Ť Paralizada, la actividad productiva en departamentos de Cauca y Nariño


Continúa el bloqueo de campesinos e indígenas

Dpa, Ap, Afp y Reuters, Santafé de Bogotá, 23 de noviembre Ť El bloqueo campesino e indígena que mantiene totalmente paralizada la carretera panamericana, lo que afecta el comercio y toda la actividad productiva en los departamentos colombianos de Cauca y Nariño, continuaba este martes sin solución a 24 días de que comenzó la protesta en la que hasta el momento han muerto 15 labriegos.

Mientras el gobierno central seguía negándose a declarar la emergencia social y económica de Cauca, la revista Semana consideró que la situación social estaba al "rojo vivo" y que la movilización campesina --que estalló a principios de noviembre en Popayán, capital de Cauca-- se ha convertido al paso de los días en una verdadera "bomba de tiempo".

Se estima que unos 40 mil campesinos e indígenas, apoyados por sectores urbanos, participan en el paro y el bloqueo, que afecta a otros departamentos como Huila y el comercio incluso con Ecuador, pues hasta la fecha se estima que las pérdidas en este marco se elevan al equivalente a unos 36 millones de dólares.

"Sé por informaciones que he recibido desde la zona de la protesta que unos 15 campesinos se han ahogado tratando de evadir el bloqueo", informó este martes el ministro del Interior, Néstor Martínez.

La paradoja es que el gobierno de Andrés Pastrana dice contar sólo con unos 45 millones de dólares para atender la demanda social y de inversiones en la región, cuando los manifestantes exigen al menos unos 150 millones, pues se sienten burlados por promesas incumplidas del anterior gobierno de Ernesto Samper.

Si bien el gobierno de Popayán considera que la ciudad está "secuestrada" pero pide al gobierno central que declare la emergencia social y económica, el gobierno ha preferido seguir negociando y advirtió que no puede permitir la "infiltración" de la insurgencia en la protesta popular.

Pero con la región incomunicada, con la suspensión de las actividades productivas, de comercio y escolares, aunado a la escasez de alimentos y la suspensión del transporte público, el único contacto con el exterior que ha quedado es por la vía área.

Incluso Semana retrató imágenes que equiparó con "las desesperadas escenas de las personas que intentaron conseguir cupo en alguno de los helicópteros que salían de la azotea de la embajada de Estados Unidos durante la caída de Saigón, el 27 de abril de 1975, en el fin de la guerra de intervención en Vietnam".

El Instituto Nacional para el Desarrollo de la Paz (Indepaz) emitió un comunicado en el que hace un llamado al gobierno nacional y a los medios de prensa para que eviten "el camino fácil" de descalificar la movilización bajo el expediente de que se trata de "una manipulación de la guerrilla".

El presidente de Indepaz, Camilo González Posso, dio cuenta de un análisis hecho por la organización en la zona y concluye que se constató que se trata de una crisis en el suroccidente de Colombia, y que se le debe ver como una emergencia económica y social y no como un problema de orden público o de confrontación con la guerrilla.

Tras reconocer que la guerrilla tiene presencia en algunos municipios de los 40 que se hallan en insubordinación, insiste en que se trata de una movilización respaldada por la población y no de un paro armado --como han sugerido fuentes militares--, por lo que llama a pagar la deuda social con los campesinos y los pobres de la región.

Indepaz insta a las partes a buscar una aproximación para alcanzar un acuerdo y así disminuir el sufrimiento que este paro acarrea entre la población campesina y de las ciudades afectadas, y se inclina por asumir la región como zona de paz y desarrollo con justicia social, de modo que se le incluya en el Plan Colombia, mediante el cual el gobierno está buscando recursos de la comunidad internacional.

No obstante, el gobierno pidió a la fiscalía investigar la muerte de cinco campesinos que participaban en la protesta, y recordó que otros cuatro perecieron en un río cuando intentaban abandonar la protesta.