Ť Representan a diversas corrientes dentro del ejército


Aspiran más de 90 militares rusos a convertirse en legisladores

Ť Según encuestas, entre ocho y 15 tienen segura una diputación

Ť La Duma podría tener una fracción exclusivamente castrense

Juan Pablo Duch, corresponsal, Moscú, 23 de noviembre Ť Quizás animados por la hasta ahora exitosa guerra de Chechenia, que cuenta con el decidido apoyo de la mayoría de la población rusa, más de 90 militares ųen activo y de alto rango, de coronel para arribaų están dispuestos a colgar el uniforme y a dedicarse de tiempo completo a legislar durante los próximos cuatro años.

No todos lograrán la meta de alcanzar, en la jornada comicial del 19 de diciembre ya en puerta, uno de los 450 escaños de la Duma, Cámara Baja del Parlamento ruso, pero probablemente es la primera vez en la historia reciente de este país que un número tan elevado de militares aspiran a convertirse en diputados.

mujerchechena Además, quienes lo consigan coincidirán en la Cámara con muchos de los generales retirados ųalgunos buscan incluso repetir legislaturaų que también son candidatos, figurando no pocos de ellos en los tres primeros lugares de las listas de partido.

En teoría, la nueva composición de la Duma podría llegar a tener una fracción integrada exclusivamente por militares, hecho inédito en la práctica parlamentaria local y que sería un eficiente instrumento de presión para defender los intereses corporativos del instituto castrense.

El reglamento de la Duma permite constituir una fracción parlamentaria a partir de la voluntad expresa de un mínimo de 35 diputados, independientemente de su filiación partidaria. Incluso quienes acceden a la Cámara por la vía de la votación plurinominal, con la autorización de sus compañeros de bancada, pueden ser comisionados a otras fracciones.

Sin embargo, la realidad política de Rusia es más compleja y, por tanto, la polarización social no es ajena a las fuerzas armadas. Los candidatos a diputados con uniforme forman parte de grupos contrapuestos, al grado que habría generales que, en lugar de integrarse en una sola fracción, no estarían en contra de dirimir sus diferencias a balazos.

Los militares que quieren ser legisladores confirman la existencia de diversas corrientes al interior del ejército y se suman a proyectos divergentes, sin faltar los extremos del espectro político, representado en las coaliciones y partidos que buscan tener presencia en la Duma.

Entre las coaliciones ų27, pues en la de Salvación se coló el líder de la fascistoide Unidad Nacional Rusa y se encuentra a punto de ser anulada su participaciónų, hay una de nombre inequívoco: Movimiento de Apoyo al Ejército.

No obstante, el nombre encubre a uno de los grupos más radicales, desprendido del Partido Comunista, y tiene pocas probabilidades de sobrepasar 5 por ciento de la votación, fijado como requisito para acceder al reparto de los escaños plurinominales.

De tal modo, los militares en activo que resulten elegidos, en su mayoría, tendrán que ganar un distrito de votación directa, a veces enfrentando hasta 10 contrincantes civiles, pues muy pocos de los incluidos en listas de partido podrán obtener un escaño.

Si las encuestas de intención del voto no fallan, entre ocho y 15 militares en activo tendrían asegurada ya una diputación con los cinco candidatos en la lista de Patria-Toda Rusia, la alianza del ex premier Evgueni Primakov y de Yuri Luzhkov, el alcalde de Moscú, el único candidato del Partido Comunista y los dos de la coalición de centro-derecha, Yabloko, más los siete que pudieran agregarse de la progubernamental Unidad y de la Unión de Fuerzas de Derecha, que están cerca de superar el indispensable 5 por ciento de los votos.

El panorama de los militares en los distritos de votación directa es más incierto, sobre todo porque en muchos casos se dificulta establecer qué grupo está detrás de los llamados candidatos "independientes". El único dato significativo es que el Partido Comunista postula tan sólo a dos militares en activo y, en cambio, promueve a cerca de 10 generales retirados, lo cual no parece un reconocimiento a la experiencia.

Hay militares considerados pesos pesados entre los candidatos de las distintas coaliciones, pero ųa diferencia de los tiempos soviéticos, en que tenían su cuota fijaų ninguno ostenta rango de viceministro de Defensa o es alto funcionario del Estado Mayor.

Los integrantes de la actual plana mayor de las fuerzas armadas de Rusia no quieren legislar: prefieren hacer la guerra en Chechenia.