Ť Se desconoce el porcentaje real que negociará con el sector empresarial
Necesario, 52.2% de aumento en el 2000: CT
Elizabeth Velasco C. Ť Los salarios mínimos generales tendrían que incrementarse al menos 42.2 por ciento arriba del nivel inflacionario estimado por el gobierno para el próximo año (10 por ciento), para recuperar el poder adquisitivo que tenían en 1989, sostiene el Congreso del Trabajo (CT) en la propuesta que presenta a Mariano Palacios, titular de la secretaría del ramo (STPS), a unos días de que gobierno, empresarios y sector obrero fijen los minisalarios que regirán en el 2000.
En representación de 36 organizaciones, la cúpula obrera rechaza los argumentos del gobierno, en el sentido de que los ingresos mínimos o contractuales son factor de inflación, pues no obstante la "política salarial restrictiva", los precios han crecido más de 500 por ciento en una década.
Pese a que no menciona el porcentaje que el sector obrero presentará a su contraparte empresarial en la mesa de negociación, que el 30 de este mes se instala en la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, en el texto demanda "que los otros sectores económicos ya pongan de su parte para devolverle al trabajador su poder adquisitivo" que, comparado con diciembre de 1981, a octubre pasado refleja un deterioro de 67 por ciento.
Ante ello, señala: "Es nuestro deber exigir un aumento a los salarios mínimos que comience a resarcir la tremenda caída en la calidad de vida de obreros y campesinos". Y sostiene que las áreas geográficas salariales B y C ya no tienen razón de ser, al haber desaparecido las diferencias en los índices de inflación que existían entre éstas, de manera que el CT se manifiesta porque rija "un solo salario mínimo general" en el país.
La propuesta, suscrita por Leonardo Rodríguez, Enrique Aguilar y Rafael Riva Palacio, presidente y vicepresidentes del CT, respectivamente, hace notar que, "dependiendo de la situación económica del país", se podría indexar el salario de acuerdo con el nivel de precios trimestral, vieja demanda obrera descartada por el gobierno desde la década de los 80.
Consciente de ello, la cúpula obrera insiste en que el "incremento salarial (...) deberá superar con varios puntos el índice de inflación registrado por la economía nacional". Detalla los argumentos "que a todas luces" justifican una recuperación del poder adquisitivo salarial:
La cuarta parte de la población nacional (24 millones de personas) vive en la pobreza extrema; la concentración del ingreso se ha acentuado, pues sólo 20 por ciento de las familias mexicanas se queda con la mitad del ingreso nacional y 10 recibe menos de 1.5 por ciento; el número de pobres en el país aumentó 4 por ciento de 1989 a 1996, mientras que en América Latina y Brasil se registró un descenso de 5 y 12 por ciento, respectivamente.
De tal suerte, añade, "los elevados recursos que (...) se han destinado al combate de la pobreza de poco han servido para corregir el problema", debido a la "aplicación de una política salarial restrictiva", entre otras razones.
Respecto al salario, señala que 10.8 por ciento del total de la población urbana ocupada tiene un ingreso menor al mínimo (34.45 pesos), apenas un punto porcentual debajo de la más alta reportada en la crisis de 95 (11.9 por ciento). Y pese a que la productividad del trabajo manufacturero creció 33 por ciento, el salario en esa rama industrial cayó 21.4 por ciento este año.
Si ese ingreso se mide en dólares, resulta que "los costos unitarios de la fuerza de trabajo en México cayeron 38 por ciento" entre 1993 y agosto pasado. Durante ese periodo, señala, el salario nacional equivalente en dólares cayó de 2.1 a 1.8, mientras que el del trabajador estadunidense pasó de 5.6 a 7.7 veces más que el del mexicano.