Ť Celebran Día Internacional de la Tolerancia


Los radicales acaban sirviendo a quienes dicen combatir: SG

Ť Carrasco: para el gobierno no existe el delito de opinión

Alonso Urrutia Ť En el marco de la celebración del Día Internacional de la Tolerancia, el secretario de Gobernación, Diódoro Carrasco, sostuvo que "nadie se beneficia del autoritarismo, pero tampoco con la intolerancia, aunque se amparen en causas legítimas". No es inusual ųagregó ante líderes partidistas, jerarcas religiosos y defensores de derechos humanosų que quienes sostienen el radicalismo acaben sirviendo a los intereses que dicen combatir.

Largo discurso sobre la tolerancia, en el que Carrasco habló de que la censura por razones políticas ha sido borrada de la agenda gubernamental, y el Ejecutivo ha mostrado su respeto irrestricto a la libertad de expresión. "Para el gobierno no existe, de ninguna manera, el delito de opinión; preferimos los excesos al retroceso".

rivera-carrasco-jpg copy Al desechar el autoritarismo ųdestacóų, "hacemos también a un lado el reduccionismo, que no ve causas ni efectos. La vía política es compleja, pero permite, con base en la ley, soluciones efectivas. Es indispensable, por ello, acercar a esta vía política a aquellos que con causas diferentes han radicalizado su acción y muestran, en los hechos, no creer en las reglas de la democracia".

En el saturado salón Revolución de la dependencia, Carrasco compartió el centro del presídium con el cardenal Norberto Rivera. Sonriente, recibió el reconocimiento oficial como asociación religiosa, lo cual no le impidió enfatizar en su discurso, de tono evangelizador y alusiones a Jesús de Nazareth, que la libertad religiosa no es un derecho que otorgue el Estado, sino sólo lo reconoce.

Ante decenas de ministros de culto de las más diversas religiones reconocidas oficialmente, el cardenal ųcon el pausado tono clericalų habló de la insuficiencia de las reformas constitucionales para consolidar la libertad religiosa. "De nada servirían nuevas y más perfectas leyes si como ciudadanos no estamos formados para el mutuo reconocimiento, con la sencillez y profundidad propias de las enseñanzas de Jesús de Nazareth".

Unico orador que antecedió al discurso de Carrasco, Rivera aludió al siglo de tensiones y conflictos entre el Estado y "el derecho de los ciudadanos a vivir y manifestar sus legítimas condiciones religiosas". Con un evidente trato preferencial en la ceremonia, Rivera lamentó que existan aún sectas que no acepten el Código de Etica entre Religiones, que asumen la mayor parte de las iglesias reconocidas.

Entre el auditorio, los líderes de los principales partidos: José Antonio González Fernández, del PRI; Amalia García, del PRD, y Luis Felipe Bravo Mena, del PAN, compartiendo espacios en el Día de la Tolerancia. También estaban el ecologista Jorge González Torres, y Gilberto Rincon Gallardo, del PDS. Sólo faltaron Manuel Camacho, del Centro Democrático, y Dante Delgado, de Convergencia por la Democracia.

En el estrado, los principales líderes religiosos, entre ellos el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Luis Morales Reyes, pues la ocasión fue también propicia para la entrega de los reconocimientos como asociaciones religiosas a 79 organizaciones.

Vendría Carrasco a reivindicar que el laicismo del Estado se traduce en neutralidad religiosa y respeto a las organizaciones. Ante un auditorio conformado lo mismo por evangélicos, ortodoxos, anglicanos, presbiterianos y una amplia gama de ministros de culto, el funcionario asumió que en los gobiernos posrevolucionarios no se ha estado a salvo de manera absoluta de alguna forma de autoritarismo, incomprensión a la diversidad ideológica o política.

Sin embargo, dijo que el saldo de la evolución ha sido positivo, porque hoy existe un gran avance hacia la tolerancia como elemento sustancial de la democracia, la libertad y la consolidación institucional. Esta es la clave de la estabilidad política del país.

México tiene hoy una intensa vida política plural, donde hay un "cruce de ideas y de proyectos, un ejercicio de libertades pero sin rupturas, con procesos políticos que afianzan las instituciones".

Diódoro Carrasco dijo que el gobierno tiene la obligación de cumplir y hacer cumplir la ley. En este contexto, se funda en la legalidad y no en el autoritarismo, en la responsabilidad social y no en la insensibilidad.

Manifestó que es indispensable que en conflictos de origen diverso los involucrados ejerzan, sin cortapisas, sus propuestas, pero también sin daño a terceros y evitando totalmente la violencia y la intransigencia.