* La actual política económica, obsesionada por controlar la inflación
Fin al neoliberalismo y defensa de subsidios, plantea Boltvinik
* Presenta el investigador novedades metodológicas para la medición de la pobreza
El cambio de una política social que ponga fin al neoliberalismo, programas generales que defiendan los subsidios, reorientación del gasto social y una reforma fiscal, son condiciones necesarias para combatir la pobreza, consideró el investigador Julio Boltvinik.
Durante la presentación del libro Pobreza y distribución del ingreso en México (Siglo XXI), que realizó en coautoría con Enrique Hernández Laos, Boltvinik declaró que la política económica y social que hoy aplica el Estado está obsesionada por el control de la inflación, lo que la convierte en excluyente porque aísla a la gente del crecimiento, provoca bajos salarios y lento desarrollo que sólo beneficia a las personas con altas calificaciones laborales pero no a las masas. ''En lugar de preocuparle la gente, sólo le preocupa la inflación'', dijo.
La reciente publicación que presenta novedades metodológicas para la medición de la pobreza fue presentada por Jorge G. Castañeda, Fernando Cortés, Rodolfo de la Torre y Raúl Benítez Zenteno (moderador).
Boltvinik explicó que el objetivo de tener una metodología es ubicar la existencia de grupos diversos de pobres, y no un grupo homogéneo con el mismo problema y carencias, como hace el gobierno. Hay pobres por ingreso, por necesidades básicas insatisfechas, pobres en ambas dimensiones, los que sólo tienen carencias de vivienda, o de agua y drenaje, etc. El objetivo es identificar de qué carecen, para diseñar una estrategia que resuelva su problema.
Rodolfo de la Torre dijo que tras las aportaciones de los investigadores, ahora habría que comprometer al gobierno para que defina criterios y metodologías que permitan saber qué es lo que considera pobreza y su extensión. En consecuencia, comenzar a discutir problemas concretos provocados por políticas neoliberales: muerte por hambre, insuficiencia de los recursos para atender a toda la población pobre, tecnologías que están privilegiando al trabajo calificado sobre el no calificado, son los problemas que hay que atacar.
En la presentación, Fernando Cortés consideró que Pobreza y distribución del ingreso en México determina que el modelo económico actual no sólo ha sido ineficaz, sino que ha estado acompañado por mayor pobreza y desigualdad, producto no solamente de la operación de los mercados, sino de la política fiscal.
Nunca hubo tantos multimillonarios
Raúl Benítez destacó la enorme corrupción existente en el país, que deriva en una distribución del ingreso absolutamente injusta y profundiza la contracción del ingreso. ''Nunca habíamos tenido tantos multimillonarios como los que tenemos ahora. Estamos en un proceso de acumulación devastador''.
En breve entrevista, luego de la presentación, Boltvinik se refirió al gasto social que ahora se presume es de 60 por ciento del gasto programable total. Explicó que tal promedio se debe a que el resto del gasto ha desaparecido deteriorando la infraestructura del país. El Estado actual ya no hace carreteras, presas, infraestructura, y la única solución que se le ocurre es privatizar las carreteras, la infraestructura o la Comisión Federal de Electricidad. La proporción del gasto social crece porque el resto del gasto ha desaparecido, ya no tiene empresas paraestatales, no hace inversión pública --la ha reducido al mínimo.
No a programas focalizados
El especialista reiteró su postura en contra de los programas focalizados como Progresa, pues dijo que la experiencia muestra que los cambios de fondo vienen cuando los programas son universalistas. Si algo ha cambiado radicalmente en el país es el nivel educativo de la población, y eso se hizo con programas universalistas tan criticados ahora como el de la educación gratuita.
Sin embargo, ''nos quitan el subsidio financiado a la tortilla y nos quedamos tan tranquilos, cuando es lo mismo que si nos quitaran el subsidio generalizado a la educación primaria porque hay niños cursando la primaria que no necesitarían el subsidio, pero para eso son los impuestos, para financiar''.
Boltvinik consideró que quien resulte elegido presidente en el 2000 deberá desarrollar una política económica y una lucha contra la pobreza distintas. Tiene que lograr crecimiento más alto, que favorezca el empleo, pero sobre todo la recuperación de los salarios reales, porque ello significa enfrentar el mito de que los aumentos salariales causan inflación.
El nuevo mandatario tiene que repensar toda la política de lucha contra la pobreza, y volver a atender a los pobres de las ciudades, donde hay al menos tantos pobres extremos como en el campo. ''Obviamente eso implica más recursos, y hay que hacerlo vía una reforma fiscal, no cabe duda''. (Anasella Acosta Nieto)