAM y han sacado a lo mejor de ella".
Exigió que la PGR ponga la denuncia en manos de un juez, para que "no esté en medio de una extraña continuidad de la inicial queja que presentamos, permitiendo que se nos destruya".
Por su parte, Ramírez Hernández cuestionó la intransigencia del Colegio de Directores, expresada en el mandato que dio al rector de no ceder un ápice en lo relativo a los criterios académicos, y pidió a la comunidad universitaria: "no nos dejen solos. Es el momento de enfrentar a enemigos comunes y no dividirnos entre nosotros", a fin de que la institución "renazca, como el Ave Fénix, de sus propias cenizas".
Que sea, aseveró el director de la Facultad de Economía, la administración federal la que tenga responsabilidad. "Eso no está en nuestras manos. Creemos que la UNAM enfrenta un reto frente a su propia supervivencia. Si los universitarios no somos coincidentes y reclamamos decisión de aquellos que han participado, los enemigos encontrarán grietas en la defensa de la Universidad".
El funcionario estimó necesario defender el derecho de los alumnos a reclamar lo que es justo, pero aclaró: "no me refiero a los grupos políticos dentro de la UNAM.
"Públicamente aceptamos que no es por los directivos de la universidad que el movimiento sigue atrapado y que sea rehén de grupos políticos externos.
Quizá alguien lo solucione, pero no tenemos elementos para obligarlo a que se solucione. Solamente tenemos tribunas como esta para señalar de cara a aquellos que nos quieran escuchar...", expresó ante el candidato Jesús Silva Herzog.
Y concluyó que en la Facultad de Economía "creemos en el modelo educativo del maestro Silva Herzog (padre)", advirtiendo que el día que "no podamos llevarlo a efecto, renunciaremos al empleo..."
* Autoridad sensible, exigen consejeros estudiantiles
Junto con Barnés cayeron las posiciones de mando más duras
* Crisis en los órganos de gobierno de la institución, coincidieron
Roberto Garduño * Consejeros estudiantiles de la UNAM argumentaron que la renuncia de Francisco Barnés de Castro "no soluciona la huelga ni las demandas del movimiento, es simplemente el derrumbe de las posiciones más duras de las autoridades".
Tupac Ortega, Mauricio León, Mario Sánchez; Hesmene Martínez, Marco Velázquez, Rubén Mendoza, José Luis Cruz y Jorge Raos dieron a conocer un documento que demanda a la Junta de Gobierno de la UNAM, el nombramiento de un rector "que tenga la sensibilidad para atender las demandas del movimiento estudiantil, y una clara convicción de que solamente creando los consensos y permitiendo la participación de toda la comunidad" será posible encontrar la ruta de la solución a la huelga en la máxima casa de estudios.
Rubén Mendoza, de la escuela de Trabajo Social, dio lectura al documento que advierte sobre lo que no debe hacer el nuevo rector: "No debe expulsar a los estudiantes que defienden el derecho a la educación ni confrontar a los universitarios, debe articular el esfuerzo de los universitarios por construir un verdadero espacio de diálogo que permita avanzar en la solución del conflicto"
A decir de los ocho consejeros, la dimisión de Barnés de Castro pone ante la luz pública la crisis por la que transitan los órganos de gobierno y las autoridades de la UNAM.
Además refieren que la cerrazón es el factor utilizado por los grupos que pretenden desmembrar la UNAM. "Las propuestas de gratuidad y de realizar un congreso resolutivo toman hoy una mayor relevancia puesto que abanderan la posibilidad de solución a las demandas del movimiento estudiantil".
José Luis Cruz advirtió que el nuevo encargado de la rectoría deberá evitar el camino que recorrió Francisco Barnés, porque "eso es un error, y su tarea será el diálogo". Además, dijeron, la renuncia de Barnés pone en la mira las gastadas formas de escoger al rector.
"La elección del sucesor de Barnés de Castro no está en manos de la comunidad estudiantil sino en las de los 15 notables que forman la Junta de Gobierno", aseguraron los consejeros.
Mientras, Rubén Mendoza recomendó a quien resulte electo que "deberá tomar en cuenta los errores del pasado".
Marco Velázquez de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales adujo que el nuevo rector tiene la obligación de dar a conocer cuáles serán las bases del diálogo con el Consejo General de Huelga, su postura sobre el congreso resolutivo y la gratuidad de la educación.
"Debe pronunciarse por aceptar escuchar y conocer la voz de todas las posturas y grupos que están divididos en la UNAM. Estamos urgidos de la conciliación para que la universidad se transforme con la participación de toda su comunidad".
Jorge Raos dio el perfil que, a su juicio, deberá tener el nuevo rector. Capacidad para solucionar el conflicto; argumentos para resarcir los daños a la UNAM, y voluntad y capacidad política para evitar, con la solución al actual movimiento, que inicie otro similar.
José Luis Cruz insistió en uno de los atributos que deberá tener el futuro rector de la universidad: "debe ser respetuoso de los acuerdos del CU. Tenemos que empezar por ganar la confianza de todos los universitarios".
Y Marco Velázquez reiteró una vez más que en sí misma, la llegada del nuevo rector "no es una solución real al conflicto que sufre la universidad".