Ť Se inauguró exposición acerca del autor de El Aleph, en el Museo Tamayo


Los antiBorges, seres necesarios para ese juego que es la vida, dice Kodama

Ť Jorge Luis es la mitad de mi alma, como respirar, pues está conmigo siempre, señala

Ť ''Tenía un sentido del humor fantástico que lo auxiliaba para solventar los hechos cotidianos''

César Güemes Ť El escritor Jorge Luis Borges tiene una sobrevida en la vida de María Kodama. Y eso se sabe de cerca, cuando ella lo cuenta, no de otro modo. Ayer por la noche se inauguró en el Museo Rufino Tamayo la muestra Borges 100, motivo suficiente para hablar con la compañera del autor de El Aleph.

ųBorges vive en sus libros y en las imágenes o grabaciones que de él se tienen. Pero es preciso reconocer que vive en usted. Puede ser temerario pensarlo y sin embargo se lo propongo.

kodama-maria-1-jpeg ųOjalá que así sea. Lo que sucede es que cuando uno ama a alguien y aparte ese alguien ha dejado una obra maravillosa como la que él nos legó, más la admiración de tantas personas en el mundo, es natural que uno quiera que esa persona continúe vigente por medio no sólo de su obra, sino del recuerdo que nos ha dejado.

Mito en Buenos Aires

ųEl caso con el maestro llega a la metafísica, se habla tanto de él que pareciera vivo, de viaje. ƑEsto no le resulta un tanto cuanto extraño?

ųNo del todo. Borges es la mitad de mi alma, como respirar, está conmigo siempre. Es como si no se hubiera ido, aunque intelectualmente lo comprendo. Pero esa es otra cosa, es una cuestión emocional que va por otro carril.

ųƑLe habrá ''hecho justicia la revolución", como decimos en México?

ųHay tantas opiniones sobre él como personas, unas que lo conocieron y otras que no. Hay unas que lo respetaron y otras que no. Hay muchos puntos de vista justos y otros que no me lo parecen tanto, pero está bien, porque ese es el juego de la vida, las dos caras de la moneda. Está bien que hubiese detractores, que existieran los seres ''antiBorges", porque eso forma parte del juego que es la vida humana. El no estaba satisfecho con su obra porque era perfeccionista. Me decía que aún no había logrado escribir ''el poema", aunque para mí sí lo hizo. Eso era por su carácter, claro. En cuanto al afecto de las personas sospecho que sí lo sentía y le generaba bienestar, por eso le gustaba tanto viajar y ponerse en contacto con los estudiantes, por ejemplo.

ųEn México circula Borges como lo hace en Europa. ƑQué tanto ''camina" aún por las calles de Argentina?

ųAllá también. Ahora hay muchos actos de homenaje y pasó esa especie de controversia que producían algunas de sus opiniones públicas. En Buenos Aires los choferes de taxis nunca le cobraban el viaje, y todavía hoy cuando ellos me llevan a algún sitio, tampoco me cobran. Eso es puro cariño.

ųPor ser un escritor de amplio reconocimiento, corría el riesgo de ser mitificado a su muerte. Quizá iba a ser más mencionado que leído.

ųEl era un mito en Buenos Aires, cuando vivo. Ahora, él estaba consciente, y me lo decía, de que las personas se enteraban de sus declaraciones pero no de lo que estaba en sus libros. Y no recuerdo que mencionara esto con amargura o con reproche, sencillamente reconocía algo real. Lo interesante de esto hoy es que la gran mayoría de asistentes son lectores de entre 18 y 20 años. Hay toda una camada de nuevos lectores que entran al siglo por venir leyéndolo. A los que se deben sumar los lectores de toda la vida.

Un clásico vivo

ųSe volvió rápidamente un clásico, y supongo que mantener una relación cercana con alguien a quien se ve así desde fuera no ha de ser sencillo.

ųEra un clásico vivo, pero no para él, no frente al espejo. Con él la existencia era muy tranquila. De otra forma hubiera sido imposible nuestra relación. Tenía una manera lúdica de conectarse con la vida que era fascinante. Pienso en él de buen humor. Nunca contestaba groseramente. Siempre tuvo una palabra cortés. No se comportaba como un clásico.

ųParece que los clásicos se cepillan los dientes como marcan los cánones.

ųY que se peinan como marcan los cánones, también, pero todo eso es lo que uno imagina, porque la realidad era otra, muy humana.

ųNo diría que su obra fuese solemne, pero sorprende saber que en efecto hubo otro Borges más allá del imaginado por los lectores y por él mismo.

ųClaro que lo hubo, incluso muchos Borges. Tenía un sentido del humor fantástico que lo auxiliaba para solventar los hechos cotidianos. Contaba con la posibilidad de no enojarse. Sé que podría ser algo natural, pero lo veo como un sabio: si alguien hacía algo para molestarlo, sabía manejar la situación con gusto y con firmeza.

ųDe la Fundación Jorge Luis Borges, Ƒcuál es su estado?

ųTenemos grandes ocupaciones por la exposición que empezó en Venecia, llegó a París, luego a Buenos Aires y ahora al Museo Rufino Tamayo. Seguiremos el viaje para España, de nuevo a Italia y culminará en Ginebra.

ųHasta ahora la recepción ha sido multitudinaria, según entiendo.

ųSí, tuvimos buena recepción en todos esos países. Y si bien es un trabajo enorme para la fundación, organizar esto, al mismo tiempo es algo positivo para su obra.

ųEs posible pensar que él era muy reservado con su vida privada. Ante eso, Ƒqué dice usted de una muestra que incluye objetos del todo personales?

ųNo le molestaría. El, de hecho, se tomó fotos con varios de los objetos que ahora se exhiben, y son imágenes que se publicaron en diarios o revistas. En ese sentido, no pienso que le causara incomodidad lo que ahora sucede con la exposición. Es verdad que era celoso de su vida íntima, pero no de las cosas que formaban su entorno.

Fascinación o el azar

ųƑNo se descubre agobiada? En cualquier país, cualquier día, le preguntan sobre Borges, siempre sobre Borges.

ųAgobiada no, pero sí me siento cansada porque mi vida es muy dura por el hecho de viajar tanto. Estoy sólo dos o tres días en cada lugar, y me tengo que hacer cargo de si los boletos llegan o no, si cambian o no. Eso me genera cansancio físico, pero es normal. Luego, lo del asedio: uno se da cuenta por las preguntas cuando hay falta de respeto o no. Me cansa cuando veo en lo que el otro me pregunta alguna falta de respeto o algún asomo de impertinencia. Eso no lo tolero. Antes contestaba con una extrema cortesía. Pero ahora, gracias a las personas que encontré para editar la obra de Borges, comencé a cambiar.

''Estas personas han sido muy amables conmigo, eso se los agradezco, y también todo ese proceso me hizo comprender que en ocasiones muchos no entienden que la impertinencia no da buenos resultados. Se supone que yo debería dar un mazazo firme y ahí se termina todo. No lo he hecho aún porque no es mi carácter y porque quizá no haya sido necesario.''

ųHay ocasiones, señora, en que se conversa con personas que ya no están, porque la muerte nos coloca en distinto sitio o porque se interponen otras circunstancias que equivalen a ella. ƑUsted conversa aún con Borges?

ųPero claro, le escribo con frecuencia unas cartas maravillosas.

ųƑDe alguna manera percibe cierta respuesta?

ųSon como signos, como sensaciones. ƑCuento una de ellas?

ųPor favor.

ųUna vez en Montenegro, donde fui por invitación, acudí a un lugar donde se cenaba y se escuchaba el piano. Miré las paredes de vidrio del restaurante y pensé: es el primer sitio que conozco sin ti. En ese instante, el pianista comenzó a tocar Fascinación, justo la que Borges me cantaba. Puede ser el azar o como quieras llamarle, pero que haya sucedido era como un guiño, como decir: yo también estoy acá. Y como esas señales tengo muchas. Son las que me ayudan a vivir.