¤ La verdad empieza a revelarse

¤ La operación Coperfield priísta

Ajá, así que los votos del PRI fueron observados por ellos mismos como limpios, transparentes, nunca antes vistos en una contienda de ese partido, bien conocido por sus trinquetes.

Pero el tiempo, vengador ineluctable, desgarra los velos de la farsa y poco a poco llega, primero la duda, y luego inmensa, la verdad sobre todas las cosas.

Todo parece indicar que además de los ``observadores'' priístas, existieron otros vigilantes de la elección, los cuales advirtieron que no todas las casillas ``instaladas'' estuvieron abiertas al voto, pero contaron en la votación.

Se trata de la operación Coperfield; es decir, mostrar algo, desaparecerlo y luego, por arte de magia, volverlo a hacer presente. Todo esto en un solo día, en unas horas.

Entonces, la explicación a ese cúmulo de votos es nada más ni menos que una nueva técnica del PRI, y a decir verdad, sorprendió a muchos en todos los ámbitos.

Este nuevo truco, por si a alguien no le queda claro, es el de no montar la mesa para la recepción de votos, pero darla como instalada en el papel y luego, al final de la jornada, hacerla presente, llena de votos para el candidato elegido.

Sin duda será difícil probar el truco, pues es mucho más sofisticado que los anteriores, y sin duda la del domingo pasado sólo fue una prueba para saber cómo puede funcionar con miras al 2000, así que si usted es de los muchos incrédulos de la elección priísta, ya tiene una explicación a la jornada ``llena de votos''.

Pero en fin, ese arroz ya se coció. Nadie impugnó, y Jesús Silva Herzog se convirtió en el candidato del PRI a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal, es más, tal vez hasta pueda ganar, lo difícil será adivinar quién gobernará si Silva gana la candidatura de una ciudad que desconoce y no le importa.

Por lo pronto, el panorama parece desastroso. Las banderas rojas ondeantes durante la toma de protesta a Silva Herzog, agitadas por manos de gente afiliada a Antorcha Popular, la presencia de los contingentes de pepenadores lidereados por Cuauhtémoc Gutiérrez, y la figura bien clara del dueño de la ruta uno de los microbuses, Francisco Aguirre Guadarrama, resumen la oferta de limpieza y honestidad propuesta por él.

Esos y no otros son los verdaderos pilares, la política del PRI y de su candidato, para recobrar la confianza en el electorado del Distrito Federal.

Veremos, por ejemplo, al señor Aguirre Guadarrama y sus muchachos matando gente, claro en bien de la puntualidad mexicana, tan vilipendiada.

Es decir, las ofertas de cambio en cuanto a transporte será sin duda esa y no otra: ``Llegue a tiempo, lo demás no es importante''.

Los mexicanos, cuando menos los del Distrito Federal, estarán a tiempo en sus citas, no habrá, seguramente, ningún pretexto para no cumplir con ellas.

No habrá novios informales, ni crudas de lunes que valgan un sueñito extra. Es más, nada de que el tráfico estaba del hule y me fue imposible llegar a tiempo. Pase cualquier cosa, usted llegará en punto.

Es un plan ambicioso y bien estructurado para beneficiar a los pobladores de esta ciudad, pero tiene en algunos puntos sus marcadas diferencias.

Se contará con un bono para ejecutivos, y ninguno de ellos podrá poner peros a las faltas comunes. Los choferes de la ruta uno los dejarán en su destino siempre a tiempo, gracias a la alianza Silva-Aguirre.

Los choferes, explotados y humillados hasta ahora por las condiciones de trabajo a que los obligan los concesionarios, sentirán el orgullo de saber cómo, gracias a su trabajo, la impuntualidad mexicana en breve tiempo será un mito, cosa de leyenda.

En todos los microbuses se podrá leer aquella frase filosófica tan atinada: ``Perdone las molestias... ``, y con eso y algunos pesos que generosamente aportará don Pancho Aguirre Guadarrama para sacar de la cárcel a sus muchachos, el plan de transporte de Silva Herzog estará a punto.

Solamente habrá un cambio: el crecimiento de la Ruta uno hará imposible mantener ese nombre y ya, en plena expansión, se transformará en Ruta Terrestre TAESA, ¿qué le parece?

UNAM

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