La Jornada lunes 22 de noviembre de 1999

Astillero Ť Julio Hernández López

La era del cambio con rumbo ha comenzado. Ni improvisaciones, ni aventuras, ni saltos al vacío. Cambio con rumbo. Es decir: mando firme, proyecto, seguridad en el ejercicio del poder. Una primera muestra de esa nueva era la dio el pasado 20 el ex precandidato Roberto Madrazo: cambió de destino, con rumbo desconocido, y en lugar de encaminarse a la explanada del edificio nacional del PRI, para asistir a la toma de protesta a Francisco Labastida, se fue a algún otro lado ignoto.

Que Madrazo está enfermándose

Pepe Toño González Fernández, el presidente del partido tricolor, le dijo al cronista Miguel Reyes Razo, de Excélsior, esa misma noche de apoteosis labastidista: ``Tengo entendido que está revisando su salud en el extranjero. Lamento mucho que no haya venido. Pero aquí están miles de priístas tabasqueños unidos en torno de Francisco Labastida''. En otros diarios, hubo quienes aseguraron que Madrazo y su esposa Isabel de la Parra, estaban en Miami; otros, que en Nueva York.

Pero acá, en el terruño patrio, sigue el cambio con rumbo. Otro Roberto, éste de apellido Albores, ha repetido las lecciones de aferramiento al hueso estatal que en 1994 aplicó con gran sabiduría Madrazo en Tabasco. ``Albores sí se queda'' anunció eufórico el propio Albores (qué mejor fuente que él mismo) para deshacer las versiones de su retiro.

Los e$pontáneo$ apoyo$

Cambio de rumbo, por su parte, el del tal Vicente Granados (¿quién?), que llegó al extremo de presentarse una madrugada en el Congreso chiapaneco para preguntar a qué hora lo hacían gobernador interino del interino, del interino. Presunto asesor político del presidente Zedillo, supuesto amigo de Labastida y Esteban Moctezuma, el hipotético sucesor de Albores tuvo que cambiar de rumbo a última hora, pues en Chiapas el pueblo, de manera ``espontánea'', comenzó a manifestarse en defensa de ``su'' gobernador Albores.

Modesto, comprensivo, humilde, conciliador, estadista, héroe patrio, Albores les dijo a Andrea Becerril y a Angeles Mariscal, de La Jornada, que había resultado muy ``fortalecido'' por el rumor de su renuncia, que hubo una reacción ``extraordinaria, pero no manipulada'' de miles de chiapanecos que lo defendieron, y que inclusive él mismo tuvo que intervenir ante otros para que ya no se manifestaran en su favor (¡Oh, las masas sublevadas!)

El subcomandante insurgente Albores

Además, Albores también mostró su nueva faceta, la del cambio con rumbo: ahora es un pacifista, un candidato al Nobel de la Paz, bueno, casi casi una base civil de apoyo a la lucha transformadora del zapatismo y de Marcos.

Ante la próxima visita de Mary Robinson, titular del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el subcomandante insurgente Albores ha dicho a las reporteras Becerril y Mariscal: ``No hay una actitud del EZLN de querer crear conflictos en Chiapas. Soy el primero que lo reconoce, la actitud del EZLN ha sido de responsabilidad, de un gran sentido de responsabilidad''.

``Aunque siempre aparece el gobernador como enfrentado a él, eso no es cierto; mi gobierno no es contrainsurgencia, no hay una actitud voluntariosa o irresponsable del gobernador, al contrario, mi interés es sumarme a la insurgencia social de Chiapas''.

¿Chiapas? ¿Qué es Chiapas?

Diódoro Carrasco y Eduardo Robledo, quienes son secretarios de Gobernación y de la Reforma Agraria, respectivamente (Robledo, además, gobernador con licencia de Chiapas, cuyo periodo oficial termina en el 2000, pero que por su derribamiento han debido ocupar Julio César Ruiz Ferro y el multicitado Albores), también han cambiado, éstos con rumbo a la amnesia política e histórica.

Luego de presenciar desde Palacio Nacional el desfile del 20 de noviembre, tuvieron el siguiente diálogo esclarecedor con los reporteros José Gil Olmos y Enrique Méndez, de La Jornada: -¿Qué le parece el nuevo conflicto político en Chiapas? -¿Chiapas? ¿Qué es Chiapas? -evadió Carrasco. -Pues de donde es el señor Robledo, donde Roberto Albores se niega a dejar la gubernatura -se le insistió. -¡Ah, Chiapas! No, no voy a dar ningún comentario porque es un día de descanso. -¿Y usted, señor Robledo? -No, ahora me dedico a la reforma agraria.

De prioridades a prioridades

Otro secretario, el de Desarrollo Social, Carlos Jarque, daba ese mismo día, el 20, otra prueba de cambio con rumbo. La tecnocracia habilitada como productora de la nueva ideología política del régimen.

Jarque, del INEGI, a la condición de orador oficial en la ceremonia del Día de la Revolución. Hombre acostumbrado a las prioridades estadísticas, Jarque estableció de inmediato que el desarrollo democrático es ``prioridad indiscutible'' del gobierno zedillista.

Léase una joya de la nueva estadística, geografía e informática revolucionaria: ``El tránsito de nuestro país hacia la normalidad democrática ha requerido tiempo, esfuerzos y luchas, aun a costa de aquéllos a quienes el interés personal o de grupo han hecho dirigir sus esfuerzos a la crítica sin fundamento, a posicionamientos que han despreciado la trascendencia de la democracia''.

El derecho humano a los guaruras

Y tan fuerte y tan profundo es el impacto de la propuesta labastidista que luego luego comenzó a aplicarse, no sólo en el ámbito priísta (donde, por ejemplo Roberto Campa depuso sus críticas a Jesús Silva Herzog Flores y asistió a la protesta de éste como candidato a jefe del Gobierno capitalino, en espera del consabido premio de consolación que ya llegará), sino también en otros terrenos.

Por ejemplo, el recién nombrado presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, José Luis Soberanes, apenas tiene unos días de contar con escolta oficial, con guaruras, y ya no puede vivir sin ellos.

Cambio con rumbo, pues en lugar de asistir a la presentación de un libro al que le habían invitado, prefirió irse con rumbo a su casa, enfadado porque en la Universidad Panamericana no dejaron que sus guardaespaldas entraran armados al recinto escolar. Alma Muñoz cruzó algunas palabras con el ombudsman, y miembro del Opus Dei, cuando salía indignado de la Panamericana: -Doctor, ¿podría concederme una entrevista? -Señorita, vaya usted con la dirección de Comunicación Social de la CNDH, por favor -respondió irritado. -Podría darme alguna declaración sobre... -¿Usted quién es, perdón? -Reportera de La Jornada -Con todo gusto la atiendo... es que... Me permite un segundo, allá afuera, porque no quiero estar más aquíÉ

Tutearse con los dioses

El propio Labastida, para no ir tan lejos, enfrenta con rapidez las muestras de cambios que va encontrando, según se desprende de la antes citada crónica de Reyes Razo en Excélsior:... Y cuando encuentra a un antiguo conocido que le habla de ``usted'', Labastida le reclama: -¿Qué, ya no me vas a hablar de tú? -``Hombre, licenciado, por respeto''. -Nada. O de tú o no te hago caso. -``Bueno, como tú digas''. -Nomás faltaba que porque me ves desempleado ya no me tutees -ríe Labastida. Y el otro también.

Hasta la coronilla del sinaloense

Y el asunto de El Sinaloense, la tonada que por doquier le tocan al candidato priista: ``Lo que no saben es que al licenciado Labastida le choca, le tiene hasta la coronilla el famoso corrido. Por la letra: -Que me siga la tambora. Que me toquen el quelite- lo detesta. Y doña Tere, su esposa, ni diga''. Eso reveló una señora cercanísima a estos menesteres. ¡Ah, México está a salvo: cambio con rumbo!

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