Ť Bruno Berthémy expone un balance del cuarto Festival de Cine Francés


El incidente con La ley de Herodes, ''buena señal''

Raquel Peguero, enviada, Acapulco, Gro, 15 de noviembre Ť Para Bruno Berthémy, director del cuarto Festival de Cine Francés, el ''incidente" ocurrido con La ley de Herodes fue una ''buena señal", porque atrajo mucho la atención del público hacia su cinematografía y de los artistas franceses que ahora piden más contacto con sus colegas mexicanos ''y se las debemos dar", apuntó, al hacer un balance de los últimos cinco días.

Y si bien la cinta de Luis Estrada fue la que más entradas tuvo, las francesas no se quedaron atrás y para el filme de Catherine Breillat, Romance, hasta portazo hubo en el teatro Juan Ruiz de Alarcón, pues se gestó mucho interés por ver una cinta que, como la mexicana, llama las cosas por su nombre en el terreno de la sexualidad. Fue curioso ver cómo aún en una ciudad tan open mind como ésta, la película sorprendió a los espectadores con escenas explícitas que no pueden considerarse hard core y sí una intensa reflexión, ''viaje iniciático para encontrarse uno mismo mediante el sexo", definió su directora.

Romance se verá en corrida comercial, en México, pues la compró Artecinema y que se espera no utilice las tijeras censoras como lo hizo con Perdita Durango. Otras cintas, de las 14 presentadas en la sección oficial, que fueron compradas para nuestros cines son Los hijos del siglo, de Diane Kurys, y Este-Oeste, de Regis Wargnier. Del mercado aún no se tienen resultados definitivos, aunque se sabe que la Cineteca Nacional adquirió una, Recursos humanos. Bethérmy informó que de manera global para América Latina ųvinieron de Brasil, Argentina, Venezuela, Perú, Colombia y, por supuesto, Méxicoų se vendieron 40 películas por un monto de dos millones de dólares lo que significa que sobrepasaron el ciento por ciento las ventas del año pasado. ''Pero lo más importante es mantener nuestra presencia", dijo y para eso adoptarán medidas que aplicarán todo el año, proporcionado mayores apoyos publicitarios a las distribuidoras y trayendo directores y artistas a los estrenos nacionales.

''Nunca seremos Cannes''

Parte de esa estrategia la comenzaron a implantar en septiembre pasado, en Brasil, pero Bethérmy aseguró que es sólo eso y no se abrirán más festivales en otros países latinoamericanos, porque también es una cuestión de recursos. Dijo que por esas mismas razones, el de Acapulco no crecerá más, ''nunca seremos Cannes", pues además al Instituto Mexicano de Cinematografía ''le cuesta mucho invertir" en este certamen, que se inscribe dentro de la política francesa de ''defender la diversidad cultural.

''Es un recorrido que ha sido muy solitario hasta ahora y por eso buscamos coproducciones", agregó Daniel Toscan du Plantier, presidente de Unifrance. Por ello, para esta versión del festival aumentó la presencia de periodistas, exhibidores, distribuidores y sobre todo compradores para televisión del continente, ''que a veces les da un poco de flojera y hay que ir hacia ellos", porque es un mercado importante, tanto que para el próximo año quieren poner la televisión y el cine como temas de ese encuentro fílmico.

Se sufrió una merma de público en las funciones matutinas ųel festival en años anteriores se desarrollaba durante el puente del 20 de noviembreų, pero mantuvo llenos en las de la tarde y la noche.

Las reacciones ante la cinematografía francesa fue buena en todos los casos, con mucho interés de dialogar con los artistas y directores. A las mexicanas tampoco les fue nada mal y resultaron muy aplaudidas, además de La ley de Herodes, los filmes Rito terminal, de Oscar Urrutia, y Un dulce olor a muerte, de Gabriel Retes, que no anduvo aquí, pero sí su protagonista Diego Luna. Y Valentina Leduc, quien trajo un divertido corto, La historia de I y O.