* El cuerpo encontrado en Iztacalco corresponde a la descripción del menor
Capturan a los plagiarios y homicidas del niño Braulio
* Los nombres de los asesinos son Miguel Salazar Martínez y Juan José Avila Alvarado
Silvia Chávez González, corresponsal, Tlalnepantla, Méx., 17 de noviembre * Miguel Salazar Martínez y Juan José Avila Alvarado fueron detenidos como presuntos homicidas y secuestradores de Braulio Suárez Peredo, de ocho meses, quienes confesaron haber cometido el rapto y pretender solicitar a sus padres una recompensa por la libertad del menor, informó la Procuraduría General de Justicia del estado.
Sin embargo, el centro Recuperemos a Braulio afirmó, en voz de Patricia Moreno, que no aceptan como cierto el fallecimiento del menor, "hasta en tanto no tengamos prueba fehaciente de que el bebito encontrado en Iztacalco es Braulio. Y si fuera verdad, Ƒcómo es posible que las autoridades permitieron que esto ocurriera?".
Patricia Moreno reconoció que Miguel Salazar Martínez era el enfermero del abuelo materno de Braulio, "pero nunca existió una relación afectuosa. Lo único que queremos en este momento es que se nos demuestre con pruebas fehacientes que el menor encontrado en Iztacalco es Braulio, en tanto seguiremos trabajando para localizarlo".
Esta noche, en conferencia de prensa, el procurador de Justicia del estado de México, Jorge Reyes Santana, hizo la presentación de los dos detenidos, y explicó que Miguel Salazar Martínez, de 33 años, se desempeñaba como enfermero del abuelito de Braulio, y desde el martes 9 de noviembre permaneció en la casa, y desde ahí mantuvo informado a su cómplice sobre el avance de las investigaciones.
Detalló que el martes de la semana pasada Miguel Salazar dio acceso a Juan José Avila Alvarado, de 27 años, para que entrara a la casa ubicada en el número 16 de la calle Falcón, colonia Electra, para que se llevara al bebé.
Avila Alvarado sacó en una maleta al menor, pero antes lo golpeó para evitar que hiciera ruido al sacarlo de su domicilio particular.
Después se trasladó a un hotel de la ciudad de México, donde esperó instrucciones de su cómplice.
Sin embargo, de acuerdo a la confesión de Avila Alvarado, el menor murió ese mismo día, y luego dejó su cuerpo en un predio baldío de la colonia Los Reyes, delegación Iztacalco, en donde rocío el cadáver con gasolina y le prendió fuego, en un intento por borrar evidencias.
El móvil del secuestro era cobrar rescate, confiesan
Los dos cómplices confesos aseguraron que el móvil era cobrar un rescate por el menor; sin embargo, al sentirse acosados decidieron deshacerse del cuerpo, el cual fue localizado el pasado martes en el Distrito Federal.
Precisó que aun cuando no se cuenta con los resultados de estudios genéticos de ADN, por las declaraciones de los dos detenidos se confirmó que el cuerpo del menor hallado en un lote baldío, en Iztacalco, es de Braulio.
La muerte del menor fue ocasionada por traumatismo craneoencefálico, y según los delincuentes, el menor ya estaba muerto cuando se le prendió fuego.
El procurador de Justicia de la entidad explicó que los dos detenidos fueron trasladados al penal de Barrientos, Juan Fernández Albarrán, de esta localidad, y que la averiguación previa quedó abierta porque podían existir más cómplices o bien que los dos detenidos pudieran estar involucrados en otros del itos similares.
Precisó que Miguel Salazar fue detenido en el hogar de los esposos Adriana Martínez y Enrique Suárez, padres de Braulio, en tanto que Avila Alvarado fue aprehendido en el Distrito Federal en una acción coordinada con agentes judiciales capitalinos.
Agregó que a la procuraduría mexiquense le corresponderá investigar el delito de rapto de menor e intento de secuestro, y que a su similar capitalina le correspondería el seguimiento del delito de homicidio, pero en este último caso primero tendría que confirmarse si el hecho sucedió en el Edomex o en el DF. Pero ambos delitos serán integrados en la misma acta judicial.
Se precisó que el enfermero Miguel Salazar permaneció todos estos días de búsqueda del infante en la casa de la familia, prestando auxilio a Antonio Martínez, de 85 años, e inclusive en sus declaraciones pretendió desorientar las indagaciones al proporcionar datos falsos, toda vez que el retrato hablado que se obtuvo de su versión no correspondía al de su cómplice.
Esta noche, los padres del infante acudieron a la Subprocuraduría de Justicia; sin embargo, las condiciones no permitieron a la madre del menor permanecer en el lugar, luego de que perdió el conocimiento .