* La Convención sobre los Derechos del Niño cumple su primera década


ƑCómo lograr el hábito de la lectura en los infantes de México?

* Cerca de mil millones de seres arribarán al siglo XXI sin conocimientos para leer o firmar

* La educación, una de las 54 prerrogativas de ese instrumento que no firmaron EU y Somalia

Miryam Audiffred y Angel Vargas * Cerca de mil millones de personas entrarán al siglo XXI sin los conocimientos necesarios para leer un libro o firmar con su nombre. Los adultos del mañana tienen frente a sí un futuro incierto. Accederán al mundo mediante sus oídos y confirmarán su existencia sólo con su huella digital.

La educación es uno de los 54 derechos consignados en la Convención sobre los Derechos del Niño, que mañana cumple 10 años de ser firmada por el pleno de los Estados miembros de la ONU, salvo Estados Unidos y Somalia.

México la ratificó el 21 de septiembre de 1990, para aceptar así dar cumplimiento a las cuatro categorías en las que se divide el documento: las relacionadas con la subsistencia, como los derechos a la alimentación, la vivienda y la salud; y las relativas al desarrollo de sus aptitudes, como los derechos a la educación y a la libertad de pensamiento, conciencia y religión.

El derecho a la vida y a ser resguardados de los abusos, el trato negligente y la explotación también son considerados, así como lo concerniente a la participación en la sociedad, mediante el desempeño de un papel activo en la comunidad y la vida política.

 

Fracaso gubernamental: AI

 

El gobierno mexicano, al igual que los de otros países, apoya teóricamente estos ideales. Sin embargo, de acuerdo con Amnistía Internacional (AI) ha fracasado rotundamente a la hora de garantizar que los derechos de los niños se respeten en la práctica.

Datos de la Unicef indican que de los cerca de 40 millones de infantes que habitan en la República, 4 millones viven o trabajan en las calles de las ciudades y que 14 millones más subsisten en la extrema pobreza.

Bastan estos dos ejemplos para comprender el porqué de las observaciones que en días recientes, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, envió a las autoridades del país.

''El Comité observa que el aumento de la pobreza y las permanentes disparidades sociales y económicas en México afectan aún a los grupos más vulnerables, incluidos los niños, a quienes se les impide el disfrute de sus derechos. Se observa también que esta situación se ha visto particularmente agravada debido a las severas crisis económicas y a las drásticas reformas en este orden".

''No es con sangre, sino con cierta Abrevar en los libros es un extra–o milagro que debe iluminar a los peque–os, porque ellos son Ðdir’a Donato Alarc—nÐ la esperanza de nuestra esperanza n Foto: Omar Meneses magia didáctica, con lo que entra la letra", ha dicho el escritor Eduardo Lizalde. Probablemente, su experiencia al frente de la Biblioteca de México le ha demostrado que, lejos de lo que se piensa, los niños disfrutan su encuentro con los libros.

Esto quedó claro el 6 de julio de 1997, cuando más de 3 millones 700 mil niños y niñas de todo el país acudieron a las urnas para votar por sus derechos. La mayor votación en elecciones infantiles que se ha dado en el mundo. El acceso a la educación -''Tener una escuela para poder aprender y ser mejor"- fue la principal exigencia, al obtener casi 838 mil votos.

Es incuestionable que el hábito de la lectura representa uno de los instrumentos primordiales de la educación. Empero, en el umbral de un nuevo milenio el presidente Ernesto Zedillo tiene que reconocer que no se han logrado avances suficientes: ''Sufrimos una muy grave falta de lectura. El esfuerzo que el gobierno y la sociedad han realizado en el terreno de la alfabetización y de la educación básica ha sido muy notable, pero estamos muy lejos de haber formado los lectores que deberíamos tener".

Ante tal panorama, en agosto pasado el gobierno de la República dio inicio a las actividades del programa Año de la Lectura 1999-2000: Leer para ser mejores.

En un estudio realizado por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe se señala que durante 1995, tan sólo en nuestro país, el sector editorial generó una facturación por 332 millones de dólares de los cuales sólo 15 por ciento se obtuvo por concepto de literatura. En el caso específico de los libros para niños y jóvenes se menciona que de cada diez editados, apenas uno está dirigido a ese sector de la población.

Si bien en el país cada año se le dedica un día al libro -12 de noviembre-, el primer mandatario acepta lo que es un secreto a voces: ''La falta de costumbre de leer libros por el placer de leer, es un factor de atraso cada día más obvio (...) sobre todo si pensamos que esto ocurre, incluso, entre la población que tiene muchos años de escolaridad".

 

Hacer visible lo invisible

 

''La infancia desprotegida sólo genera hombres desesperados... mujeres desesperadas... Nosotros tenemos la tremenda responsabilidad de hablar de esto y exigir que no haya más niños en la calle, y se pare el abuso, el maltrato y la violencia". Habla Mercedes Sosa, quien en breve asumirá el cargo de embajadora especial de la Unicef para América Latina y el Caribe.

Ella, al igual que muchos otros intelectuales y artistas, ha levantado la voz para ayudar a hacer visible lo invisible: los derechos de la infancia. Cada uno desde su trinchera.

El pasado 2 de octubre, renombrados escritores de varios rincones del planeta hicieron público, en la ciudad de México, el Manifiesto por un futuro mejor para la niñez y la adolescencia de América Latina y el Caribe.

Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Mario Benedetti, Alvaro Mutis e Isabel Allende fueron algunos de los firmantes del documento, en el que se invita a los gobiernos de la región a cambiar los discursos por los hechos.

ƑQuiénes sino los hacedores de literatura para asegurar que en los libros está la llave del crecimiento individual y colectivo?

''Gracias a la palabra escrita, los seres humanos nos hemos permitido atisbar desde dentro de los sueños y fantasías de otros", considera Angeles Mastretta.

''No existe ni se ha inventado mejor manera de entender el pensamiento ajeno que el extraño milagro de leer."

Y es en la niñez donde esa magia puede marcar existencias. Tal es el caso de Andrés Henestrosa, quien sostiene que es resultado de lo que leyó en sus primeros años: ''En mi pueblo natal leí y memoricé para siempre un soneto del poeta venezolano Calixto Pompa. La fidelidad a su letra y a su espíritu ha sido mi guía, mi norte, mi brújula".

A una década de la Convención de los Derechos del Niño y a pesar de los esfuerzos de la sociedad civil y el gobierno, persisten cuestionamientos e interrogantes. En el caso de la educación, la pregunta obligada es: Ƒcómo lograr que los menores adquieran el hábito de la lectura, si seis millones de adultos mexicanos -15 por ciento de la población- no saben leer ni escribir?

Festejos en el Distrito Federal

 

Entre los diversos actos con los que en México se festejará el décimo aniversario de la Convención sobre los Derechos de la Infancia, este viernes la Unicef entregará los trofeos a los ganadores de los Premios Iberoamericanos de Comunicación por los Derechos de la Niñez. La cita es en la Universidad del Claustro de Sor Juana, a partir de las 19:30 horas. Y mañana sábado, la sección mexicana de Amnistía Internacional realizará en Plaza Loreto, de las 10:00 a las 20:00 horas, el Primer Festival de los Derechos Humanos de los Niños y las Niñas, en el que habrá conferencias, talleres, conciertos musicales, obras de teatro y exposiciones. Todas estas actividades serán gratuitas.