* Reclamos de miles de mujeres indígenas
Cimbró a la ciudad coleta marcha contra la violencia
Rosa Rojas, enviada, San Cristóbal de las Casas, Chis., 24 de noviembre * La voz de miles de mujeres indígenas cimbró el atardecer coleto con un grito colectivo por las calles de la ciudad. Se repetían consignas contra la violencia de la guerra, contra la violencia social, familiar y por la paz, una paz que no es sólo la ausencia de las armas, sino también la vigencia de sus derechos como mujeres. Con la marcha se inició el acto Reclamo ante la impunidad y la violencia en Chiapas, convocado por 16 organizaciones no gubernamentales, por iniciativa del Seminario Feminista de San Cristóbal.
Cuando la columna partió de la salida a Tuxtla Gutiérrez, sólo se escucharon en el pavimento el rozar de los pies calzados con chanclas de plástico o incluso descalzos, y en el aire el clamor silencioso de mantas y pancartas: ''Contra la violencia y la pobreza, las mujeres con su fuerza", ''La infidelidad es violencia'', ''No queremos ser princesas pero sí respetadas'', ''Que la costumbre sea el respeto a las mujeres''.
Se esperaba la participación de unas 800 mujeres. Sólo a la hora de la comida, en la casa del Comisariado Ejidal de San Felipe Ecatepec, se apuntaron 2 mil 200 y seguían llegando. Otras se fueron directo a la marcha, en grupitos, con sus trajes coloridos, sus pancartas y sus ganas de ser escuchadas. Provenían de Chenalhó, Pantelhó, Chanal, Oxchuc, Huixtán, Ocosingo, Las Cañadas, Marqués de Comillas, Palenque, Tenejapa, Zinacantán, Huitiupan, Motozintla, Trinitaria, Independencia, Chicomosuelo, Amatán, Tila, Amatenango, Teopisca, Larráinzar, Altamirano...
Llegaron con mantas y pancartas, con ganas de decir y de ser escuchadas: ''Las mujeres para defender nuestros derechos no pedimos permiso ni perdón", rezaba una consigna. ''Fuera soldados de nuestras comunidades indígenas'', repetían innumerables pancartas. "Si la mujer no está, la democracia no va'', ''Las calles no deben ser peligro para nadie'',''Mujer violentada, familia dañada", ''Los soldados son como plagas, donde quiera salen'', ''La mujer embarazada tiene derecho al trabajo''.
Las más de 3 mil mujeres indígenas, algunas mestizas, acompañadas por algunos hombres tanto indígenas como mestizos, llegaron al Zócalo y siguieron rumbo a la oficina de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, cuyas puertas encontraron cerradas, aunque se veían luces encendidas adentro. Dieron la vuelta a la manzana y regresaron a la explanada frente a la Catedral de San Cristóbal, donde despacha ahora como obispo Raúl Vera.
Ya en el ocaso, llegaron al templete instalado para que las participantes se expresaran. Caritina Pérez Torres, una de las fundadoras del Movimiento de Barrios y Colonias de San Cristóbal, habló de cómo su hijo, José Hidalgo, fue sacado de su trabajo con engaños el pasado 10 de junio y aún está desaparecido. A los 14 días le presentaron un cráneo descarnado, con señas de un tiro de gracia, y unos huesos: ''Me dicen por medio de los anónimos que ya va a aparecer el cráneo de mi héroe y que sus huesos ya han sido esparcidos por los cuatro puntos cardinales para que ya no apoye ni a la Iglesia ni a los indios ni a las mujeres". Luego repitió sus palabras en tzotzil. A veces ya no hay justicia, afirmó.
El mitin, en español, tzotzil y tzeltal, indistintamente, con traducción a los tres idiomas, continuó. Mercedes Gutiérrez, de Chajul habló de la reflexión que hicieran varias mujeres sobre la violencia, que no sólo sufren las que viven en Chiapas sino que es un problema mundial. Habló del dolor compartido por las mujeres de la India que son vendidas por sus padres; de las mujeres violadas por soldados serbios en Yugoslavia; de las afganas que no pueden salir solas a la calle si no las acompaña un familiar varón. No es justo, dijo, que las mujeres sean maltratadas en la calle, en su casa, donde se le ponga a un hombre.
Maru Méndez, de Tenejapa, habló en tzeltal, y Rosa María Méndez, de Zinacantan, en tzotzil. Ambas se refirieron a la injusticia ''de que nuestro padre nos venda'' con hombres ricos o por el trago, aunque la muchacha no quiera. ''Ya no es el caso de que sigamos así, que nos sigan violando", afirmó la primera; ''no queremos más eso y vamos a buscar nuestro derecho'', arengó la segunda.
Después del mitin se celebró una misa para las mujeres en Catedral. Ahí, donde solía haber dos obispos, no hubo ninguno para ellas, pero oficiaron cuatro sacerdotes.
Por la mañana, las 16 organizaciones no gubernamentales convocantes al acto denunciaron que de 1993 a 1997 se han registrado más de 70 casos de violaciones sexuales a mujeres ųtodos ellos impunesų y que de 1994 a la fecha ''se han disparado los casos de violaciones tumultarias y violaciones relacionadas con el conflicto, muchas de ellas cometidas por agentes de Seguridad Pública, judiciales y paramilitares''.
Recordaron que se suspendió la investigación acerca de las tres indígenas violadas colectivamente por soldados, en 1994, en Altamirano, en un retén militar, porque se pretendía que fuera indagado y juzgado por la justicia militar, ''cuando es una cuestión de sentido común y básica'', de acuerdo con la Constitución y demás leyes relativas, que la investigación de ese delito corresponde a las autoridades civiles y federales.
En rueda de prensa, en la que participaron Diana Damián, Teresa Maza, Marisa Zepeda y la abogada Martha Figueroa, se informó que las mujeres han sido "asediadas, perseguidas y golpeadas" por participar en la resistencia contra el avance del Ejército en sus comunidades. Hasta ahora la mayor parte de esas acciones de violencia han sido acalladas, y las que han sido denunciadas han quedado impunes, dijeron.
''La violencia institucional ha generado más violencia en todos los órdenes de la vida, incluyendo el campo de las relaciones familiares y comunitarias, en las cuales claramente se nota un aumento significativo de la violencia hacia niños, niñas y mujeres; violaciones sexuales, expulsiones, así como un incremento del bandolerismo, el consumo de alcohol y drogas'', añadieron. Y como las mujeres no han tenido espacio para hacer oír su voz, organizaron el encuentro. Entre las organizaciones convocantes se encuentran Las Mujeres de Chiltak, el Colectivo de Mujeres, CIAM, Foca, Casa de la Luna Creciente, Desmi, Alianza Cívica y Feministas Independientes.
Mañana el acto continúa con una serie de mesas de trabajo en las que se presentarán casos de violaciones a los derechos humanos de las mujeres, los cuales serán analizados por juristas como Magda Gómez, Guadalupe Ramírez y Gracia Moheno. También participarán Rosario Ibarra y Ofelia Medina. Se sistematizarán los casos, se fundamentará legalmente su defensa. Las denuncias respectivas se entregarán a la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU, Mary Robinson.