De cara al siglo XXI, los esfuerzos que la sociedad mexicana realiza por situarse en la modernidad, son invaluables. Ese impulso, este vigor social, parte del movimiento armado de 1910 que promovió el cambio para mejorar las condiciones de vida de la población. En este orden de ideas, la Revolución Mexicana de 1910 continúa vigente puesto que hizo realidad los principios de justicia social por los que seguimos luchando.
El 20 de noviembre representa la lucha significativa del pueblo mexicano por defender sus valores. Representa superación, reclamo de libertades, protesta ante la justicia. Por lo mismo, la enseñanza, el legado de 1910 es el conjunto de principios, normas, tesis y leyes que le dieron fisonomía a nuestro país. Fue, indudablemente, un movimiento popular y emancipador.
Históricamente podemos observar que la Revolución Mexicana ha consagrado leyes que constituyen la esencia de nuestras instituciones: gestó una Constitución que contiene las garantías individuales y sociales más avanzadas, una legislación agropecuaria moderna, una ley de seguridad social y de protección para el trabajador, y además elevó la conciencia cívica de los mexicanos.
El clima de libertades de que gozamos, la participación ciudadana, la crítica y el debate que en el presente la sociedad rea-liza, parte del movimiento de liberación nacional que encabezaran ideológicamente Aquiles Serdán, Flores Magón y Francisco I. Madero, el cual reivindicó el aspecto social.
México ya ha pagado un alto costo para obtener libertad y democracia, el pluripartidismo, la civilidad. Este es un peldaño invaluable en la escalera de la convivencia, de la paz social, del desa-rrollo por el cual todos aportamos lo mejor de nosotros mismos.
La democracia, lo han señalado observadores de nuestra realidad social, requiere de la participación de los ciudadanos. Para que exista, para que tenga validez. No podemos continuar enfrentando democracia y bienestar como valores irreconciliables.
La crítica social es válida, siempre y cuando se sustente en verdades de peso, no en mesianismos ni espejismos intelectuales. La Revolución mexicana, como bien lo expresó en el cierre de su precampaña Francisco Labastida Ochoa, ``es el lugar donde todos podemos estar representados y es la expresión de la constante lucha que nuestro país ha realizado por alcanzar la justicia social''.
Energía y experiencia, impulso para decidir y modificar lo necesario es lo conveniente. Alcanzar el nuevo siglo llevando como herencia nuestro movimiento social de 1910 es lo deseable. Hagámoslo juntos, cada uno desde nuestras particulares trincheras de trabajo.n
*Senador de la República.